━ O6. Una ayudita rosa.

2.5K 253 49
                                    


—Relaja las nalgas, hermanita. Déjame procesar la información—me frena Trav sin dejar de dar vueltas por la habitación. Hasta comienza a marearme—. Quieres... ¿mi ayuda?—pregunta, al parecer, sin poder creer lo que le he comentado segundos atrás.

—¿Entonces...?

—¿Y desde cuándo para una broma necesitas mi ayuda?—Me interrumpe esta vez alzando una ceja—. ¿Acaso has perdido tu toque?—Al oír ello no puedo evitar rodar los ojos. El "toque" de Trav consiste en destruir a alguien en el ámbito emocional,  algo como romper el orgullo y dignidad de dicha persona. El mío simplemente es un tanto destructivo. Soy algo... impulsiva, pero eso no da al caso. El caso es más bien una operación: ¡La operación "venganza al rarito"! He pedido ayuda a Trav para llevarla a cabo.

—Solo es que... tantos años en un internado de chicas me hace pensar en solo bromas para ese tipo. Como teñir el cabello, romper su ropa, cambiar su maquillaje por SVNR...

—Espera—me interrumpe—. ¿Qué es es eso de SVNR?

—Sustancia viscosa no reconocida.

—¿Y de qué sustancia estamos hablando?

—No querrás saberlo.

—Iugh.

—Bueno, como decía: Un chico me ridiculizó en público y... ¡exijo venganza!—Alzo el puño en señal de ¿guerra? Mi hermano rueda los ojos sentándose a mi lado en la cama.

—¿Y si solo lo golpeo y ya?

—Ay, Trav.—Niego con la cabeza a sus ocurrencias—. Solo quiero ideas, yo seré la de la broma.

—Agh, como quieras.

Lo que más me enoja es el hecho de que Gohan logró atajar mis puños ¿¡qué mierda había sido eso!? Yo soy la que se pasa las tardes entrenando y sudando como un jodido cerdo.

Uh, por cierto... ¿los cerdos sudan? Misterios de la vida.

—¡Ya sé!—tal grito interrumpe mi debate mental. Me giro en dirección a Trav quien parece entender mi mirada interrogante—. Sé cómo te podrás vengar.

Una media sonrisa se instala en mi rostro y coloco toda mi atención a su persona.

—Suéltalo.

...

Golpeo tres veces sin obtener respuesta. Suelto un suspiro a la vez que pego mi frente a la jodida puerta de la habitación de mi hermano. Tarda demasiado el muy maldito. Golpeo nuevamente y me es inevitable morder mi labio con insistencia.

—Psss...Trav...

Nada.

Ya, al menos lo intenté. Con el menor ruido posible trato de girar la perilla.

“Está abierta”. Claro que no espero una invitación para pasar, tan solo lo hago cerrando a mis espaldas. Ya adentro lo primero con lo que me encuentro es un Travis durmiendo y babeando abrazado a su almohada. 

Dubi dubi duba.

Me acerco al estúpido, y como su cama es de esas con ruedas no dudo en colocarme a los pies de esta y comenzar a remecer con fuerza.

—¡¡Aaah!! ¡¡Terremoto!! ¡¡Wilson, Wilson!!¿Dónde estás? ¡¡Yo te protegeré!! ¡¡Corran!!—Comienza a gritar como maníatico, ¡y de esa misma forma yo comienzo a reír! Más cuando salta de la cama buscando al tal “Wilson”.

Luego de unos momentos —donde Trav no tarda en comprender la situación así sonrojándose hasta las orejas— siento el impacto de una almohada contra mi cara, ¡pero claro que ello no hace que pare de reír! 

—¡Idiota!—Mi hermano infla sus mejillas con enfado sentándose en la cama.

—Tú eres el idiota que se queda dormido.—Recupero la compostura y le miro alzando una ceja—. ¿Quién es Wilson?—Sus mejillas se vuelven a tornar rojas y mira hacia otro lado.

—Mi pelota favorita de baloncesto.

Vaya que tengo fuerza voluntad, que aguantarse una carcajada luego de tal disparate de seguro que se ha convertido en uno de mis logros de vida.

Este chico es un completo fan del baloncesto, de hecho, su beca “Satán” fue más gracias a tal deporte que sus notas.

—¿Acaso jamás has visto la película del naufragio ese?—pregunta Trav luego mirarme con ojos entre cerrados, me encojo de hombros.

—Sí, ¿pero que no era una pelota de voleibol?

—Cállate.

—Como sea, ya son las cero horas, ha llegado el momento de hacer ya sabes qué.

Mi Australopithecus hermano parece reaccionar y se coloca de pie.

—Es hora. Nadie se mete con mi hermanita y sale ileso.

—¿Hermanita?—Le doy la espalda y abro la puerta de su habitación—. Tenemos la misma edad, idiota. Incluso soy mayor por dos minutos.

—Liss, no rompas nuestro momento épico—responde y me abstengo de rodar mis ojos mientras salgo de la habitación.

—Andando.

...

—¿Pintura color arcoiris?

—Si te refieres a todas estas témperas, sí—respondo mirando el envase. Hubiese preferido pintura de óleo, ¡eso hasta huele tóxico!

—Estamos bajos de presupuesto, es lo único que pude conseguir de acuerdo a la lista—responde Trav a una queja no formulada. Wow, como si hubiese leído mis pensamientos. Cosa de mellizos, supongo—. ¿Brillantina?

—¡Lista!

—¿Confeti?

—Yeah

—¿SVNR?

—¡Infaltablemente listo!

—Vamos.

Trav parece más serio que yo en todo esto. Quizás sea porque quiere terminarlo cuanto antes, son cerca de las una de la madrugada y ya hemos llegado al colegio con los materiales listos. ¡Ah! ¿Y qué haremos? Venganza.

...

—¡Mete la jodida alambre!—grito ya cabreada. Lo relajada me ha durado poco, es que luego de lograr avanzar por conductos y desactivar cámaras, este estúpido no es capaz de abrir un jodido candado.

—Espera un poco más...

—¡Nada de un poco más!—Le empujo y tomo la alambre para en menos de que pudiera reaccionar abrir el candado.

¿Tanto le costaba?

—De todos modos yo lo había dejado casi abierto—susurra para sí, a lo que ruedo los ojos. Sí, claro.

El casillero de Gohan ya está abierto ¡viva! Sí, como dije: Casilleros con llave. Bastante original, ¿no? Espero y se note el sarcasmo.
En realidad, fue todo un revuelo eso de buscar la ubicación exacta de su casillero. En otras palabras, un revuelo de papeles que mandé a Trav ordenar.

Lo sé soy la mejor hermana.

—¿Tienes el SVNR con las témperas?—pregunta mi queridísimo hermano y le paso un frasco con el producto dentro, aparte del envase de las témperas—. ¿Y el confeti con la brillantina?—Repito la acción, solo que ahora con tales productos.

—Ven.

Miro hacia el interior del casillero. Se me escapa una sonrisa.

—Me he conseguido una mini catapulta. Sóstenla mientras coloco todo.—Hago lo que me pide para luego esperar a que termine para luego cerrar con una sonrisa de satisfacción.

—Buen trabajo, equipo.—Ambos chocamos las cinco. Esto es tan... emocionante.

—Es todo en lo que te puedo ayudar, el resto lo tendrás que hacer mañana. ¿Recuerdas el plan?—pregunta mi hermano y sonrío con ganas.

—Claro Trav, déjamelo a mí.

Son Gohan, si le declaras la guerra a una melliza se la declaras a ambos.

HERIDAS  ━ Son Gohan. Where stories live. Discover now