Capítulo 11

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El azabache estaba sorprendido, y más preocupado, pudo ver en la forma en que Akira miró a Shu con angustia, pudo ver como al caminar las piernas de la pelirroja temblaban. ¿Qué le habría hecho el Sakamaki? ¿Por qué Akira se comportaba de esa manera? ¿Qué podía hacer él para ayudarla? Eran las preguntas que inundaban los pensamientos de Ruki.

Shu caminó tomando la muñeca de Akira, necesitaba hablar con ella sobre el Mukami, quería que se alejara de él de una vez por todas, pero aquello no sería posible, ella jamás abandonaría a la primera persona que la escuchó, que la quizo.

Se sentaron en unas bancas que habían, en silencio, Akira seguía con la mirada perdida, sintiéndose culpable por haber dejado al azabache solo, él siempre había estado ahí para ella, jamás la había abandonado, y ella ahora lo había hecho. Sin notarlo las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, Shu no miraba a la pelirroja, se encontraba con los ojos cerrados, por lo que no notó la chica a su lado estaba llorando.

- Controlate.- se dijo mentalmente la chica, dio un gran suspiro y se quedó en silencio, esperando a que el receso terminara para poder hablar con Ruki, no le explicaría las razones puntuales, pero sí le diría que Shu quiso estar con ella en el receso. Sólo esperaba que la comprendiera, y que no insistiera en saber que había sucedido, no quería romper a llorar frente a él, no quería preocuparlo.

Ruki se encontraba en el salón, se había quedado allí después de ver a Akira irse con el Sakamaki. Esperaba que ella le dijese en algún momento que era lo que le sucedía, estaba poniéndose nervioso, se veía extraña, ella jamás se había comportado así, ella jamás había estado tan callada, nunca se había ido sin explicarle lo que le sucedía, esperaba que eso no fuese por la declaración de hace unos días, no soportaba la idea de alejarse de ella.

Cuando el receso terminó, la pelirroja se puso de pie rápidamente, Shu lo notó, pero no dijo nada. Akira quería estar con Ruki, y él lo había notado, pero tampoco se los dejaría tan fácil, él no iba a dejarlos estar juntos, porque ella era de su propiedad, y él era un Mukami.

Cuando llegaron al salón, Shu esperó a que Akira le dijese algo, pero no lo hizo. Ella solo caminó hasta su asiento, en donde estaba el Mukami esperándola. Con el ceño fruncido, el rubio se retiró hacia su salón.

- Y-Yo... Lo siento.- dijo la pelirroja en un tono tímido, cabizbaja. Ruki la analizó, quería verla a los ojos, porque así podría estar seguro de que algo grave había pasado.

- No te disculpes, no es necesario, pero me gustaría que me miraras, me siento algo... Despreciado si no me miras.- dijo el Mukami intentando convencer a la pelirroja. La chica no quería mirarlo a los ojos, le dolía tener que esconder sus sentimientos.

- Bien.- respondió la chica levantando la mirada, Ruki prestó atención a los ojos de la chica, necesitaba a Kou, él sabría si ella mentía o no. Pero también había notado que su mirada expresaba tristeza, angustia.

- Se que te sucede algo, pero no seguiré insistiendo... Por hoy.- aclaró el azabache, la chica sólo fingió una sonrisa, para posteriormente refutar lo que él le decía.

- Estás loco, no me sucede nada.- dijo la pelirroja, haciendo un gran esfuerzo para que su voz no se escuchara débil, aunque en la última palabra se le quebró. Como era de esperarse el azabache lo notó, pero no dijo nada.

- Prometo no insistir por hoy.- fue lo único que se dignó a decir, estaba enojado, por el hecho de que tenía la sospecha de que el Sakamaki mayor le había hecho algo, pudo ver en la mirada de la chica el miedo que sintió al ver al rubio.

La chica se sintió aliviada por una parte, ya que por el día no tendría que mentir. Pero por otro lado, estaba nerviosa, no sabía que le diría al azabache, no quería decirle la verdad, pero sabía que él notaría si estaba mintiendo. Sabía que Ruki no descansaría hasta saber la verdad, porque notaba que él se preocupaba mucho por ella.

Shu caminó hasta el salón de música, se quedó sentado sobre el suelo, con la espalda apoyada sobre la pared, y se durmió. No tenía ninguna intención de entrar a clase, ahora menos que nunca, sentía un nudo en la garganta, pero no entendía el porqué de esa sensación.

(...)

Las clases ya habían acabado, la pelirroja salió del salón junto al azabache, no espero a Shu, puesto que él en ningún momento se lo había dicho.

La pelirroja intentaba mantenerse animada mientras hablaba con él, aunque no le era difícil, con Ruki ella podía olvidar todo, todos los problemas se esfumaban.

- Bien... Te veo mañana.- dijo la chica a modo de despido. Ya se encontraban en la salida, y a solo unos pasos estaba la limusina de los Sakamaki.

El azabache asintió sin decir nada, se acercó más a la pelirroja y la atrapó en sus brazos. Al principio ella no respondió a su abrazo porque había quedado sorprendida, pero luego, como era de esperarse, rodeó al azabache con sus brazos. Ella tenía su cabeza en el pecho de Ruki, quien solo acariciaba su cabello. La soltó y besó su frente.

- Te quiero.- susurró en el oído de la chica, ella le dedicó una sonrisa.

- También te quiero.- besó su mejilla y caminó hasta la limusina.

Shu había visto todo, iba de camino a la limusina cuando esa escena ocurrió ante sus ojos. Frustrado, caminó hacia la limusina, pasó por al lado del azabache, quien lo tomó del brazo.

- No se que le hayas hecho, pero juro que no dejaré que le hagas más daño.- Ruki lo miraba de una forma amenazante, su voz se escuchaba bastante grave y seria. Shu solo rió amargamente.

- Ella es mía, deberías alejarte, no eres nada de Akira.

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Gracias por leer<3 y quisiera que comentaran si les gusta o no, acepto todo tipo de críticas, me he esforzado en tratar de escribir algo que no se torne aburrido.

¿Es muy tarde para decir te amo?  (Shu Sakamaki)Where stories live. Discover now