Segundo Nombre (ChanBaek)

« Chanyeol »

"My love is on fire~"

Baekhyun tenía doce años cuando conoció a Chanyeol.

Él acababa de huir de casa tras una pelea entre sus padres y su hermano mayor (otro de sus actos de rebeldía que "traían deshonor y tragedia a su familia" según su padre) cruzaba el callejón para llegar a la heladería y así poder gastar las pocas monedas que guardaba en el bolsillo para perderse después hasta que un tiempo prudente haya pasado y las cosas en su hogar se hubieran calmado lo suficiente para no ver platos o jarrones volando como si fueran zancudos, cuando vio a un niño caminando tan rápido como él cuando la señora del bulggogi lo perseguía porque le faltaban diez wones por pagar.

Era un tantito más alto que él, tenía una cara de espanto y lucía desprotegido.

¿Qué era esa sensación en su pecho?

Sin pensarlo dos veces ayudó a aquel que luego se presentaría como Chanyeol; su futuro mejor amigo. Aquel que lo miraba tan dulcemente y siempre tenía lindas palabras que obsequiarle, quien lo seguía cual perrito faldero y lo quería como al más fino de los cachorros, su eterno pastelito de manzana favorito

Park Chanyeol se metía en problemas continuamente.

Era del tipo de chicos que no solían hablar con muchas personas, varios de sus compañeros se burlaban de él ya sea por su físico (lo cual Baekhyun califica como estúpido porque míralo, ¡es un poste telefónico de amor!) o por el hecho de que nunca dejaba solo a Baekhyun. También lloraba demasiado, era tan sensible como un niño de su edad podría serlo e inclusive más, Baekhyun siempre era quien lo consolaba cuando en su casa conversaban sobre el señor JiSung (el padre de Chanyeol), su repentina fuga de prisión y el hecho de que nunca podrían volver a verlo. Tenía el autoestima muy bajo, casi por el subsuelo si era sincero, su frase favorita era "nunca es suficiente", forzándose a sí mismo a "ser mejor" a base de conductas algo inapropiadas para alguien de su edad, como trabajar en una cafetería para ayudar a pagar las deudas o estudiar hasta la madrugada por un examen de historia que ni siquiera contaba para las boletas, y es que para él no había un "basta", una señal de alto que le dijera que estaba bien, que no debía ser una piedra sin sentimientos o errores, que no debía probarle nada a nadie, que lo que hizo su padre no fue culpa suya ni debía ser remediado por él a la fuerza.

Baekhyun solía ser la solución a todo.

Era quien le repetía que todo sería mejor, quien lo defendía de los bravucones y abrazaba hasta que se durmiera durante las pijamadas; acostumbraba acompañarlo en los días de trabajo y las noches de estudio, se quedaba hasta tarde y continuamente le enviaba mensajes preguntándole cómo se sentía. No tardaba ni cinco minutos en ir hacia él cuando se lo pedía, mucho menos cuando entre llantos rogaba por ayuda. Baekhyun fue, es y será su abrigo, su soporte, su base, las columnas del Partenón que es su corazón, el plano cartesiano en el que se grafican los puntos que forman constelaciones que constituyen un perfecto "Te amo".

Su héroe.

– Otra vez te quedaste mirando a la nada, Baek, ¿debo sospechar algo? – Chanyeol lo mira bajo las pestañas mientras almuerzan en el restaurante de la señora Park, un delicioso plato de fideos en salsa de soya y sus estómagos podrían gemir de emoción en este instante.

Era una cita especial, la número 61 y la cuarta vez que recurrían al restaurante para celebrar un aniversario.

– ¿Qué piensas sobre vivir juntos, Yeol?

El gigante se atragantó con el agua que estaba bebiendo cuando preguntó, empezó a toser en búsqueda de aire y él ayudó dándole algunas palmadas en la espalda; vaya que su idea lo tomó por sorpresa.