Prohibido

Capítulo 17

Elie

Mientras conducía por la carretera mi madre estaba callada y aún en shock. Quería decirle algo, pero, en estos momentos no había nada que pudiera decirle. Ella estaba abrazándose a si y de algún modo creo que le afecto psicológicamente la imagen de Jessica muerta en mis manos. Probablemente creí que yo la mate.

—Mamá, sobre lo que viste de Jessica, yo…

— ¿Fue por celos? — me interrumpió, preguntando sin mirarme.

— ¿Qué? — la mire por el rabillo del ojo.

— ¿Tenías celos de ella porque estaba saliendo con Alexander? — frene el auto y me detuve en la orilla de la carretera para poder mirarla.

— ¿Acaso piensas que la mate? — pregunté confundida.

—Discúlpame, cariño. Pero eso fue lo que vi.

—Mamá, no la mate. Yo no lo haría— dije volviendo mi cuerpo hacía ella sintiendo dolor en todo el cuerpo.

— Pero, ¿tenías celos? — ¿Cómo podría ella saber que yo tenía celos de Jessica? — me di cuenta de cómo mirabas a Alexander y de cómo te miraba él a ti. Además de que por accidente los escuche hablando una vez…— murmuró abrazándose con más fuerza.

— ¿Por qué nunca dijiste nada? — dije sentándome bien de nuevo y poniendo mis manos sobre el volante.

—Creí que sólo era un juego y que cuando vieran que Robert y yo íbamos en serio entenderían que ustedes sólo pueden ser hermanos…— así que, mi madre lo supo todo este tiempo. ¿Habría sido más fácil de esta forma? Si ella lo hubiera dicho desde el principio. Probablemente, Alexander hubiera perdido el interés en mí. Quizá esto no habría pasado.

Pero es muy tarde para arrepentirme de haber amado. No puedo arrepentirme de amar a Alexander.

Alexander

Probablemente, yo pensaría algo como: Ahora que el amor de mi vida esta muerto  – Elie – no merece la pena vivir, de ese modo la parte donde muero sería más dramática, romántica e incluso triste. Pero, la verdad es que, no tengo intenciones de morir, ni aquí ni ahora.

— ¿Dónde está Jessica? — me golpeó de nuevo, esta vez con más fuerza.

—Creo que debería agradecer tu atención, ya que, tú personalmente estás golpeándome…— sonreí. Lo usual sería que Woody  pusiera a alguien a golpearme.

—Sabes lo que dicen, si quieres que algo se haga bien. Hazlo tú mismo— me golpeó una vez más antes de darme la espalda.

Sabía que él estaba cansado. En este punto, probablemente encontrar a Jessica sería el único modo de que él olvidara todo esto y me dejara ir. Pero le prometí a Jessica que Woody no le iba a poner una mano encima, nunca.

— ¿Por qué haces tanto alboroto? — le pregunté jadeante, ya que, el dolor me dejaba sin aliento— aún si encontraras a Jessica, ¿no crees que ella escaparía de ti?

—No voy a dejarla escapar. Ella es mía.

Su teléfono sonó y él me ignoro por completo. Salió de mi vista pasando por una enorme puerta de hierro. Solté un suspiro intentando relajarme, cuando volviera sería solamente para seguir golpeándome y torturadote. Sentí una mano sobre la mía y mi cuerpo se puso rígido sobre mi hombro derecho vi a James aparecer, estoy apunto de darme la vuelta abrazarlo.

— ¡Idiota, me asustaste! — le dije mientras me ayudaba a desatarme.

—Yo también me alegro de verte— murmuró.