Encuentro del amor ©

Capítulo 18-Chicago

Jake

Me miro otra vez más al espejo, mi cara daba asco, mis golpes son una evidencia total de mi fracaso al pelear ¿Ahora qué haré? Miley ya no me pertenece, me odia, después de lo que dije, fue una estupidez de mi parte.

Me sigo sintiendo fatal, mi corazón está roto, es un dolor tan intenso que creo que jamás lo voy a superar. ¿Por qué entre tantas mujeres tuve que enamorarme de la incorrecta?

—Ya es hora de irte, Jake, por favor compórtate. Tú y Samantha tienen que dejar impresionados a esas personas —dice mi padre detrás de mí.

No digo nada, desde aquella noche se me hace difícil hablar con algunos de mis familiares, ya saben la razón.

—Hijo... Por favor, di algo, llevas días callado, sin expresarte, te estás consumiendo por dentro si no lo hablas.

No soy capaz de mirarlo a los ojos, no soy capaz de hablar con él. Doy media vuelta y tomo mis maletas, es hora de ir a mi viaje a Chicago.

✈✈✈

Estaba sentado al lado de Samantha quien leía un libro de yo no sé qué, no hemos hablado nada, ni nos saludamos, parece que también ha tenido problemas pues ella no dice nada.

Intentaba olvidar a Miley pero se me hacía imposible, ella pensaba tan mal de mí, pensé que ella creía que era otra clase de persona pero no es así, ella piensa que soy un idiota, bueno, sé que lo soy.

—Oye, Sam —digo tratando de que ella me mire.

—¿Si? —dice desviando su mirada del libro para mirarme a mí.

—¿Qué piensas de mí? —pregunto tratando de no sentirme fatal.

—Que eres un idiota, impulsivo, impaciente y con poco cerebro.

Auch, eso dolió, ella también piensa mal de mí, demonios. Ella se quedó mirándome por algunos segundos y luego siguió leyendo su libro.

—Pero sé que en el fondo eres buena persona —dice sin mirarme.

—¿Eso crees? —pregunto con una chispa de ilusión.

—Sí, hasta ahora no me has dado motivos para odiarte. Pocas veces llegó a agradarle a un hombre porque todos piensan que soy rara y ven que no soy una fácil para ellos pero te caigo bien a pesar de lo rara que puedo llegar a ser.

—Digamos que me atraen las cosas difíciles —digo con una sonrisa al recordar a Miley, ella es súper difícil.

—Supongo o simplemente eres un idiota que no captas las cosas.

—Creo que también puede ser la segunda opción —dejo de hablar con ella.

Mi cerebro se iba a otra parte, respiro Miley, pienso en Miley, sueño con Miley, todo Miley, ella es mi vida, la amo y no puedo dejar que ella termine conmigo, necesito reconquistarla.

—El amor es una mierda —digo cruzándome de brazos.

—Si es así, es tu imagen y semejanza —dice Samantha sin prestarme atención.

No dije nada, esa chica...

Llegamos a Chicago, era un lindo lugar. Un taxi pasó a recogernos, al parecer papá tenía todo bajo control, pues no tuvimos que decirle nada al taxista, al finalizar nuestro extenso viaje en el taxi quedamos satisfechos por la espera ya que la casa donde nos íbamos a quedar era hermosa, no puedo decir que sea una mansión, pero a pesar de eso es linda.

—A veces pienso que tu padre es mafioso ¿De dónde saca tanto dinero?

—De nosotros —digo sonriendo.