« Baekhyun »

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"Oh jelly, jelly, oh jelly, jelly, oh jelly, jelly, oh my boy"

Todo comienza con el sol.

Menos esta historia, que no estamos en una película de Disney.

Era un hermoso lunes por la tarde; Chanyeol recién salía de la primaria, siendo un puberto de 12 años en ese entonces; su madre tenía trabajo en demasía y su hermana mayor asistía a clases de oratoria a esa hora -su padre aún no regresaba de "comprar cigarrillos"- así que nadie podía ir a recogerlo como habitualmente lo hacían, la casa Park no quedaba tan lejos de todos modos y el caminar hasta su hogar había sonado tan buena idea en ese instante.

Estaba por doblar la esquina para finalmente llegar a la calle paralela a la de su casa cuando escuchó pasos inestables a su espalda, volteó disimuladamente (un giro sutil de 180 grados con una velocidad de 25 km/h, ¡muy sutil!) y pudo ver a un hombre de apariencia desaliñada, con una barba mal afeitada y el rostro de todo alcohólico en exceso. Este lo miraba de forma extraña de los pies a la cabeza, una sonrisa ladina con miles de dejes de perversión adornando su rostro y causando que todo el cuerpo de Chanyeol entre en un estado de 33-12.

Empezó a caminar rápido automáticamente; todavía tenía que pasar por el callejón OSA (oscurito y secreto, aprovecha -el poco creativo nombre fue patentado por Cho Kyuhyun, aquel que prácticamente vivía en ese callejón) y sus piernas, ridículamente largas para tener 12, no eran de mucha ayuda justo ahora cuando debía correr y a las estúpidas se les ocurría demorarse más de lo habitual en dar DOCE PUTOS PASOS.

Chanyeol no debe entrar en crisis.

No es tonto, sabe lo que ese hombre quiere y cuando lo quiere; muy a su pesar, puede asegurar que lo quiere a él y que lo quiere ahora (en four, three, two, one, action). Su cabeza se llena de miles de escenarios, posiciones y cosas desagradables que aquel hombre podría ejecutar con su larguirucho y recientemente delgado cuerpecito de escoba comprada en mercado de pulgas. Su madre le hace ver el noticiero cada mañana y estos casos de secuestro/violación/asesinato y derivados los observa y escucha a diario a las siete de boca de Kwon Yuri, la presentadora de noticias del canal 5, y pues, como es obvio, Chanyeol no quiere convertirse en uno de esos casos, siendo tal vez abandonado bajo un puente de baja o nula salubridad con la cara deformada y todo él lleno de moretones y llagas.

Chanyeol no quiere entrar en crisis.

Porque si lo hace, probablemente termine atrapado por ese sujeto vestido de vagabundo y eso es malo, muy malo. No solo por las cosas que podría hacerle (las cuales son suficientemente malas, gracias) sino porque esto se vería sumado al hecho de inquietar a su madre según cómo termine su humanidad luego de aquello (si es que llega a suceder; la vida es una enorme suposición, al menos la suya); el azabache piensa que ella tiene suficientes preocupaciones como para sumarle el estrés de un delito a su persona.

No, Chanyeol no quiere eso.

- Hey, niño.

El pequeño (de edad no de tamaño #criesinminion) sabe que no debe voltear, lo sabe, así que haciendo uso de todo el rendimiento físico que posee, empieza a correr; el tipo también lo hace y cuando Chanyeol gira apenas un segundo para verlo, una mano delicada lo jala hacia el callejón escondiéndolo tras unos botes de basura.

- Has silencio - susurra una voz a su costado.

El vagabundo/posible violador se detiene frente al callejón, volteando a ver a todos sitios en su búsqueda; para que al final, bufando molesto, se vaya en dirección opuesta a la de su casa, posiblemente a perderse por ahí a torturar/acosar más transeúntes.

Segundo Nombre (ChanBaek)Where stories live. Discover now