Tus manos en la lluvia

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Ya había transcurrido un año desde que aquella pequeña comunidad constituida por un hombre, un mago, un elfo, cuatro hobbits y un enano habían partido hacia Mordor. Thranduil odiaba admitirlo, pero de hecho no sabía más que cualquier elfo común, y eso no era bueno. Aquel día el sol no se hiso presente y el rey se sentía algo afligido. Su corazón sentía una cierta preocupación y una fuerte presión en su pecho.

-Elay...- mencionó Thranduil mientras se acomodaba en su cama -Hoy no me siento bien y ya que no tengo ninguna obligación importante me quedaré solo hoy...-

-Entendido mi señor, ¿Desea algo antes de que me valla? -

-No, si llegara a necesitar algo te lo haré saber. -

-Con su permiso-

Narra Thranduil:

Desde hace algún tiempo mi corazón comenzó a sentirse diferente, quisiera negar que se debe al regreso de Gilliel pero eso sería mentirme a mí mismo. También estaba preocupado por la vida de mi hijo del que aún no se nada.

El elfo se levantó de sus aposentos cubriéndose con una larga capa de seda marrón, su mirada se posó en la lúgubre vista que su ventana brindaba. Las gotas de lluvia comenzaban a caer poco a poco, las nubes solo empañaban la mirada al cielo de Thranduil y sin comprender por qué se perdió en su mente pensando Gilliel. A pesar de que aquel Sindar de semblante firme dijera que no quiere volver a sentir algo por ella, su propia alma sabe que aquello es imposible. Aquel elfo jamás pensó en que en aquello a lo que llamaba amor volvería algún día luego de perder a su mujer. El ni siquiera pensó en que quizás si hubiera tenido el valor de hablar cuando era oportuno, quizás otra hubiera sido su reina y quizá otro sería su destino, pero aquel tenía tanto temor de defraudar a su familia, que, a pesar de no estar de acuerdo, él logró aceptar y afortunadamente amar a otra mujer. Ahora ya era muy tarde como para pensar en aquello, pues, aunque quizá fue afortunado, el amo de forma tremenda a la fallecida Elliel.

Las gotas de lluvia mojaron un poco mis manos, pues de alguna forma sentía que quizás la lluvia me daría una caricia como la que ella podía brindarme. Estaba vulnerable recargado sobre la ventana apoyando mis codos en el marco, cuando de pronto una hermosa vos se sintió cantar:

"Cuando caiga el alba, allí te besare. Cuando el tibio beso de tu alma, decida ceder.

Por allí cuando caiga el alba, allí estarás tú, ocultando a tus esclavos la cabellera de la que dueña eres tú"

Me sentía curioso, pues aquella canción no me era ajena, y para mi suerte la vos que la cantaba tampoco. Asomado por el marco de la puerta vi la silueta de Gilliel que pasaba caminando lentamente.

- ¿No te parece una canción inadecuada para un día como tal? pues lo que menos veremos hoy será el alba. -

- ¿Por qué no lo veamos no significa que no podamos decirle cuanto lo extrañamos? - Su tenue vos respondió mi pregunta con una pequeña sonrisa, la elfa vestía un largo vestido color agua con tirantes que la hacían parecer un espejismo.

- ¿Te acuerdas cuando cantábamos juntos sobre los árboles? -

- Como olvidarlo...- mencionó algo melancólica -Disfrutaba mucho tomar la flauta de mamá y tocar para ti...-

-Adoraba oírte... lo mío nunca fue la música- suspiré -Gilliel, ¿podría pedir tu compañía el día de hoy? -

Ella me regaló una bonita sonrisa en señal de una positiva, luego de verla tan entusiasmada de hecho me sentía muy mal por como la eh tratado este año. Le ofrecí asiento, pero como si aquello se tratara de alguna fuerza que la atrajera, la joven se dirigió hacia la misma ventana en donde me encontraba hace algunos momentos.

- ¿No es hermoso? - Cuestionó mientras extendía su brazo hacia el cielo.

-Hay mucho que podría considerar hermoso sobre esta vista- Respondí apoyándome a su lado, hacía mucho que no estábamos tan cerca sin discutir o mantenernos en silencio.

-No pienses solo en lo que puedes ver, la mirada puede engañar...- Gilliel tomó mi mano y la extendió junto a la suya hacia el lluvioso cielo. -Siente cuan hermoso es el beso del agua...-

Sus manos eran más bellas y suaves que cualquier seda que pudiera existir, su mirada clara me hipnotizaba, luego de algunos suspiros ella soltó con cuidado mi mano y la apoyó en el marco otra vez.

-Temía que jamás volvería a sentir tus manos...- Ella no lo sabía aún, pero no sabe cuánto yo extrañaba las suyas. De niños, vivíamos prácticamente juntos, éramos como dos pequeños canarios revoloteando por todos lados.

-Yo comenzaba a temer que jamás volveríamos a hablar en paz-

-Fui impertinente al tratarte de la forma en la que te trate al volver...- musito la elfa dejándome atónito -...fui muy egoísta Thranduil... yo los abandoné...- pequeñas gotas ajenas al clima comenzaban recorrer el rostro de Gilliel. – Yo no tenía derecho a hablarte como lo hice... fui muy cobarde...-

En este momento me sentía extraño, pero sobre todo me dolía ver lágrimas en aquel bello rostro. Sin pensarlo dos veces le di una pequeña caricia en su pálida mejilla y la cubrí en un abraso. Aquella con sus pequeños brazos se notaba bastante consternada, pero su silencio y las lágrimas no dejaban a duda de cuanto pesar había en ella. Con suavidad acariciaba su cabello mientras ella seguía apoyada en mi pecho.

- ¿Recuerdas cuando estábamos de paseo en el lago y te caíste? - Susurré en su oído.

-Me había lastimado la pierna, pero no quería decirlo...- Respondió limpiando su rostro.

-Cuando tu madre se dio cuenta y comenzó a curarte tu llorabas... y yo...-

-Y tú me abrasaste justo como ahora... jamás me dejaste sola... -

Volví a tomar el rostro de Gilliel con una caricia, aquella ya se veía más calmada y sus ojos ahora algo rojizos resaltaban los grisáceo de su mirada.

-Y tal y como en ese momento no voy a dejarte sola ahora...- ella se notó sorprendida ante tal confesión -...yo me porté mal contigo cuando volviste... fui grosero... pretendí ignorarte... solo necesitaba tiempo aceptarlo, aunque fue más de lo esperado... No quiero hablar más del pasado Gilliel, sufrimos demasiado... ambos...-

-Siempre fuiste un hueso duro de roer...- musitó la rubia.

-Y tú la medicina que me mantenía al margen.... -

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Si estoy de vuelta, no saben lo que extrañaba actualizar esta historia. Si te gusto por favor regala un voto, siempre ayuda y nos da apoyo para seguir escribiendo. Por favor dejen comentarios o reviews, amo leer lo que opinan sobre la historia. Muchos saludos y besos 

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