Capitulo 40. "Tanto como yo te deseo"

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Toqué con mi mano, levemente, su barriga. Plana, suave. Su llanto había cesado, pero sus ojos seguían hinchados y rojos. No podíamos creerlo. Ninguna había dicho ni una sola palabra desde hace unos minutos.

-Un bebé es...algo bonito.

-Y una responsabilidad.-me completó Alex.

-Yo...No se porque. Es...por su padre. Lo de Alberto y lo mío... Es una aventura. Este bebe no ha sido creado por un amor. Más bien por un delito. Echarán a Alberto del trabajo.-sus intenciones de llorar vuelven, pero rápidamente la abrazo.

-Irene...Haber. Ahora se que no es el momento de hablarlo pero...¿tu quieres tener al bebé?

**

Entré a casa. Las luces eran escasas y solo se oían risas y voces en el jardín. Salí y saludé a toda mi familia, que había terminado de cenar y estaban conversando recuerdos antiguos con la abuela y mis tíos.

-¿Y Niall?-pregunté al no verle entre los presentes.

-Se fue arriba, le llamaron al teléfono. -me dice mi madre. Yo asiento y me dirijo hasta las escaleras. Mientras las subo voy pensando en que todo cuadra. Irene lleva unos día sin beber alcohol, pálida y sin mucho ánimo. Debía sospecharlo y bueno, hoy lo ha comprobado. Y sin duda, ese bebé va a salir adelante con su madre, ambos sanos y salvos. Y bueno...Su padre ya es otro tema.

Oí la voz de Niall, no quería asustarle y menos espiarle, pero sus palabras no me dejaron otro remedio que quedarme escuchando para no interrumpir su conversación.

-Solo somos amigos, ella quería que conociera a su familia y ya. Si...Vale...Dime.

Se quedó en silencio.

-No voy a volver contigo. No quiero. Carolina... No puedo. No hay otr...No es por Bobbie, bueno puede que...

Decidí no escuchar mas y aparecí caminando normal hacia mi cuarto. Él se sorprendió mucho al verme, yo tan solo le sonreí y me adentré en la habitación.

-Ya...Ya nos veremos. Adiós. Si...Si. Vale. Hasta luego.-su llamada finalizó y noté su presencia detrás mio mientras me quitaba la cazadora.

-¿Esta bien Irene? ¿Que pasó?-me preguntó preocupándose. Yo intenté parecer calmada y feliz, pero en realidad no lo estaba. ¿Va a poder sacar Irene a esa criatura adelante?

-Son cosas de mujeres, no era nada grave. Alex se preocupó sin motivo.

-Ah, perfecto.-le miré y observé su cara divertida con una sonrisa.

-¿Tu con quien hablabas? ¿Eran tus padres?-intenté hacerme la tonta como si no hubiera escuchado lo que decía de mi o lo que le decía a esa chica.

-Se llama Carolina y es...Mi ex. Yo no se...No se como explicarla que ya no quiero nada con ella.

-¿Por qué?

"Por ti" me gustaría que contestara.

-No lo sé.-dice indiferente.-Voy...a mi cuarto. Mañana he quedado con los chicos.

-Veo que os estáis haciendo muy amigos. Me gusta.-le sonreí, pero el no me miró tan bien como lo hace siempre.-¿Que pasa?

-Harry sigue enamorado de ti. Y Liam también.-comenta algo molesto. ¿Esta celoso?

-Harry no puede enamorarse de nadie. Y Liam...

-Bueno, vale. Ya está. Buenas noches.-se marchó rápido de la habitación y yo me quedé con el ceño. Le seguí por el pasillo. Se oian abajo las risas de mis familiares, parecían pasárselo bien.

-Niall.-no obtuve su respuesta. Se adentró en el cuarto de mi hermano y se quitó la camiseta. Yo le miré desde la puerta, observando sus preciosos músculos, sin tatuar, a diferencia de mis otros amigos, que todos tenían muchos tatuajes.-Niall.-insistí.

-Qué.

-¿Que te pasa?

-Ya te he dicho que nada.-se empezó a quitar los pantalones y yo me sentí algo incomoda al verle en boxers.-¿Quieres ver también como que quito los calzoncillos o qué?

Su actitud me estaba cansando. Pasé a su lado y le miré con toda mi mala hostia.

-¿Tu eres gilipollas o qué? ¿Eh, Horan? ¿Por qué mierda me hablas así?-le grité enfadada. Su cuerpo se tensó. Me cogió de la muñeca y me pegó mi cuerpo a el armario empotrado de la habitación. Sentí su respiración contra la mía, tan cerca. Mi corazón se alteró y la sangre iba a mas velocidad por mis venas. El hecho de que estuviera sin camiseta, ayudaba al repentino calor de mi cuerpo.

-Odio que otros chicos puedan desearte tanto como...-susurró entrecerrando los ojos. Sus manos se apoyaron en la madera del armario a cada lado de mi cabeza, juntado nuestras frentes. Era tan...Adorable y a la vez

seductor que, era un sentimiento inexplicable.

-¿Como que?

-Tanto como yo te deseo.

Sus palabras me hicieron reaccionar y rápidamente le separé de mi cuerpo. Me miró confundido, decepcionado. Sin saber que hacer ni que decir, esperando mi respuesta.

-No puedo, Niall.

-Estas enamorada de Harry.

-No soy conveniente para ti.-le confese. Él se intentó acercar a mi, pero yo ande hacia atrás.

-Yo sabré quien me es conveniente. ¿No?

-En este caso no. Yo...Yo sólo te haré daño. Soy un mounstro en las relaciones y...no puedo.-mis ojos se pusieron un poco rojo y amenazaban para salir lágrimas.

-No llores, por favor.-intentó consolarme. Pero mi garganta ya se había colapsado por un nudo invisible y solo mi mano fecha pudo gesticular un "Dejalo".

Salí y cerré la puerta. Él no tenía intención de salir, ni yo ganas de que lo hiciera. Asi que me adentré en mi habitación, escuchando las voces de abajo, mientras lágrimas caían como lluvia por mis mejillas.

Un mounstro. Un mounstro de las relaciones.

Maratón 1/3. Sigan leyendo por favor>>>>>

Las jugadas de la casualidad.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang