Capítulo 17- Revisión

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Semua se despertó sin ningún ruido ni interrupción anormal. Después de tanto tiempo se le hacía raro tener un despertar tan tranquilo, por lo que se levantó sigilosamente y aún en pijama, con cierto temor, se asomó fuera de su habitación.

Se sorprendió cuando vio el gran pastel con velas sobre la mesa del salón, Kagura sentada en el sofá haciendo adornos de cartulina y Sora inflando globos. Sus dos amigas estaban en completo silencio, entretenidas en sus respectivas tareas.

-¿Pero qué hacéis?-Semua no se resistió a preguntar, sin saber qué pensar de aquello. Kagura permaneció impasible, en cambio Sora corrió hacia ella a abrazarla, lanzando globos por los aires.

-¡Feliz cumpleaños Semu!-gritó cuando alcanzó a su amiga.

-Sora, faltan tres meses para mi cumpleaños.-recordó Semua.

-... ¡Feliz cumpleaños Kagura!-rectificó.

-Para el mío aún tienes que esperar hasta otoño.-contestó Kagura sin desviar su atención de las decoraciones que estaba haciendo. Para ninguna de sus amigas era un secreto que le encantaban las manualidades.

-¡Feliz cumpleaños a mí!-Sora parecía empezar a desesperarse.

-Pero si cumpliste en marzo.

-Y no vayas a recurrir a Ranko y Kant, ellos también cumplieron en marzo.-Semua se veía venir las intenciones de su mejor amiga.

-¿Cuándo es el cumpleaños de Lys?

-En verano.

-¡Venga ya! ¿Qué excusa tendré ahora para hacer una fiesta? ¿Por qué no me seguisteis el rollo? ¡Os hubiera comprado el regalo que quisierais!-Sora protestaba haciendo pucheros.

-¿Y por qué necesitas una excusa? Haz lo que te salga de los ovarios.-Kagura seguía concentrada en recortar cartulinas.

-Nah, no tiene gracia si no se celebra nada.-Sora se lanzó al sofá con toda su motivación perdida.-¿Por qué ninguna pudisteis haber nacido por esta época?

-Aún encima no pretendas echarnos la culpa de tus estupideces.

Dejando a sus dos amigas arreglar el asunto de las fiestas, Semua se preparó para salir. Nadie se dio cuenta hasta que oyeron las llaves.

-Semu, ¿vas a salir?-preguntó Kagura.

-Sí, voy a ver a Ranko y de paso aprovecharé para dar una vuelta.

-¡Ten cuidado con ya sabes quién!-gritó Sora antes de que Semua cerrase la puerta tras de sí. Kagura había pillado a quién se refería. Desde que se la encontró había querido hablar de ello con sus amigas, pero no tuvo valor para sacar el tema.

Semua caminó hasta la consulta de Ranko. Desde la última revisión había empezado a sentir el efecto del aire contaminado de la Tierra en sus pulmones. Ella estaba acostumbrada al aire limpio y fresco de Kanténara, que no le hacía ningún daño; pero claro, ya no estaba allí. Ahora se daba cuenta de que Ranko tenía razón en que debería preocuparse más por su salud, pero por más que esas cosas soliesen pasar nunca aprendía de su error. Era costumbre en ella dejar en segundo plano factores importantes como la salud para centrarse en cosas que le interesasen, y para colmo nunca se conformaba con nada, siempre quería más. Eso sin duda acabaría teniendo consecuencias algún día.

-Hola Semua, bienvenida.-la recibió Ranko con su habitual amabilidad.

-Hola Ranko.-Semua se sentó en el sofá del recibidor obedeciendo al gesto que Ranko le hizo para indicarle que se pusiera cómoda.-Tenías razón, el aire de la Tierra está empezando a afectarme.

-¿Lo ves? Te dije que tuvieras cuidado con eso, pero como siempre te descuidas y no me haces caso.-Ranko suspiró, dejando todos sus papeles a un lado y acercándose a su paciente.-Siéntate en la camilla, voy a preparar las cosas.

Ranko no podía enfadarse con ella. Tras tantos años de atenderla casi exclusivamente a ella le había cogido mucho cariño, el tipo de cariño que le cogería a una hermana pequeña. Era algo que reforzaba sus ganas de cuidarla.

-Dime, ¿te cuesta respirar?-preguntó Ranko revisando a Semua.

-A veces.

-¿Últimamente toses con más frecuencia? ¿Has perdido peso?

-No me he fijado tanto en los detalles.

-Deberías. Así podrías irte antes de aquí, sé que no te gustan las revisiones.-Ranko se alejó para coger otros instrumentos. Mientras proseguía con la revisión iba contándole cosas diferentes a Semua.-¿Sabes? Estos días he estado investigando duramente sobre formas para prepararos contra Dussica.

-¿Has encontrado algo?

-Voy avanzando poco a poco, pero sin falta lo tendré antes de que sea demasiado tarde.

-Lo dices como si fuésemos a morir de aquí para mañana.-dijo Semua ante el desánimo que producían las palabras de Ranko.

-Oh no, no debes interpretarlo así. Me refería al momento donde fuese imposible evitar la batalla.

-Ya veo.

-Bueno, ya he terminado la revisión. No te va a gustar, pero vas a tener que empezar a cuidarte desde casa.-sentenció Ranko dándole a Semua un pequeño frasco con pastillas antiinflamatorias.-Tómate una cada quince horas y vuelve cuando se te acaben.

Ranko volvió a sentarse en su mesa de trabajo, indicándole a Semua que ya podía irse. Pero Semua no se movió, se la quedó mirando como si quisiera decirle algo importante, pero no dijo nada. Ranko se levantó extrañada y se acercó a ella de nuevo.

-¿Qué pasa Semu? ¿Quieres algo más? No voy a cambiarte las pastillas por algo que sepa mejor.

-Eh, yo...Quería pedirte consejo sobre algo. ¿Podrías ayudarme...?-preguntó Semua sonrojada. Ranko sonrió enternecida por la situación.

-Subamos a casa, estaremos más cómodas que aquí.-dijo cerrando la consulta.

Ya arriba Ranko le ofreció asiento a Semua, mientras ella preparaba galletas y unos batidos. Cuando todo estuvo listo volvió junto a Semua y le ofreció un par de galletas y un batido de mora. Ella se quedó con uno de vainilla.

-¿De qué querías hablarme, Semu?

-B-bueno...¿Te acuerdas de Lys? La...chica humana que vino conmigo la otra vez.

-Sí, como para no acordarme. Nunca pensé que te vería siendo tan cercana con un ser humano. ¿Qué pasa con ella?

-Es que...la última vez que quedé con Kant salió el tema, y me preguntó algo...-Semua paró de hablar, pero la mirada atenta de Ranko le indicaba que siguiera.-Me...me preguntó si me gustaba Lys, y sinceramente me quedé un poco en duda. Ya sabes que yo no tengo ni idea de estas cosas. Pensaba que no era más que una amiga como las otras, pero es una amistad muy diferente, y no sé, me siento rara...y confusa. Muy confusa.

-¿Y qué consejo quieres que te de sobre eso?

-¿Cómo puedo saber qué es lo que siento?

-Bueno, eso es algo complicado que solo tú puedes saber. Yo puedo intentar ayudarte a hacerte una idea, pero eres la única que puede comprender tus propios sentimientos.-como siempre, Semua sentía que Ranko transmitía una gran sabiduría al hablar. Sentía que iría para rato, pero estaba dispuesta a confiar en Ranko para contarle cualquier cosa que fuese necesaria para deducir la verdad.

KonteynerWhere stories live. Discover now