Capituló 3

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POV Miku

No puedo creerlo, por culpa de esa idiota que me aplastó llegué tarde, sudada y de malas (comocuando te visita andrés XD)  a mi salón. Y yo que estaba emocionada porque hoy empezaba un nuevo curso escolar, nunca pensé que mi día empezaría de esta manera tan mala, Puff, pero ya basta de quejas, necesito hablar con el profesor para poder entrar al aula.

Gracias al cielo es el que da la asignatura de matemáticas, estoy salvada; él sin duda me tiene puesto como la mejor de sus alumnas; aunque pensándolo bien, la mayoría de los maestros me consideran una alumna ejemplar, así que no tengo problema alguno. Me acerco a la puerta y toco sutilmente para llamar la atención del profesor, que recién había empezado sus clases.

– Buenos días Hiyama-Sensei, lamento el retraso ¿Puedo pasar? – Dije poniendo la carita más inocente de mi repertorio.

– Oh claro señorita Hatsune, pero ¿Podría decirme por qué llega usted tarde el primer día de clases? Eso es muy inusual en usted. Dígame ¿Le sucedió algo? – Preguntaba mientras me daba una seña con la mano para ingresar al aula.

– En efecto Sensei, tuve un percance esta mañana en la entrada de la escuela pero no se preocupe, no es nada importante (así es, hoy una idiota me tacleó llevándome al piso, y por si fuera poco, me insultó diciéndome que era una niña de secundaria, puff, la muy maldita) – Dije mostrando mi mejor sonrisa y sentándome en mi lugar.

– De acuerdo, como le iba diciendo a sus compañeros, hoy tendremos un estudiante que acaba de ser transferida desde Inglaterra. Espero que todos ustedes la traten bien, y le den una amigable bienvenida; y más usted señorita Hatsune, ya que como representante de la clase tiene que ayudarle en lo que necesite –Sonrió mirándome a mí, dios, lo que me faltaba.

Yo solo asentí devolviéndole la sonrisa, cuando de pronto asomó por la puerta una secretaria, de seguro que ha acompañado a la alumna nueva. El profesor entró de nuevo al aula aún más sonriente y dijo:

– Presten atención, ha llegado una nueva compañera, guarden silencio, por favor pase y presente señorita – Hizo una señal con la mano y al instante pude divisar una cabellera rosa. En ese momento, el único pensamiento que pasaba por mi mente era: Esto no es verdad, no puede ser; de tantas clases, esta idiota tenía que estar en mi salón, esto es una broma de mal gusto.


Mi Estúpido y Rudo AmorМесто, где живут истории. Откройте их для себя