Los Descendientes | Fanfic Ranma 1/2

Capítulo 58

Los personajes de Ranma ½ pertenecen a la mangaka Rumiko Takahashi y solo escribo para los fans por diversión que aman esta genial serie de Anime y manga sin obtener algún ingreso económico.

            

Izanami guardó su cuaderno en su mochila que estaba al lado de su escritorio. Se puso de pie y buscó su tableta para acostarse y ver videos. Tocaron su puerta y ella suspiró.

—Pasa—contestó Izanami.

Ukyo abrió la puerta y entró.

—¿Cómo estás? —preguntó Ukyo sentándose en la cama.

—Bien—contestó Izanami mirando de reojo a Ukyo porque no quería despegar su vista de la pantalla—. Si vienes a decirme algo de mi padre, no te preocupes, ya estoy acostumbrada.

—¿Segura?

—Si—le sonrió—. Tampoco es algo de que preocuparme, el que se mete en problemas es él, porque sé que le dirás a mi mamá y ella vendrá a consolarme y sinceramente tía, creo que ya no es necesario porque cada vez me pongo más inmune a su indiferencia

—Pero...

—No te preocupes, ya veré qué cosa haré, tampoco me trata mal, al menos acepta lo que le doy.

Atrás de la puerta, Ranma prestaba atención a lo que le decía Ukyo. Sabía que había ido a hablar con ella, pero al menos estaba tranquila.

—Además, llegará un momento en el que me iré de aquí y así él estará más tranquilo—dijo Izanami.

Ranma sintió un nudo en la garganta. Esas palabras le dolieron, ella pensaba irse de su lado. Todo este problema comenzó hace unos años, ella siempre fue más cercana a Akane, pero cuando comenzó a parecerse a Izanami la alejó por miedo y a pesar de que si les respondía a sus preguntas o a lo que le pedía lo hacía, pero solo eso. La ama, no había duda de eso, pero no quería volver sentir el odio de ella o que sufriera y cometiera un error.

Siempre tuvo esperanzas de que regresara la otra Izanami, pero se resignó ocho años después. Ella no quería saber de él, y de todos. Se fue a su habitación y se encerró. Se recargó de la puerta bajando la mirada y comenzó a llorar.

—No quiero que tampoco me dejes, pero me lo tendré merecido por no aprovecharte y haber despreciado tu amor—se dijo.

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La mano de Izanami temblaba y se notaba en la porcelana donde tomaba té. Raku estaba sentado a su lado bebiendo su té aguantándose las ganas de reírse de Izanami. Estaban en la casa de Aki que era una casa elegante, con muebles finos y caros, además de cuadros de pintores famosos. Aki estaba sentado enfrente de él.

—¿Y a que se debe su visita? —preguntó Aki tomando su té.

—Veníamos por aquí y quisimos saludar—contestó Raku.

Aki miró de reojo a su prima.

—Tampoco es para que te pongas así, le podrá hacer daño al bebé—le comentó.

—¿Cómo sabes que estoy esperando un bebé?

—¿Y todavía lo preguntas? —dijo Raku—. Oye Aki, eso de meterse en los archivos del hospital es ilegal, recuerda el problema que tuviste hace unos años con el FBI.

—Eso fue culpa de la tía Akane—le recordó—. Ahora hicimos un trato y gracias a ello tomas té en esa taza de porcelana, bueno ya que están aquí hay chismear.

Raku comenzó a reírse.

—Eso me gusta.

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