Capítulo 6

20.2K 347 14
                                    

Mis ojos estaban abiertos y mis labios no estaban respondiendo su beso; aunque quería y me moría por hacerlo. Puse mis manos en sus hombros para alejarlo pero, sus manos reforzaron el agarre de mi rostro para mantenerme contra sus labios. En cierto punto, entendí que era imposible alejarlo por lo que me sacrifique y respondí su beso. Así cuando Alexander bajara la guardia lo iba a empujar tan fuerte que se golpearía con el vidrió de la ventana y yo iba a reírme de él.

Cinco minutos después, yo aún estaba besándolo no iban más haya de un movimiento suave de labios, pero de pronto su  lengua quiso abrirse paso en mi boca, lo mordí y él saltó hacía atrás.

—No soy tan fácil…— verifico si su lengua no estaba sangrando y luego me miro, sonriendo con lujuria.

—Me gustan las chicas que muerden.

Tomo mi rostro y me hizo besarlo otra vez. Entonces me di cuenta de que podría besarlo por siempre, podría quedarme en el asiento de copiloto con Alexander a mi lado por siempre. Aún cuando estaba moralmente mal.

—Ya basta…— lo aleje buscando mi voz y un poco de aire.

— ¿Qué? ¿Por qué? Esta vez si te lavaste los dientes— intento acercarse de nuevo.

—Pero… no podemos hacerlo— mire alrededor. Por un lado, tenía miedo de que alguien nos viera y por otro tenía esta sensación de estar apunto de ser descubierta tan excitante, haciendo que los besos fueran mejores de lo que ya era física y químicamente posible.

—Piénsalo de este modo, nuestros padres tendrían que separarse si alguien supiera esto…— se acomodo en su asiento y puso ambas manos sobre el volante, la sesión de besos había terminado oficialmente — Así que, después no tendremos que vernos, ni hablarnos, y será como si esto nunca hubiera pasado, ¿eso es lo que quieres o me equivoco?

Antes habría sido porque mi padre murió hace poco tiempo, esa habría sido la razón por la que no quería a Robert de padrastro y a Alexander de hermanastro, pero ahora, no quería que Robert fuera mi padrastro y Alexander mi hermanastro porque yo quería ser otra cosa para él, yo quería ser algo más, ¿sería estúpido pensar que me había enamorado de él desde que me beso por primera vez? Tal vez no enamorada pero sí encantada.

—Supongo que tienes razón— desearía volver en el tiempo y no detener sus besos, porque besarnos era mejor que hablar sobre cosas desagradables como ésta.

— ¿Lo ves? — se giro hacía mi y acerco su cara a la mía, pero esta vez lo me encontré con sus labios a mitad del camino ansiosa por probarlos de nuevo.

Deje su lengua entrar en mi boca y para hacerme quedar como una tonta solté un gemido, él comenzó a reír y luego se alejo sin poder retener sus audibles carcajadas. ¿Él siempre tenía que comportarse como un idiota y arruinarlo? Crucé los brazos sobre mi pecho escuchando sus risas.

—Imagina como te pondrías si te besara en otro lugar…— mi cuerpo se puso tenso, ¿otro lugar? ¿Dónde? Me abstuve de preguntar, pero de pronto el ambiente no estaba cargado de risas y burlas estaba cargado de pura y ardiente tensión sexual. Alexander no estaba riendo, me estaba mirando como si yo fuera algo que él estuviera apunto de devorar, mis mejillas se pusieron rojas mientras bajaba los brazos de mi pecho y ponía mis manos sobre mis piernas.

Se acerco, mirando mis ojos fijamente como si tuviera algún tipo de control, bajo su vista a mis labios y los beso suavemente, luego beso mi barbilla e hizo una línea de besos hasta el lóbulo e mi oreja derecha dónde respiro y susurró cómo iba a besar cada parte de mi cuello y cómo iba a besar mis labios hasta que quedaran hinchados y rojos, ¿entonces era por ese tipo de comentarios por los que mi amiga Isa se reía mientras su novio le decía cosas en el oído?

Entonces, mordió el lóbulo de mi oreja y me retorcí, lanzando mi cuerpo hacía él casi instintivamente.

—No podemos hacer eso aquí…— su respiración pesada golpeo mi mejilla.

—No haremos eso aquí, ni en ningún otro lugar…— lo separe de mí. Yo quería experimentar este tipo de cosas con alguien que amara y que además me amará a mí, no alguien a quién no volvería a ver de nuevo o quién probablemente sería mi hermanastro en un futuro lejano.

—Sabes que lo quieres— evito que fuera muy lejos.

—No contigo…—mentí.

—Eres una mala mentirosa— ¿cómo no vacilar si estaba mirándome directo a los ojos? Haciéndome sentir como una gelatina.

—Soy del tipo de chica que piensa que debe ser perfecto… no sólo divertido. —Puse una mano en la manija de la puerta amenazando con bajar del auto— debe haber amor.

—Querida, baja de tu nube. Las cosas no son así, y si quieres que sea tan perfecto espera hasta el matrimonio— apreté los puños en mis costados mientras él encendía un cigarrillo.

—No tengo que esperar hasta el matrimonio y… te dije que no me llamaras querida— hablé entre dientes.

—Así que, ¿no vas a esperar hasta el matrimonio? En ese caso, ¿por qué no hacerlo ahora?

—Eso no te incumbe, idiota arrogante— crucé los brazos sobre mi pecho de nuevo.

—Soy el idiota arrogante que te hace gemir…

Estaba a dos segundos de golpearlo o tal vez… besarlo para que se callara.

ProhibidoWhere stories live. Discover now