Capítulo 3: ¿Te casarías conmigo?

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*-*-*En el inframundo*-*-*

-¿No piensan responderme? -aunque habia tardado un poco, sabia que aquel lado hostil y orgulloso de su joven amo no tardaria en salir, la interrogante que le había dado en ese momento el demonio más joven lo delataba- Exijo saber quien es el padre de este bebé que espero -volvió a insistir el cobalto en ello ocasionando que en su rostro de formará una apenas perceptible sonrisa ladina-

Observo como el rey del inframundo, Lucifer, la miraba con la misma interrogante en su mirada, y, al contrario de lo que se esperaba de un demonio de su clase, lo que diría, lo haría con todo el placer del mundo pues aquello marcaba su descendencia, aunque más por ello, quería que todos aquellos demonios que se atrevieron siquiera a tener un pensamiento impuro con su joven amo supieran a quien le pertenecía.

-Yo soy el padre -dijo sin más; mirando directamente al cobalto a los ojos-

¿Había escuchado bien? Si no fuese porque hace unos momentos se había sentado, era seguro que en ese momento se hubiera ido de espaldas. Aquel tipo... demonio, que no recordaba... ¿Era el padre de su hijo? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Porqué? Claro, todo tenía sus pros y sus contras, debia admitir que ese demonio particularmente le atraía demasiado. ¿Qué tenía de bueno? ¿Quién sabe? Talvez serían sus hipnóticos ojos rojos que parecía que escudriñaban hasta el más recóndito rincón de su alma...

- casados... -esa era última palabra que había alcanzado a escuchar de aquel demonio que parecía ser el rey de aquel lugar en el que se encontraban-

-Disculpe... ¿Podría repetir lo que acaba de decir? -pudo observar como aquel demonio mayor suspiraba en forma de cansancio, o eso le pareció-

-He dicho que deberían estar casados -repitió mirando al Príncipe del infierno más que a su persona-

La expresión en el rostro de su joven amo era simplemente para enmarcarla y no olvidarla nunca ¿Cuándo podría volver a observar una expresión así? Se aseguró de grabar cada facción en su memoria para recordarlo cuando quisiera, sin embargo, debia concentrarse, sentía la mirada de su padre en él pero el sólo se dedicaba a ver al más joven y su mente maquinaba rápidamente una forma de convencerlo sin que lo mandase a volar por eso.

-Padre, le ruego que nos otorgue unos días para poder analizar la situación -pidió volteando a ver a Lucifer, el cual a su vez le devolvía la mirada-

Y, sabia que Lucifer no se negaría a su petición, puesto que siempre había sido consentidor con algunos de sus hijos y con otros no pero con él más que nadie. Le rogaba con la mirada que porfavor aceptase y sonrió con victoria al recibir un asentimiento por parte de su padre.

-Les otorgo una semana Ayperos, deben resolver todo en de ese tiempo -centencio Lucifer antes de levantarse, dar una última mirada a ambos demonios y retirarse de aquella habitación con el demonio sanador tras él-

Bien, tenían una semana... Una semana en la que tendría que lidiar con la evidente pérdida de memoria de su joven amo y también estaba como les explicarían a sus sirvientes el estado actual del señor de la casa.

*-*En la mansión Phantomhive*-*

Con sumo cuidado depósito al más joven de pie en el suelo mientras este último se cruzaba de brazos y lo miraba con la interrogante por todo su rostro y un aura que decía que esperaba una explicación a toda aquella situación.

-Bocchan... No, Ciel -lo llamo por su nombre como lo hacía cuando estaban juntos y solos desde hace ya varios años, acercándose y colocándose a su altura poniendo sus manos sobre los delgados hombros del chico- Sería incomprensible para ti si me pusiese a explicar todo lo que ha sucedido entre nosotros... por ello -antes de que el ojiazul pudiese replicar algo colocó sus dedos sobre su frente, callandolo-

Al principio no entendía que era lo que aquel demonio planeaba, pronto un río de imágenes comenzaron a pasar por su mente, no supo que eran hasta que se vio en ellas, eran recuerdos... No eran los suyos pues el no podría verse a si mismo en ellos, se dio cuenta de que eran los recuerdos de aquel demonio. Vio desde la época en la que lo convocó hasta lo que había pasado la noche anterior. Aquello le daba mucho sentido al hecho de que, Sebastian, como se había escuchado llamarle a aquella criatura en esos recuerdos, fuera el padre de aquel ser que crecía en el interior de su cuerpo. Pero... ¿Cómo saber que no lo estaba engañando con eso? Bard, Finny y Meirin también aparecían allí... Podría preguntarles a ellos ¿Verdad?.
Se separó jadeante ante tanta información junta y si no fuera porque los brazos de Sebastián lo sostuvieron, era probable que hubiese cedido. Aunque no supiese bien porque, había un sentimiento en el que le hacía confiar en el ser delante suyo ¿Qué debería hacer?

Sabía que lo que le mostró al chico en su cabeza no había hecho que sus recuerdos volviesen, no entendía porque no lo recordaba a él únicamente. Debería existir algo que estuviese bloqueando la memoria de su joven amo... Bueno, aquello no era lo más importante en ese momento, lo importante era ¿Cómo hacer que acepte casarse con él?

*-*-*SebaCiel*-*-*

Aquel día había sido agotador para ambos, con todo aquel ajetreo de viajar al inframundo y después las preguntas de sus sirvientes, realmente estaba cansado.
Una vez recostado en su cama, por innercia sus ojos se desviaron hacia su mano izquierda, para ser más precisos, a su dedo anular, el cual era adornado por un anillo hecho a su medida en oro blanco que contrastaba bien con su pálida piel. Nunca se imagino casado pero, ahora que esperaba un bebé de ese mismo hombre que le había pedido matrimonio sólo hace unas cuántas horas antes, supuso que estaría bien.

~●~●~Flash Back~●~●~

Después de regresar del inframundo y toda la carga de información que había metido Sebastian a su cerebro, fue a ducharse y a comer, sin embargo, después de la comida no lo había vuelto a ver para nada y eso era extraño pues según había visto en las imágenes en su mente, él siempre estaba pendiente de él.
Se lo pregunto a Bard y él tampoco sabía donde podría estar aquel demonio. La misma respuesta obtuvo de Finny y Meirin. ¿Dónde se habría metido aquel hombre?

No fue más que en la tarde que lo vio aparecer de nuevo en el jardín de su mansión con ropa de calle ¿A dónde había ido y no le había informado?
Su berrinche mental fue callado cuando en la puerta de su estudio se escuchó suaves golpes que le pedían permiso para entrar.

-Adelante -era lo que había dicho y una figura alta vestida de negro- Hasta que te dignas en aparecer -aquellas palabras escaparon de su boca sin que pudiese hacer algo para evitarlo, lo único que le ayudaba era que siguiera mirando por la ventana dándole la espalda a la otra presencia en aquella habitación-

-Ciel -ante su llamado no pudo hacer más que voltearse, sin embargo, nunca espero encontrarlo arrodillado frente a su persona mientras sus miradas se conectaban entre si-

-¿Qué... qué haces? -sentía sus mejillas arder por algún motivo que aún no descubría qué era-

-Ciel Phantomhive... ¿Te casarías conmigo?

Te recuerdo (SebastianXCiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora