IV

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Desperté en un lugar totalmente diferente. Mi vista estaba nublada aún, pero supuse que me encontraba en una especie de búnker. No había ventanas ni ningún mueble, aparte de la cama claro. Por el efecto de mareo que sentí presentí que me habían drogado o golpeado muy fuerte para no recordar nada. Apenas empecé a recobrar mi sensatez, llamé a Raquel. Gritaba su nombre y golpeaba la puerta de metal esperando que alguien me saque de ahí. Que estúpido resultaba a veces. De repente la puerta se abrió, y delante de mí apareció una pequeña niña. Tenía el pelo negro, con algunos rayos castaños, sus ojos eran verdes y tenía la tez pálida. No medía mucho más de metro sesenta y llevaba puesto una camiseta de mangas cortas blanca, un pantalón militar y unas botas de cuero. Se veía tan absurda una niña vestida de esa manera, aparte que las botas le quedaban un bastante grandes.

- Veo que ha despertado la bella durmiente. O la bestia, por lo escandaloso que resultaste ser.

- ¿Dó-onde estamos? ¿Dónde está Raquel? ¿Quién eres?...

- Ups lo siento, disculpa mi informalidad. Me llamo Anahí, pero por aquí me apodaron "la niña" "la chica" o "la cosita irritante" – soltó una risita totalmente tierna- Te encuentras en el refugio "viento del Norte" o más comúnmente conocido como "el campamento de la resistencia...

Era cierto lo de la resistencia. No sabía cómo, pero algo que comenzó como mentira, resultó ser una completa verdad.

- Tú novia se encuentra en una habitación del pabellón de mujeres.

- No es mi novia...

- Lamento la confusión, pero la manera cómo reaccionaste al despertarte mostraría todo lo contrario... por cierto, tanto el líder como varios miembros de la resistencia, se disculpan por el modo en el que los trajimos aquí. Dicen que visto la actividad de "los encapuchados" por la zona en la que ustedes rondaban, era mejor traerlos aquí de esa manera y evitar conflictos innecesarios, o mismo, acabar armando una batalla.

No me importaba ya eso sólo querría ver si Raquel se encontraba bien.

- Tranquilo, ya verás a "tu amada" en un rato. Solo se paciente. El líder "B" quiere conocerte primero.

¿Cómo supo lo que pensaba? ¿Y quién era el líder B? todo estaba tan confuso.

- Aguarda aquí. Golpearemos a tu puerta cuándo el líder esté listo.

Esperar. Parecía que lo único que hacían en ese campamento era esperar y "ser pacientes".

Me empecé a acostumbrar a estar en la habitación. En mi larga espera cantaba canciones que Raquel solía tararear mientras íbamos caminando. Aproximadamente pasada la media hora, la pequeña apareció de nuevo en la puerta. Esta vez iba acompañada de un hombre alto, fornido y barbudo.

- Usted debes ser el nuevo... creo que la chiquilla ya presentó nuestras excusas por la manera abrupta como le trajimos.

Antes de que Anahí respondiera intervine.

- Sí, así es. E hizo un gran trabajo presentándome, de manera muy general, dónde nos encontrábamos.

La peque me sonrió y asintió con la cabeza regresando a ver al hombre.

- Pues, buen trabajo. Sin embargo, no creo que usted sepa todo acerca del lugar, ¿o sí?

- No señor.- La tranquilidad con la que hablaba inspiraba confianza, pero su seriedad te hacía caer en cuenta que estabas frente a alguien de rango elevado.

- Pues bien. Acompáñeme. Le presentaré el lugar- Antes mismo de ponerse a caminar hizo una pausa abrupta.- Lo siento, creo que no me he presentado correctamente. Soy el líder "B", jefe de la resistencia en contra del líder trébol. Estoy a cargo de este lugar y algunos otros a pocos km de distancia. Mis subordinados me ayudan con la carga excesiva de trabajo en los otros campamentos por lo que usted me verá muy seguido por aquí- Se paró firme y elevó un poco el tono de su voz- creo que ahora sí podremos recorrer las instalaciones. ¿Usted se llama?...

- Nicolás, pero puede llamarme como desee...solo una cosa, ¿Podría ver a Raquel? No tengo información alguna sobre ella aparte de que se encuentra en otro pabellón.

- Tranquilo Nicolás, pasaremos por ahí y podrás verla.

El campamento dónde nos encontrábamos era bastante grande. Contaba con; un salón de "inteligencia", en el que mucha gente estaba reunida, hablando, levantándose, anotando cosas en mapas y escuchando a otras personas exponer en pequeños cuadros; Una cocina funcional cómo las que había antes: tenía un refrigerador enorme y una salida directa al comedor. Este contaba con 5 mesas grandes y armarios repletos de vajilla. Del otro lado de la entrada principal se encontraban los dos pabellones. El pabellón A, en dónde se encontraban las mujeres y el pabellón B, dónde se encontraban sólo hombres (y por dónde había salido hace poco). Cada uno de estos tenía habitaciones con una cama, un lavamanos y un baño diminuto. Y por la cantidad de cuartos, supuse que vivía mucha gente allí. ¿Pero dónde se hallaba la mayoría?

- ¿Esto estaba ya construido cuándo empezó todo?- pregunté.

- Así es. Algún veterano medio loco lo construyó mucho antes. Seguro temía que sucediera este "fin del mundo"... Y antes de ver a Raquel, cuéntame, ¿De dónde vienen?

No sabía si mentirle o complacerlo con la absoluta verdad. Hace tan pocas horas que conocí al líder que no podía confiar totalmente en él.

- Vamos no tengas miedo. No somos provenientes de la armada azul, ni infiltrados. Pero por alguna razón terminaron aquí en las afueras.

No supe cómo pero leyó mi mente, así que decidí contarle el porqué de nuestro escape sin olvidar ningún detalle. 

Resistencia BWhere stories live. Discover now