Capítulo 28

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El lunes todos en la empresa estaban felices por haber ganado, el ser conocidos como los mejores era algo increíble y muy bueno para la empresa.

Ese día Paige se encontraba realizando unas propuestas para los próximos pedidos.

Estaba feliz, a finales de esa semana Jason se mudaría a la ciudad y la próxima semana empezaría a trabajar en la empresa.

Ella escucho el sonido de la puerta y dijo que pasara. Estaba segura que no era Alexander, ya que él señor "esta es mi empresa" nunca tocaba.

—Señora Ambrosetti; dejaron esto para usted— dijo Dylan entrando con cuidado.

—Dylan...—Paige no encontró las palabras adecuadas; ellos no habían hablado desde el incidente antes de su luna de miel— Eh...si, pasa. Colócalo sobre la mesa.

Le indico Paige, era una situación muy incómoda, ninguno de los dos sabía que decir.

—Yo...me retiro— dijo Dylan de forma apresurada.

—Espera Dylan... tenemos que hablar sobre lo que pasó...

—No se preocupe señora Ambrosetti, no diré nada sobre su marido, puede confiar en mi palabra.

—No es eso. Yo...Quiero saber cómo estas.

Dylan evitaba mirar a los ojos a Paige; no quería que ella viera la tristeza en sus ojos.

—Me encuentro de maravilla señora, no se preocupe por mí.

— ¿Estás seguro?, porque me has evitado desde que volví.

Eso era cierto, ella había notado como él se escabullía cada vez que se encontraban.

—No señora, no la evitó; es solo que no la he visto; eso es todo.

— ¿Por qué de un momento a otro pase de ser Paige a señora?

—Porque usted es la esposa del jefe y no me gustaría tener problemas con el— respondió.

—Dylan, no tendrás problemas con Alexander, el ya comprendió que eres mi amigo...

—Ahí está el problema Paige— dijo molesto llamándola por su nombre, se acercó a ella— que yo no te veo como una amiga y tu muy bien lo sabes.

Paige se quedó sin palabras ante su afirmación, él tenía razón; ella lo sabía y era egoísta de su parte querer que el actúe que las cosas no era así solo porque no quería perder su amistad.

— Tienda razón, discúlpame— respondió, quizá lo mejor sería dejar las cosas así.

—Dime una cosa... ¿Él te hace feliz?— pregunto.

—Si Dylan—le dijo con toda la sinceridad— él, de verdad me hace muy feliz.

El solo sonrió con tristeza y movió su cabeza afirmativamente.

—Bueno, solo me queda desearte lo mejor. Que tenga un buen día señora Ambrosetti — dicho esto salió de la oficina

Ella sabía que era lo mejor, pero eso no evitaba que estuviera triste.

Más tarde durante el almuerzo habló con Alexander sobre el tema. Él estaba feliz con la noticia, pero no le gustaba ver a su mujer triste.

—Era lo mejor Paige.

—Lo sé, es solo que me siento mal por cómo sucedieron las cosas.

—No debes, en todo caso fue mi culpa por asustarlo— Acepto de forma tranquila, la verdad a Alexander le preocupaba en lo más mínimo el cartero, pero si con eso tranquilizaba a Paige, no le importaba decirlo.

Casada con mi jefe. Saga: NYC N° 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora