Todo por una galleta

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- Mi familia quiere conocer a la tuya- dijo Alex tan de repente que casi escupo mi bebida.

- ¿Que, para que? Pero lo más importante ¿estará tu tío?- pregunté sorprendida y tal vez un poco emocionada.

- No sé, mamá dijo que lo mejor sería conocer a los padres del otro. Estará, con mis abuelos.

- ¿Tan rápido? Yo le había dicho a mis padres que la única persona que les presentaría sería con quien yo quisiera casarme.

Alex se levantó de la mesa y se agachó a mi lado para después incarse sobre una rodilla.

Se me detuvo el corazón.

Justo después abrochó las agujetas de sus zapatos que habían comenzado a soltarse.

- Vaya- tenía una expresión de alivio en su rostro - venía molestandome todo el día. Respecto a mis suegros, sólo diles que cambiaste de opinión o algo, ingeniatelas.

- Ni siquiera se tu primer nombre ¿cómo te presentaré a las personas que me dieron la vida?- intenté hacer que desistiera de su propósito de conocer a mi familia.

- Si ese es tu intento de que te lo diga, fallaste.

- Maldita sea.

- ¿Alguna otra excusa?- apoyó su codo derecho en la mesa y posó la barbilla en su mano inclinandose a mi.

- Ni siquiera estamos saliendo, esa no es una excusa, es un hecho verídico.

- Detalles, eso se resuelve.

Lo pensé detenidamente un momento mientras lo miraba - ¿Estará tu tío, cierto?

- Ay, que si.

- Entonces mi cámara y yo iremos.