Capítulo 24- Preguntas

13 2 3
                                    

Semua y Lys se encontraban sentadas en la mesa de la cocina, acompañadas ahora por Sora y Kagura. Entre las tres trataban de poner a la humana en contexto.

—Vale, dejad que me asegure de que lo he entendido. Houder.—dijo señalando a Semua.—Dragón.—ahora señalaba a Kagura. Luego pasó a señalar a Sora.—Y...esto...¿vampiro?

—Oh, haces que me sienta insultada comparándome con algo tan cutre.—Sora bromeó haciéndose la ofendida.—Ether.

—Eso, perdona. Ah...¿podéis repetirme qué eran los Ether?

—Nosotros somos seres que nos alimentamos de las energías liberadas. La forma más fácil es liándonos con otra gente.

—Vaya...¿No tenéis problemas con las enfermedades de transmisión sexual o con los embarazos no deseados?

—¿Enferme...qué? ¿Embarazos no deseados...? ¿Pero eso existe?—Sora preguntaba enserio, en Wampir tenían vacunas que eran inyectadas a los Ether jóvenes casi al nacer. En cuanto a los embarazos, allí tenían sus propios métodos anticonceptivos, por lo que la mayoría de Ether no conocían estos problemas.

—Déjalo, no importa. ¿Qué más...? Habíais dicho que Ranko y Kant son quimeras, ¿verdad?

—Sí.—contestó Kagura.

—¿Por qué soy la única de la que no se acuerda?—protestó Sora en bajo.

—Ahora que ya nos has situado a todos, hay una última persona de la que debes saber.—dijo Semua.—Hay una chica llamada Dussica, de origen desconocido, que es nuestra enemiga. Ha estado haciéndonos la vida imposible a Sora y a mí desde que nos conoció.—Kagura se sentía mal cada vez que sus amigas hablaban sobre Dussica contando tantas cosas malas. Hasta ese momento había observado que el comportamiento de la chica no era malo, tal y como era descrito por Semua y Sora, solo hacía falta conocerla un poco mejor.—Si te llegases a encontrar con ella, avísanos a cualquiera de las tres y aléjate de ella todo lo que puedas.

—No te preocupes, no te costará mucho identificarla.—intervino Sora más seriamente.—Pelo verde y ondulado, cuernos y alas negras, ojos de distinto color y bufanda verde.

—Suena...muy llamativa.

—Lo es. Pase lo que pase, por favor, no le digas nada sobre nosotras. Ni dónde estamos, ni cuánto pensamos quedarnos, ni siquiera hagas ver que nos conoces.—suplicaba Semua.

—No os preocupéis, podéis confiar en mí.—prometió Lys.

—Tampoco cuentes lo que somos, que te mandan al psiquiatra y a nosotras al laboratorio.—dijo Kagura.

—¿Qué obsesión tienes con los laboratorios?—preguntó Sora.

—Cállate.

—Tranquilas. No diré nada. Ahora tengo una última pregunta...¿Cuál es ese conflicto de Kanténara que mencionaste antes, Semu? Dijiste que fue con los humanos.

—Ah, eso... Hay tres versiones de los hechos: la de los humanos que participaron, la de los Houder y la del resto de seres. Las dos primeras son falsas, están hechas para hacer quedar bien al bando que las difunde. La tercera es la única real, así que será la única que cuente.

—Te escucho.

—Hace muchísimo tiempo, antes de que yo cumpliese los cuatro años, La Tierra y Kanténara eran mundos que se mantenían aislados el uno del otro. A ningún Houder se le ocurría pisar este mundo, y menos aún exhibir sus poderes. Bien, de aquellas hubo un Houder imprudente que se dejó descubrir cuando usó sus habilidades para salvar a una niña que se estaba ahogando. Un familiar de la niña, que era científico, pidió explicaciones a aquel Houder, y este, pensando que todo el mundo era de confianza, le contó todo. Aquel señor le pidió que por favor le llevase a él y a su grupo a Kanténara, y el Houder aceptó. Obviamente los altos cargos de Kanténara se enfadaron, y trataron de negociar con los humanos para que lo olvidasen todo.

KonteynerTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang