Capítulo XXIV.

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El canto de los pájaros le hace despertar suavemente, sin necesidad de tener que esperar a su ruidoso despertador con tal de no quedarse dormido.

Muy pocas veces le sucede, ya que casi nunca se siente tan pleno al dormir o excesivamente cómodo. Y estuvo a punto de rebobinar en su memoria para ver qué fue lo que le provocó aquello si no fuese por el adorable gruñido que se escuchó a su lado.

Tan ensimismado estuvo que no se percató del hecho que sus brazos rodeaban una estrecha cintura con fuerza y un cuerpo un tanto más pequeño irradiaba un calor demasiado adormecedor para sus sentidos, los cuales en esos precisos momentos comenzaban a funcionar y a cumplir sus respectivos roles.

Como el del tacto, justo cuando cierto rubio se remueve como una pequeña lombriz y, obviamente sin intenciones, presiona su cuerpo contra el del alto en el momento del día menos indicado para algo semejante.

Dios, todo se vuelve tan delirante para Chanyeol en ese momento y un calor sofocante acecha su cuerpo, no ayudando a aminorar el cosquilleo que recorre toda su erección mañanera mientras se presiona contra el redondito trasero de un muy dormido Luhan.

Es una lástima que el menor tenga la manía de removerse mucho antes de despertar porque Chanyeol no tiene suficiente fuerza de voluntad como para separarse de éste una vez empieza a frotarse con más frecuencia contra la ya-muy-despierta erección.

—Mm, Lee Jong Suk hyung~. —murmura adormilado, quizás soñando qué cosa mientras sigue removiéndose inconscientemente.

Chanyeol inhala y exhala repetidas veces, contando hasta tres para reunir todas sus fuerzas y poder alejarse de Luhan antes de que la sangre deje de llegarle a su cabeza racional y haga algo de lo que quizás se arrepentirá.

Sus brazos raídamente abandonan la calidez del menor y en menos de un parpadeo ya se encuentra caminando a toda prisa hacia el baño, preparándose mentalmente para una ducha con agua muy fría.

Mientras tanto, Luhan abre sus ojitos al escuchar la regadera encenderse, mirando perezosamente en todas direcciones para finalmente abultar sus labios en un pequeño puchero.

—Pensé que en verdad estaba comiendo pastelitos con Jong Suk hyung.



















Hyoyeon cerró la maleta con un suspiro de alivio, sentándose al borde de la cama con una sonrisa de satisfacción.

Su trabajo se había alargado más de lo necesario, pero finalmente volvería a casa con su amada familia mientras comenzaba a vincular toda la información que pudo recolectar. Lo que no necesariamente significaba tener mucho tiempo con sus niños porque apenas y comenzaba con su trabajo, mas estaría al menos presente en su hogar, preparándoles el desayuno y dándoles las buenas noches.

La alegría era total, sin embargo, una pequeña parte de su corazón aún latía inquieto con la recaída de Luhan.

Lo único que deseaba hacer era estrechar con fuerza a ese pequeño rubio, darle todo el cariño del mundo e implorarle que no descuidase su delicada salud.

Cute and pervert » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora