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Jaemin

Por fin otra clase había terminado. El profesor era muy bueno en su trabajo, pero hay alumnos que no lo valoran, casi todos, y lo digo así porque claramente que no me incluyo, no hace nada, absolutamente nada.

Si hablamos de compañero de banco, ese imbécil, me incomodaba de muchas formas. A veces sentía su mirada en mí mientras yo hacía las tareas que todos debían hacer. Hubo un momento donde su mano se había apoyado de forma "accidental" creo yo, en mi pierna. Claramente no me había quedado con la boca cerrada, tuve que ponerlo en su maldito lugar, y como Jeno es un maldito terco no me hacía caso. Por otra parte no podía entender como fue posible que ya supiera una faceta de él, ¿Acaso todos los ricos son así?

En fin. Estaba buscando alguna dirección que me lleve hacia la cafetería y distraído choqué con alguien, maldito Jeno.

—L-lo siento...—dije nervioso, estaba tan paranoico de mi paradero aquí que ya no sabía ni en quien confiar.

—No te disculpes, no pasa nada.—¿Acaso estaba soñando? ¿Alguien aquí es capaz de disculparse y tener respeto?—Un gusto chico nuevo, soy Lee Donghyuk, pero puedes llamarme Haechan.

—Un gusto Haechan, yo soy Na Jaemin.

No quería adelantarme tanto. Quizás esté muchacho se me estaba haciendo el buen chico, quien sabe.

—Veo que estás perdido, ¿A dónde querías ir? Déjame ayudarte.

—Quiero encontrar la cafetería, ¿Sabés dónde está?

—Justo ahora estoy yendo allí, sígueme.—me dijo muy amablemente, este chico de verdad es muy bueno y espero que así lo sea.











Jeno

—Hey Jeno, ¿Qué piensas del nuevo niñito pobre?—me preguntó Chenle, uno de mis mejores amigos y uno de los chicos más ricos del instituto.

—Es sólo un pobretón más, ya sabes. A decir verdad, es muy lindo. 

—¿Acaso te estás escuchando?—su mirada me transmitía repulsión, yo también hubiese reaccionado de la misma forma.

—Chenle, la verdad es que si es lindo, aquí todas las chicas están operadas, y desde hace mucho que no veo la belleza natural y sin dudas ese chico la tiene...—absorbé mi frappé, estaba tan rico y a la vez es tan caro.

—Dejando de lado tu enamoramiento, ¿Quieres ir a jugar polo este fin de semana?

A veces Chenle podía parecer que te estaba taladrando la cabeza. A pesar de que fuera mi mejor amigo me cansaba escucharlo. Estaba por contestarle sobre la salida del fin de semana hasta que mi otro amigo, Haechan aparece, pero éste venía acompañado.

Mierda.

—¿Jeno? ¿Pasa algo?—preguntó Chenle, seguro estaba atento a mi asombrada mirada, ¿Cómo carajos ese pobre estaba con mi mejor amigo?


—Hola chicos, ¿Cómo están?

Chenle sonrió hacía nuestro amigo. Cunado ese tal Jaemin se había sentado en frente nuestro, con Chenle- nos miramos y negamos la cabeza. Yo simplemente me dediqué a seguir tomando de mi bebida, observando la escena que estaba por hacer Chenle, lo conocía y sabía que el chino era muy malo con la gente que realmente no soporta.

—Haechan, ¿Quién es él?—señaló hacia mi compañero de banco, dando también una cara no tan amigable.

—Es Na Jaemin, me lo crucé recién cuando venía, ¿No les molesta verdad?

—No para nada, jejeje—Chenle dio una de sus risas falsas, en ese momento también me ayudó a responder, gracias hermano.

Estábamos hablando de cosas sin sentido, claramente excluyendo a Jaemin. De vez en cuando mis ojos iban hacia él, notando que su mirada no dejaba de ver hacia abajo, sus manos estaban juntas y apoyadas en la mesa. Jugaba con sus dedos como si fuera una batalla. Era tierno, no lo negaba, pero diablos, era un pobre y de verdad eso me producía mucho rechazo hacia él.


—Dime Jaemin, ¿Que harás esta fin de semana?—dijo Chenle cruzando sus brazos, ahora se venía el verdadero show.

—Seguramente nada.—respondió tímido, hasta que una leve sonrisa apareció.

—Como todos los pobres...—murmulló en chino, teniendo la desaprobación de Haechan pero mi aprobación al reírme por debajo, diablos, la carita confundida de Jaemin me estaba matando.

—Entonces, ¿Te gustaría jugar al polo con nosotros? Irá Jeno y seguro Haechan, ¿Vienes?

Esperen un momento. ¿Que diablos está diciendo Chenle? Él odia demasiado a los inferiores a él, ¿Por qué hace esto? Eso claramente no lo aprobaba, me negaba a qué Jaemin pise nuestra tierra. Chenle al ver la cara no tan convencida de Jaemin, continúo con lo suyo.

—¡No puedes faltar! Si quieres te paso a buscar si no tienes como ir.

—De acuerdo.

La incomodidad de Jaemin se podía notar, estaba claro que no quería estar ahí. Chenle era todo un malvado, y sin que me diera cuenta, toda esta situación me estaba pareciendo cómica.

—Ya vengo chicos, iré por unos refrescos.—los tres de la mesa asentimos.

—Me alegro que hayas aceptado. Y alégrate un poco, yo no invito a cualquier gente a jugar.

—¿Puedo hablar un momento contigo?

Bueno, creo que mi tolerancia había llegado a su límite. Entendía el punto al cual quería llegar Chenle, pero esto ya era demasiado. No podía aceptar que Jaemin fuera a depender de Chenle de esa forma y que él cediera.
Salimos de la cafetería hasta llegar a la puerta y de forma inmediata, nos apoyamos en la pared. Le dirigí una mirada cómplice mientras levantaba mi ceja.


—Quiero que me digas que acabas de hacer.

—Sólo quiero que él se sienta como nosotros por lo menos una vez en su desgraciada vida.—su sonrisa malvada apareció, otra vez.

La verdad la idea era agradable. No tenía ánimos de hablar, por lo que simplemente palmee su hombro, haciendo que ambos soltaramos unas risas. No tenía ganas de volver a la cafetería, por lo cual me puse cómodo, apoyando mi espalda en la pared, escuchando como Chenle volvía a taladrar mi cabeza por segunda vez en el día.

—Hola Jeno, ¿Cómo va la mañana?

Lo que faltaba, Hee Jin. Esa niña era una completamente molesta, vivía llamándome por las mañanas y me perseguía por los recesos, justo como ahora. A decir verdad, ella era linda, pero como dejé claro antes, la mayor parte de las chicas están operadas y Hee Jin no era la excepción. A veces pensaba en tirarmela, pero en el acto tendría miedo de que sus pechos reventaran cuando se lo toque. En ella gritaba la palabra plástico.

—Mi mañana iba muy bien hasta que tú apareces, ¿Me harías un favor? Lárgate de aquí.—mi mano se movió en señal de despedida, sabía que había sonado muy grosero, ¿Y qué?

—Te admiro mucho.—dijo Chenle.

En ese momento aparece de manera sorpresiva nuestro amigo Haechan. Su mirada reflejaba enojo a su máxima expresión.

—¿Por qué mierda dejaron solo a Jaemin?

No me había dado cuenta de que él estaba allí. Haechan le sostenía la mano con firmeza, ¿Desde cuándo esa confianza? Mis ojos no dejaban de ver esa unión de manos. Podía escuchar como Chenle le daba una tonta excusa, mientras que yo sentía como una especie de fuego se estaba apoderando de mi cuerpo. Me sentía molesto, muy molesto y no sabía la razón, y creo que era mejor no saberla.












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