Capítulo 8.

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Harry salió de los vestuarios, sin camiseta, enseñando todos y cada uno de sus tatuajes. Entre ellos destacaba una mariposa en el pecho y dos golondrinas debajo de cada una de las clavículas. Por debajo llevaba un pantalón rojo, cortito. El calor se notaba fuera, y en esta nave era el doble. Sujetaba entre sus manos unos guantes, también rojos, de boxeo; y entre sus dedos de la mano derecha una dentadura de plástico para que no le partieran los dientes.

La pelea duró poco. El tal Machacador era una cabeza más alto que Harry y sus músculos asustaban. Con las tres o cuatro miradas que crucé con él, me dio miedo. Todo mi interior se revolvía. Pero, sin duda, en 15 minutos el asqueroso Harry Styles le había tumbado de un puñetazo en la mandíbula. Se duchó, se cambió y salió con una camiseta de color verde clarito y los pantalones vaqueros cortos que llevaba antes de entrar al "Boxing place".

Nos despedimos de Annie y caminamos en dirección al campo de fútbol donde jugaba Liam.

-¿Cómo estuve?-Me pregunta mirandome, mientras se toca una heridita minuscula que tiene en el labio.

-Tu bien, yo mal. Lo he pasado fatal.-Él rió. Si, se rió en mi cara. Seguro que piensa que desconfío de él. Pero me daba miedo el hombre ese.

-Venga he luchado contra Travis un montón de veces.-Me dice haciendo un gesto con la mano.

-Más de una te habrá dado una paliza. Seguro que le pagaste en el vestuario para que yo te viera ganar.-Le dije vacilandole.

-Si tuviera con que pagarle.-Sonríe gracioso.-Entonces mejor que mañana no vengas, te asustarias con ese.

-¿Mañana lucharás?-Le preguntó asombrada. El aire se levanta y se me meten los pelos en la cara. Me los quito con la mano y le miro.

-Si, pero campeonato de verdad. Esto solo era un amistoso.-Me informa, yo asiento con la cabeza.-Si puedes...O solo si quieres, puedes venir.-Yo abró mucho los ojos, la conversación con Annie se me vino a la cabeza.

-Tal vez, veré si vengo. ¿Vale?-Él asiente y seguimos caminando en silencio. Al rato, llegamos al estadio de fútbol.

Alex y Irene estaban en las primeras gradas con Louis. Harry me besó con dulcura y se fue con sus amigos. Yo me acerqué a estos. Me senté al lado de Lou, ya que no tenía ganas de hablar con las otras dos.

-¿Qué tal?-Me pregunta él, yo le sonrio y le apretó una rodilla.

-Todo bien, feo.-Le sonrio. Estoy segura de que las otras dos les han contado la discursion y estaban arrepentidas.

2-1. El resultado del partido. Se que os imaginareis que ganamos, pues si. Nuestra universidad ha ganado la semifinal de fútbol. De verdad que son buenísimos. Realmente buenos.

La fiesta duró poco, todos mañana teníamos que ir a la universidad. Padres, antiguos alumnos, profesores, estaban allí. Hay mucha afición de ver los partidos de fútbol y más con este equipazo. Entre todos ayudamos a recoger y nos fuimos a casa. Yo insistí en llevar a Harry, mis padres no estaban. Él pensaba que le llevaría a la su casa, pero mis planes eran otros.

-Subo el volumen.-Me indicó él.

-Claro.-Yo sonreí sin quitar la vista de la carretera.

Rápidamente se notó el cambio de sonido. La música resonaba a un volumen, no muy molesto, revotando en las puertas y ventanas.

-But baby, i've been, i've been playing hard...-Cantó Harry en un volumen bajito. Cantaba bien, realmente bien.

-Sitting, no more counting dollar, we'll be counting star, yeah we'll be counting stars...-Le segui yo. Él me miró gracioso y soltó una risa. Miró al frente y puso una cara que no pude ver, ya que estaba tomando una curva.

-¿A donde mierdas vamos, Boo?-Me pregunta algo arisco.

-Yo conozco tu casa ¿no? Pues ahora toca que tu conozcas la mia.-Le digo firme. Pronto se ve mi chalet, entre maleza, no muy grande.

Entramos juntos y cerramos la puerta tras nosotros.

-Es bonita.-Dice quitandose el abrigo y mirando sobre todo al techo.-Y moderna.

-Ahora a parte de boxeador machaca cabezas, ¿vas a ser decorador profesional de interiores?-Le preguntó graciosa, también quitandome la cazadora.

-Ja ja ja, mira como me rio.-Me muestra una sonrisa falsa para al segundo cambiarla por una cara asquerosa de mal humor, pero yo rio.-Algún día, querrás que nuestra casa la decoré yo.

Yo paré de reirme. ¿Nuestra casa?

-¿Perdona? ¿Acaso crees que voy a vivir contigo toda mi vida? ¡Ja!

-¿Nunca te vas a enamorar de mi?-Me contesta Harry con otra pregunta.

-¿Acaso tu si?-Esto parecía un juego absurdo de preguntas. Preguntas sin senntido que a nosotros nos mataban de intriga, a ambos.

-No se. Yo ya acepté que no sería capaz de enamorarme.-Me da la espalda y cuelga el abrigo en un sillón que hay en la entrada.-¿Y tu? ¿Aún eres capaz de sentir amor por una persona?-Hablaba a mi de espaldas, no quería mirarme a la cara. Como si le diera miedo mi mirada, o tal vez la expresión de mi rostro.

-Creo que iré arriba, te espero allí.-Le dije. Subí rápidamente, mientras notaba detrás de mi la mirada de Harry.

El aire choca en mi cara. Me revuelve el pelo juguetonamente. Yo no pienso en el calor que hace allí, tan solo quiero respirar aire fresco. Incoloro, insaboro. Como el agua. Transparente. Que con solo absorverlo te sientes mejor. Cosas distintas y a la vez iguales. Tan naturales, tan simples, y tan comunes que ni siquiera nos damos cuenta de que no podemos vivir sin ellas.

La ciudad mostraba pocas luces encendidas, era tarde. Tengo un pequeño balcón en mi habitación. Apoyada, sobre la barandilla, me gusta pensar. Cosas sin sentido se me pasan por la cabeza, es tarde, ni siquiera se lo que pienso. Unas manos se enredan en mi cintura. El calor de su cuerpo me protege la espalda. Cierro los ojos y apoyo mi peso en su fuerte torso. Era tan satisfactorio apopoyarme en el de esa manera.

Harry y yo eramos como el viento y el agua.

Transparentes.

No nos costaba decir lo que pensabamos. Cualquier bobada que se nos pasara por la cabeza, la deciamos.

Incoloros.

No teníamos color. No congeniabamos a la perfección con una persona. No había un solo color que nos identificara. No podriamos decir que formamos el gris, ya que no sabemos si nosotros mismos somos el negro y el blanco. Y en el caso que tuvieramos color ¿quien de los dos sería el blanco? ¿Y quien el negro?

Pero la pregunta no era ninguna de esas. Si nosotros no podemos vivir sin agua y sin aire, ¿podría vivir el agua sin aire o el aire sin agua? No se si me entendeis. ¿Podríamos vivir Harry sin mi, o yo sin Harry?

-No lo sé, Bobbie.-Me dice bajito. Yo abro los ojos y le doy las manos, apoyadas en mi cintura.

-¿Que no sabes Styles?

-No se si puedo o no quiero enamorarme.-Su voz mostraba tristeza y yo en parte me sentía culpable. Pero a la vez entendida. ¿No quería o no podía enamorarme?-Siempre creí que no podía, que era algo que mi corazón no me permitía. Un sentimiento no encontrado. Pero...Ahora creo que no quiero. No quiero enamorarme, tengo miedo.

-Miedo a que te hagan daño, a que esta vez seas tu el que sufras y no a las personas a las que dejaste. Miedo a sentir algo tan fuerte que te duela. Miedo a nunca haber experimentado el amor. Miedo, Harry, miedo. Miedo a enamorarse.-Le dije con mi corazón en la mano. Me giré y sus ojos verdes me miraban intactos, sin mostrar ni un solo afecto.

-Tengo miedo a enamorarme de ti.-Me dijo. Mi sorpresa no fue inmensa. Al revés, yo sentía lo mismo. Tengo miedo de enamorarme de Harry.

-Yo también tengo miedo.-Rodee su cuello con mis manos y el me agarró fuerte de la cintura. Nuestros labios se juntaron, en un fugaz beso en el que todos los sentimientos se esfumaban con la oscuridad de la noche.

Las jugadas de la casualidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora