5. Ángel

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Hay un ángel durmiendo en mi habitación.

Hay un jodido ángel encadenado al suelo de mi pequeña estancia, anclado -también- con un encantamiento hecho por el aquelarre de brujas en el que vivo y, a pesar de que han hecho hasta lo imposible por mantenerlo inmóvil por medio de su magia, no han dejado de leer y releer las páginas de los antiguos textos que almacenan. No han dejado de preguntar entre ellas si creen que el anclaje que han hecho será suficiente para contenerlo.

Todas están intranquilas hasta la mierda. Yo misma, pese a la desconexión que siempre presento hacia el resto del mundo, me siento inquieta y ansiosa debido a su presencia en nuestra casa.


Hace ya horas desde que ocurrió el incidente de la carretera. Hace ya horas desde que Mikhail intentó asesinarme y, a pesar de que no ha pasado tanto tiempo como se percibe, aún soy capaz de sentir el dolor de mi cuerpo por sus ataques violentos y brutales. Aún soy capaz de sentir el eco de su mano en mi cuello y el escozor en las heridas que acabo de suturar una vez más.

Cuando las brujas llegaron a la carretera, lo primero que hicieron fue inspeccionarme. Dinorah, en específico, me verificó de pies a cabeza. No pude pasar por alto ni un instante la manera en la que estaba mirándome. La preocupación en su rostro me tomó de una manera tan sorpresiva, que no he podido olvidarla ni un segundo desde que abandonamos el lugar.

Jamás la había visto tan angustiada. Jamás la había visto comportarse de ese modo tan... maternal.


Cuando el escrutinio exhaustivo terminó y todas las brujas se aseguraron de que me encontraba en perfectas condiciones, comenzó el interrogatorio.

Traté de no omitir ningún detalle acerca de lo ocurrido y, en el instante en el que llegué a la parte en la que el ángel me habló, todas ellas enloquecieron.

La sorpresa, el horror y la angustia se apoderó del ambiente en el momento en el que les indiqué el paradero del ser celestial. Ninguna de ellas había notado su presencia en la carretera y eso hizo que todas se alteraran otro poco.

El pánico no se hizo esperar cuando todas coincidimos en el hecho de que ninguna había sido capaz de percibir ningún tipo de energía emanando de él. Lo que quiere decir, entonces, que el tipo bien pudo haberme seguido durante días, meses o años, y bien podría nunca haberme enterado.

La resolución de este hecho, se ha asentado entre nosotras como veneno lento pero poderoso. Darnos cuenta de esto, ha cambiado por completo todo lo que sabíamos respecto a estos seres.

Los ángeles son criaturas bastante escandalosas por naturaleza. Es imposible no percibir la esencia de uno cuando está cerca. Es imposible que algo como lo que ocurrió esta noche pase... O al menos eso creíamos.


Daialee tiene la teoría de que, quizás, el tipo que descansa inconsciente en mi habitación es un ángel diferente en constitución. Un ángel de jerarquía un poco más elevada que el resto.

No hemos podido averiguar nada sobre él para comprobarlo -ya que el tipo se desplomó inconsciente en el suelo después de pedirme que no le hablara a las brujas sobre su existencia-, pero es la teoría más factible ahora mismo.

Lo cierto es que el ángel no se ha movido para nada desde que se desvaneció. Tampoco lo hizo cuando las brujas y yo detuvimos la hemorragia de sangre proveniente de la unión entre su omóplato y su ala derecha; mucho menos lo hizo cuando maniobramos con él para treparlo en la camioneta de Dinorah, y tampoco lo hizo cuando, con mucho trabajo, lo subimos por las escaleras para dejarlo en mi habitación.

STIGMATA © ¡A la venta en Amazon!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora