Capítulo 18

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(Dos años después)

Elie

Dos años es demasiado tiempo, es una eternidad. Mi madre pensó que yo lo olvidaría, pensó que iba a olvidarme de Alexander. Pero de la misma manera en que ella no pudo o más bien no ha podido olvidar a Robert, yo no he podido olvidar a Alexander. Creo que es egoísta de su parte que me pida que lo haga. Aunque la entiendo, ella perdió a alguien importante en su vida espero que ella entienda que yo también perdí a alguien importante. Deberíamos consolarnos la una a la otra pero nuestra relación madre-e-hija no ha sido la misma desde lo ocurrido en el verano, dos años atrás.

Quién diría que algo tan inocente como unas vacaciones con el futuro esposo de tu madre, se tornaría en algo tan sangriento, violento y fuera de lugar. Hubo buenos momentos, pero, los malos están siempre presentes.

— ¿Irás a la biblioteca después de la escuela? — me preguntó mi amiga Tiffany mientras caminábamos a hacía la clase de Literatura.

—Sí, tengo que terminar el reporte de Historia para antes del fin de semana…— dije con pesar.

— ¿Tu y tu madre saldrán de nuevo este fin de semana?

Asentí con la cabeza, dándole a Tiffany a entender que ya no quería seguir hablando del tema. Cada fin de semana, mi madre me arrastraba con ella para ir a visitar las tumbas de Robert y Alex. Hasta el momento, no me he negado pero estoy apunto de hacerlo. Quizá este fin de semana decida no ir con ella, no puedo soportar mirar hacía la lapida y ver el nombre de Alexander ahí. Parece tan irreal, como una pesadilla de la que aún no despierto.

— ¿Te veo el lunes entonces? — me preguntó Tiffany luego de que la clase de Literatura terminara.

—Sí, adiós— camine lejos de ella hacía la biblioteca, que estaba detrás de los edificios de ciencias.

No sé porque últimamente siempre tenía la sensación de que alguien me estaba siguiendo, pero supongo que estaba paranoica, no había forma de que Woody nos hubiera seguido a mí y a mi madre. Durante dos años, nos mudamos casi 10 veces, hasta que, nos dimos cuenta de que lo mejor sería quedarnos en un solo lugar, deja de escapar, de cualquier modo los recuerdos siempre nos iban a perseguir no importando donde estuviéramos.

La bibliotecaria una mujer anciana y con lentes puntiagudos que se sentaba detrás de una barra de madera me dio una tarjeta con el número del estante donde el libro debía estar, fui a buscarlo y una vez que lo encontré fui en busca de una mesa vacía. La biblioteca estaba demasiado silenciosa, aunque es una biblioteca por lo general puedes oír los susurros de las personas alrededor, pero hoy, no había ni un solo ruido, tal vez sólo los ronquidos de la bibliotecaria. Era demasiado vieja para seguir trabajando aquí.

Empecé con mi reporte.

***

Levante mi cabeza un poco y me di cuenta que me había quedado dormida, ¿cómo?, ¿cuándo? No me había dado cuenta, la ventana junto a mi me mostraba el cielo oscuro y ligeramente estrellado. Ya era de noche y probablemente estaban apunto de cerrar la biblioteca. Me levante para poner el libro en su lugar y luego fui hacía la bibliotecaria. Pero ella no estaba ahí. Sería lógico que la esperara hasta que volviera para poder darle tarjeta pero no me gusta andar por las calles de noche y sola. La puse sobre la barra y salí de allí.

Afuera todo era diferente, era como si hubiera vuelto a la casa Mackenzie. La misma sala, y las mismas escaleras. Bajando lentamente Alexander con una hermosa sonrisa, lo extrañó, lo extrañó. Corrí hacía él y él se quedo quieto, de pronto me di cuenta de que no sería capaz de alcanzarlo, no importa cuánto corriera no podía acercarme ni un poco. ¡Quería llorar y gritar por la desesperación!

ProhibidoWhere stories live. Discover now