HERIDAS ━ Son Gohan.

━ 14. Trabajo de a tres.

El inspector pasó temprano por la clase de gimnasia avisando que —por suerte— cambia la entrega del dichoso trabajo en grupos para el viernes, y por suerte porque con los idiotas no llevamos hecho nada ¡y ya estamos a miércoles! Pensando en idiotas Gohan me tiene en duda, él dice que siente haber golpeado a su madre, pero ¿será que aquella fue la primera vez que se atrevió a levantarle la mano? ¿Será cierto que en realidad no tenía intención de hacerlo?, pero lo hizo, maldición.

Salgo de las duchas ya cambiada de ropa. No hay ninguna compañera y eso es algo obvio debido a que fui la última en entrar a asearme, ¡pero es que me incomoda enormemente hacerlo con todas esas urracas allí, compitiendo por ver a quien le crecen más rápido los pechos!

—Izumi.—Escucho al llegar al pasillo y siento una clase de deja vú al ver a Gohan acercarse a paso rápido.

—Debemos ver lo del trabajo.—Ante sus palabras me es inevitable alzar una ceja.

—¿Esta vez es verdad?—Gohan asiste con su cabeza, parece dudar, pero aún así habla sin tibuteo.

—No podré hacerlo.—Y vaya que mejor no hubiese abierto la bocota. Esta vez me cruzo de brazos. Es que... mierda ¿habla en serio?

—Debes estar bromeando...

—No estaré en un mismo ambiente con ese idiota de Lucas.

—¿Con Luck?—¿Qué demonios ha pasado entre él y Luck? ¿Acaso eran novios y terminaron mal? Okay, veo poco probable eso último, pero igual ¡he visto como se miran! ¡Como si se quisieran matar! 

—Exacto, por mí que lo hagan ustedes.

—No.

Definitivamente no.

—¿No?

—Debes ayudar, ¿me crees idiota? Si no haces nada me veré obligada a decirle al inspector que no quisiste participar. De seguro te calificará con nota mínima—gruño y Gohan me​ mira con cierta sorpresa. ¿Acaso me cree estúpida? ¡No voy a corroborar en su incompetencia!
¿Y si con Luck sacamos un diez? ¡Gohan también lo tendría sin mero esfuerzo!

—Lisa, el asunto no es contigo. Es con Daigo.

—¡Es conmigo cuando el trabajo me incluye! ¡Trabajarás con nosotros o te voy a delatar!

—¡Agh, eres tan...!

—¿Tan?

Gohan se queda en silencio. ¿Y ahora qué iba a decir ese idiota? Da igual. Puntos​ para mí.

—Los tres haremos el trabajo. ¿Te parece en mi casa, cabeza hueca?

—Agh, eres insoportable—gruñe y me aguanto las ganas de reír. Este niño es tan ¿molestable? Solo con mirarle se me vienen a la cabeza insultos.

—Tú un asocial.—Ante mi respuesta Gohan frunce las cejas.

—Prefiero ser eso a manipular a la gente.

—Y yo prefiero manipularla a alejarla.—Le miro desafiante, mas este solo me da la espalda para seguido de ello, sin decir más, largarse por donde vino. ¿Me acaba de dejar hablando sola? ¿Qué pasó con el «me importa lo que pienses de mí» de ayer? Son Gohan: Bipolar de primera.

Cada vez me caes peor.

...

—¿Dónde vives?

—En mi casa—respondo obvia a Luck quien golpea su frente con la palma de su mano.

Ya han pasado todas las clases y nos encontramos en la salida del colegio hablando del trabajo para mañana. Luck ha parecido ser un poquitín más civilizado que Gohan, solo un poquitín porque también armó un drama cuando mencioné que el de cabello amorfo también vendría, pero carajo ¿qué esperaban? ¿Que exiliase del grupo al otro solo porque le caía mal? Es una reverenda estupidez.

—¿Cómo quieres que llegue sin saber tu dirección?

—¿Cími Quiiris qui lligui sin sibir ti diricciín?—Bromeo, pero me mira confuso. Ah, qué hombre más aburrido—. Toma.—Con rapidez escribo mi dirección y le paso el pedazo de papel.

—Nos vemos.—Como es común entre nosotros, esquivo el beso "americano" en mi mejilla y Daigo se larga en el preciso momento que un auto se estaciona a mi lado. La ventanilla baja y veo a mi "queridísimo" hermano con ojos entre cerrados. ¿Qué le picó ahora?

—¿Quién era ese que se quería despedir de beso?

—Un compañero, tiene sangre americana.—Le resto importancia con la mano y abro la puerta de copiloto para seguido de ello sentarme y cerrar—. ¿Qué haces aquí con el auto de papá?

—Vine a buscarte.

Ruedo los ojos por enésima vez en el día.

—Trav, si te llegan a ver policías conduciendo sabrán al instante que eres menor de edad. Además... tienes cara de bebé.—Ante mi declaración me mira ofendido. ¡Ay, pero si es cierto!

—Soy un machote bien macho. Tengo testosterona por doquier—comienza a decir. Por mi parte, me coloco el cinturón de seguridad: Trav al volante es de temer.

Si sobrevivimos a esto... tendré que soportarlo en casa y desde la próxima semana en el colegio. Sí que estoy jodida.