Capítulo 67: Miedos.

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Los encontrados se habían marchado.

. . .

Zenda se estaba marchando cuando Carl se coloca frente a ella.

-Papá dijo que no te irás, Daryl no querría eso.

-¿Y tú qué sabes, pequeño renacuajo?

Carl se quedó algo sorprendido que ella lo tratase así y solo dejo que se marchará. Ella solo quería ir con Merle y Daryl, ella quería que todo sea como antes; Ella, Merle y Daryl contra el mundo, contra la gente y los caminantes, escapar y no tener problemas en lo absoluto. Solo quería estar con. . sus hermanos.

Cuando salió vio como una pequeña horda se había acercado y solo estaba Rick peleando contra ellos.

Mierda, pensó.

Tiro la mochila en medio del pasto y comenzó a correr, no llegaría para ayudarlo estaba en graves problemas, y sí lanzaba una flecha no le daría a los caminantes porque estaba lejos. Estaba corriendo con toda la velocidad que podía y se cayó, quedando coja.

-¡Maldición! – Exclamo enfadada – Vamos, vamos mocosa.

Sé levanto y continuo corriendo. Cuando vio a Rick de nuevo sonrió y corrió más rápido, Daryl había salvado a Rick de ser mordido por varios caminantes y. . Merle estaba matando a los demás caminantes, pero se acercaban más. Cuando llegó ya habían matado a algunos y para no ser un estorbo abrió la reja para que pasarán. No aguanto las ganas y salto a abrazar a Merle, era la chica más feliz del mundo, eso creía.

-Gracias – escucho Zenda que le dijo Rick a Daryl.

Merle la saco un poco del abrazó y ella sabía que ese hoyuelo pequeño es una sonrisa escondida de Merle.

-¿Listo, mocosita? – pregunto. Extrañaba esa voz ronca con tono burlón y para nada amable.

-No – contesto y volvió a abrazarlo. Ella pensó algo, pero lo susurro en su oído sin darse cuenta: –. Sabía que estabas vivo, lo sabía. . Te extrañe mucho, te necesite, pero me dejaste ese día. . Yo solo quería que todo fuera como antes.

Zenda pensaba que lo pensaba pero lo susurraba en el oído de Merle.

. . .

En la cárcel nadie quería que Merle se quedará, era peligroso y podía traicionarlos en cualquier momento, pero solo Daryl defendía a Merle, Zenda quedaba callada sentada con la mirada en un punto invisible en medio de la habitación.

-Basta – murmuro.

-Se tiene que ir, puede que traiga a ese Gobernador – dijo Beth.

-¡Basta! – chillo Zenda ya harta de esa maldita charla contra Merle – ¡Sí tanto quieren que se vaya, bien! Pero algo les quedará en claro también me voy yo, jamás nos volverán a ver grupo de ineptos, Merle es mejor que todos ustedes juntos tiene más bolas que tú o tú – dijo señalando a Rick y a Glenn –. ¡Él es un genio! ¿Ven qué se rindió cuándo lo dejaste ahí atado para que se lo comieran vivo?

-Yo no quería que se lo comieran. . – objeto Rick.

-¡PERO LO HICISTE! – chillo – ¡Él no se rindió como ustedes en varias ocasiones, jamás se rindió, NUNCA!

-Zenda ya olvídalo – murmuro Daryl.

-¡¿Acaso no lo entienden?! Yo y mi mente lo necesita aquí. No saben cuánto lo extrañe para que se vaya de nuevo, no lo saben, muchas pesadillas – Zenda estaba mal. Se tiro al suelo y se sentó en posición fetal con las rodillas contra el pecho y las manos a su alrededor –. Pesadillas, muchas.

Daryl quedo perplejo, ¿acaso se estaba volviendo loca?

Beth se arrodillo junto a ella y la abrazó murmurándole una y otra vez que todo estará bien.

-Nada está ni estará bien, Beth – murmuro con lágrimas en los ojos –- Nada, jamás, todo se fue a la mierda bonita, todo.

Rick, todos, hace mucho no veían llorar a Zenda. . Ella ya no derramaba lágrima alguna.

Glenn se agacho y puso sus manos en las rodillas del pequeño estorbo.

-Zenda todo está bien – le dijo.

Rick se acercó a Zenda.

-Sé quedará, tranquila, no se separarán de nuevo.

Y así fue, Merle se quedó aunque casi ninguno quiera.

. . .

Zenda no podía dormir y se levantó para caminar por la cárcel. Todo era tranquilo una pequeña brisa hizo que sintiera escalofríos, se sentó y comenzó a cortar pasto con el cuchillo que le había dado Merle cuando era pequeña.

Alguien toco su hombro y por reflejo se volteo rápido con el cuchillo listo para clavárselo, pero era solo era Beth.

-Ah – dijo ella desanimada –, pensé. .

-¿Qué era un caminante? – pregunto Beth.

-Sí, ¿no tienes que dormir?

-¿No tienes que estar adentro durmiendo?

-Ja. No puedo, tenía pesadillas.

Beth se sentó a su lado y ambas miraron a las estrellas.

-Pero nunca te vi dormir hoy – comento Beth.

-Tengo miedo de tener otra pesadilla.

-El miedo no existe solo eres tú que no confías en ti en el nuevo mundo.

-Beth. . Me estoy volviendo loca, lo sé, no tengo cordura.

-Solo tienes unos malos días.

-Beth. . Me iré – dijo algo animada – y todo estará bien, trataré de sobrevivir y si no puedo me suicido, es genial, todo pasará para mí.

-¡Zenda! – Exclamo Beth – Te diré lo que veo en el grupo: muchos te quieren y le agradas, Carl sonríe y Daryl te quiere y si te vas no dudará en ir a buscarte como lo hizo con Merle.

-¿Te gustan las flores? – pregunto Zenda.

-Sí.

-Mis favoritas eran las cherokee, pero ahora las sueño rojas por la sangre, mi sangre.

Discordia (Fanfic Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora