Alexander agradeció que Grace se retirara a la cocina y no escuchara esa conversación.
-Ven, te mostrare la casa- dijo molesto.
Alexander le dio un recorrido por toda la villa, Paige se quedó extasiada al ver la extensión del jardín posterior, era hermoso; Mely disfrutaba mucha del paseo, pero en un momento se empezó a remover en los brazos de Paige para que Alexander la cargara.
El felizmente lo hizo, amaba a su hija, y le encantaba tenerla en sus brazos y a su madre junto a él.
Continuaron el recorrido hasta el pequeño establo, solo se encontraban tres caballos y un pequeño potro.
Mely trataba de tocarlos pero Alexander no la dejaba.
- ¿Son peligrosos? -Preguntó Paige al ver a Alexander alejar a Mely.
-No estoy seguro, estos caballos son de los cuidadores y lugareños, algunos de ellos no tienen espacio para sus caballos y cuando compre la villa ya traía el establo, así que se los ofrecí a cambio de vigilancia.
-Es un trato inteligente- concedió únicamente, trataba de no ser tan fría pero mantenía las distancias cosa que estaba exasperando a Alexander. Odiaba sentirla tan distante.
Regresaron a la casa donde Grace les tenía la cena preparada, Paige se negó a comer en la mesa del comedor ya que no quería que Grace trasladara toda la comida hasta allá.
Así los cuatros comieron en el desayunador de la cocina.
Paige y Grace hablaban arduamente mientras Alexander reía de sus ocurrencias, Grace contó un par de anécdotas sobre Alexander y su fase rebelde.
-Una vez él estaba castigado, pero el niño quería salir; tuvo la brillante idea de saltar de la terraza de su cuarto- contó Grace.
Paige estaba disfrutando tanto aprendiendo de su esposo.
-Pero Alexander ignoró la altura y término con un yeso de tres semana-continuo.
-No me lo recuerdes; fueron las peores tres semanas de mi vida.
-Eso sucede cuando eres joven, tengan paciencia, cuando esta pequeña crezca y traiga a más de uno tras sus huesitos... conocerán las dificultades de ser padres...- Grace dejo la frase al aire al ver la cara de Alexander.
-Falta mucho para eso- dijo el aludido con el ceño fruncido
Paige lanzo una carcajada, ver a Alexander en pose de padre celoso le derrite el corazón.
-Bueno, ya es muy tarde, deberían de ir a descansar -les recomendó Grace.
-Sí, tienes razón- concedió Paige, a pesar de haber descansado en el avión, aun tenia sueño.
Se despidieron de Grace y tomaron a Mely. Alexander las guio hacia la segunda planta; él había mandado a equipar el dormitorio de la niña hace una semana y quería ver la reacción de Paige.
Tenía la leve esperanza que si ella veía todo el esmero que había puesto en esa habitación, se daría cuenta que la amaba y lo perdonara por la estupidez de besar a Alisson.
-Esta es la recamara de Mely- al abrir la puerta dejo que ella entrara primero seguida por él, encendió la luz dejándola impresionada.
Era muy similar a la recamara que tenía en casa, la cuna, una mecedora y el cambiador, pero hoy habían más detalles, ella se fijó en las frazadas rosas que adornaban su cuna y en las estrellas pegadas en el techo, estas también se encontraban en la pared pintadas.
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Casada con mi jefe. Saga: NYC N° 1
RomancePaige Evans jamas espero ser madre tan joven, pero la muerte de su mejor amiga la obliga a serlo, con miedo a ser el fracaso que dicen sus padres; ella se arriesga a ser la madre de Mely Howard. Solo hay un problema: servicios sociales. Alexander A...