Afuera.

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Sebastian se me acerca, moviendo los hombros y sacando la lengua como si todo esto fuera una broma.

-¡Sorpresa!- Dice en su tono burlón que tanto me irrita.- ¿Feliz de verme? Me imagino que si por que ahora pareces como si hubieras visto una manada de lobos persiguiéndote, ah no, eso ya paso.- Termina soltando una carcajada.

-Que sorpresa Sebastian, y cuéntame como van esos rasguñitos.-Digo sosteniendo un palo con la seguridad que me dio pronunciar esas palabras.

-Todo bien niño, todo bien.- Responde copiando mis movimientos y poniéndose en posición de ataque.

-¿Listos?-dice Víctor.- ¡Ahora!

Como siempre, el da el primer golpe en mi pierna con el que no logra derribarme pero si me causa un dolor horrible, le respondo con un golpe en el brazo y otro en las costilla, sin embargo el no tarda en sacarme el aire y dejarme indefenso golpeándome en la parte lateral del estomago, cuando me recupero logro evadir un golpe directo a la espalda dando giros mientras me reintegro al combate y aprovecho para golpear fuertemente en la espalda de Sebastian, el gira para golpearme en el pecho pero logro bloquearlo, quedando pecho contra pecho, su fuerza me vence y tengo que evadir así que deslizo tras el pegando en la parte lateral de su estomago y dejándolo unos segundos sin aire, cuando regresa, regresa mas que furioso, dando los golpes con tal fuerza que se escucha como están a punto de tronar los palos cuando chocan uno contra otro, yo defiendo el ultimo golpe pero me es mas veloz cuando siento un dolor inmenso en la pantorrilla y así es como me derriba manteniendo la punta de su arma a milímetros de mi frente.

-Es suficiente.- dice Víctor.- Ya vimos que si tienes habilidad, ahora vayan con los demás, gracias Sebastian.

Este se retira haciendo un movimiento de cabeza y guiñándome el ojo.

Las siguientes horas las pasamos aprendiendo como defender con dos espadas gracias a la señora Trace, que por mas débil y linda que parezca tiene la capacidad de matar a cualquiera que la enfrente y por supuesto es muy buena maestra. Mientras tanto me doy cuenta que en lado de los expertos, Sebastian no solo es fuerte si no también veloz, otra razón por la cual no me volvería a enfrentar con el y también me percato que no solo se enfurece conmigo por que casi lo derribo, también lo hace con todo el que lo enfrenta lo que lo hace aun mas mortal.

El entrenamiento esta a apunto de acabar, solo faltan unas recomendaciones de Víctor para irnos.

Terminando su conversación el general nos da las gracias y nos cita para mañana a primera hora, dejamos nuestros instrumentos de entrenamiento y tomamos nuestra cosas, en la puerta se supone que me estaría esperando Misa, pero por mas que la busco entre la empedrada entrada no hay rastro de ella, voy con Víctor para que me informe de su paradero a lo que el responde que su madre la necesitaba, lo que es extraño por que ¿Como su madre la va a llamar en medio del entrenamiento? y lo peor es que el primer entrenamiento oficial de los arqueros comienza en un par de horas.

Me despido de Víctor y salgo por la puerta donde salio mi padre. Después de un pasillo donde se encuentra el jardín de mi madre, lleno de flores de distintos tipos, arboles frutales y arbustos verdes, esta el gran salón, donde siempre a estas horas nos encontramos la familia Rutherford para comer y tratar de convivir, por lo general solo hablamos de distintas situaciones del pueblo y proyectos a futuro para el reino, nunca se llegan a hacer preguntas como: "¿Que hiciste hoy?" o "¿Como te sientes?" No, solo reinar, ser ricos y extender nuestro poder es lo único que importa. Como no encuentro a nadie sentado en la gran mesa con ocho sillas por lado y una en cada extremo y con un gran candelabro de Cristal encima, procedo a ir a la cocina para buscar algo de comer, recorro casi todo el salón (que mas bien parece una plaza por que es gigante) hasta que llego a la puerta que da hacia la cocina, donde aun siguen personas que en vez de cocinar, pulen flechas, espadas, escudos y otras armas. Busco desesperadamente a Senda pero no tarda en aparecer con una bandeja de comida: Una deliciosa pierna de conejo con una sopa que no logro distinguir sus ingredientes pero aun así se ve un manjar, un vaso de jugo de naranjas frescas y una manzana, por eso agradezco que esta mujer exista en este castillo. Me acompaña hasta una mesa del jardín para que pueda comer tranquilo mientras conversamos de nuestro día, comienzo diciéndole lo de Sebastian y toda la historia de como abusaba de mi por su gran fuerza.

-Si es el chico que estoy pensando, lo vi llegar en un caballo cuando fui a comprar cosas al mercado.- Me comenta con su voz dulce pero algo seca, pues a pesar de que es la mujer mas alegre que conozco la edad le ha alcanzado.- se veía muy guapo y limpio, pensé que era un príncipe, pero ¿Que estará haciendo aquí solo?

-Lo mismo me pregunto Sendita, y ahora cuéntame ¿Que tal te fue hoy? Supongo que es cansado estar todo el día puliendo y ayudando a todos.

-No te imaginas, no he parado hasta ahora, por que en cuanto me di cuenta de que habían terminado de entrenar corrí a hacerte de comer, supuse que estabas muerto de hambre (tiene razón) pero fuera de eso todo el día he estado trabajando.

-No te preocupes, si quieres en seguida que termine de comer voy a ayudarte.

-¡No, que va! Acabas de hacer mucho esfuerzo, estas muy cansado (también tiene razón).

-No importa, de hecho no estoy cansado, solo algo adolorido.

-Necesitas descansar Fernan, yo se lo que te digo y aparte tienes el resto del día libre, tu padre esta muy ocupado como para prohibirte cosas, anda sal un rato a conocer el pueblo, yo te cubriré diciendo que saliste a limpiar a tu caballo o a tu rincón del bosque, vamos, antes de que obscurezca.

Salir a conocer el pueblo. Nunca había estado tan cerca de hacerlo, bueno ni si quiera me había pasado por la cabeza con todos mis problemas pero que bien me ha caído la idea. Desde chico por el tema de ser príncipe he tenido que reprimir mis ganas por conocer a la gente que gobernamos, platicar con ella, convivir y no solo verlos desde el balcón de la plaza principal, recorrer sus calles y esos lugares especiales en los que las personas ríen a pesar de sus problemas, visitar el mercado donde compran su comida, los alrededores por fuera. A pesar de que he pasado por la plaza principal y el mercado, solo a sido en montado en un caballo o en una lujosa carreta, pero fuera de eso no me he detenido a observar y vivir el momento.

Esbozo una gran sonrisa a Senda en modo de aprobación a su idea, a lo que ella responde con un cariñoso apretón en el hombro derecho.

Termino de comer y me apresuro a darme un baño y ponerme la ropa mas humilde que encuentre, por que a pesar de que trato de mostrar una actitud muy buena con el pueblo, por el simple hecho de pertenecer a la familia Rutherford, todos me odian. Después de unos minutos quedo irreconocible, me he puesto los zapatos que uso para lavar mi caballo, una remera blanca con una mancha irremovible de lodo por todo el pecho, un cinturón de cuero desgastado, un pantalón de tela azul obscuro con el que suelo andar los días en los que no me paro de mi cama y un saco largo del mismo color, pero este tiene una especie de gran gorro que con solo doblarlo de las esquinas me cubre media cara.

Y así es como salgo por la puerta trasera donde hace unas horas entre corriendo, daré la vuelta entera al castillo para que nadie sospeche nada. Al llegar a la puerta principal noto una gran cantidad de gente dividida en dos filas, una que da dirección hacia el centro y otra que da dirección hacia fuera del castillo, me integro en la del centro y me maravillo al ver todos los lugares donde venden una gran variedad de frutas, jarrones, flores, carne y otros objetos que por la emoción no me doy tiempo de observar, hay caballos por todas partes, unos siendo montados por los caballeros (de los que debería de estarme cubriendo) y otros cargando carretas con distintos productos, todo es tan hermoso, niños corriendo, colores por todas partes, risas de conversaciones lejanas, personas vendiendo, tiendas de todo tipo, carpas color rojo, banderas con el escudo del reino, gente anunciando. Mi mente se satura de tantas cosas que no percibo mis acciones ni en donde estoy hasta que siento un fuerte golpe de un algo café que no logro apreciar por que mis ojos se nublan, solo veo sombras de gente caminando y unas cosas verdes flotando como si fueran insectos gigantes, mi cabeza toca el suelo y quedo tirado y sin conciencia.

Beautiful treason.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora