☆ Capítulo 7. Bruja.

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Escuchar las palabras de Mery realmente la molestó. Alba estaba segura de que ella sabía que iba a venir. Prácticamente, ella fue quien la llevó hasta allí.

Decidida y con el enojo aumentando, se posicionó enfrente de Mery, mostrándole su cara, haciéndole saber que estaba allí en busca de respuestas.

—Sí, claro. Como si no lo supieras. —respondió furiosa. Mery rió descaradamente.

—Está bien. Puede que supiera que ibas a venir pero querida, no soy adivina, lo que no sé es lo que quieres.

—Sólo quiero saber quién causó mi accidente —dijo, sin rodeos.

—¿Quién te dijo que fue provocado?

—Mery... ¡por favor! —dijo Alex, suplicándole a la rubia que colaborara un poco.

—¡Agh, Alex! —se quejó— Cariño, debes dejar que me divierta un poco más. ¿No ves que esta chiquilla es muy graciosa?

—Mery, ya ha tenido suficiente por hoy. Su accidente ocurrió hace unas pocas horas —le hizo saber el muchacho. La rubia formó una enorme "O" con sus labios.

—Ya veo. —la cara de Mery cambió completamente. Ahora era un poco oscura y algo sarcástica. Le molestó el hecho de que la morena hubiera llegado en tan poco tiempo— Has llegado rápido, querida —se dirigió a la chica enfrente de ella— Muchos tardan días en llegar, incluso meses. —dijo analizando sus palabras lentamente. Alba casi se sintió amenazada— Tienes potencial, Alba Stone. Eso me sorprende. Con respecto a tu accidente, no te lo dejaré tan sencillo. No soy bruja, no puedo hacer una poción y mostrarte tu futuro, cambiar tu pasado o escribir tu presente, mucho menos enseñarte quién trató de hacerte daño. Lamentándolo mucho, solo puedo decirte una cosa: la persona que te hizo daño, simplemente no te quiere.

—¿Es en serio? ¿Eso es todo? De verdad no creo que una persona que me quiera, me haga daño —respondió con sarcasmo, al igual que la sonrisa dibujada en la cara de la rubia.

Mery simplemente la miró.

—Déjame terminar, querida —continuó— Su envidia hacia ti llegó a un punto tan alto que decidió no tenerte por más tiempo a su lado en la Tierra. Y lo más triste, preciosa —se acercó a Alba, casi susurrándole en la cara— es que era la persona en la que tu más confiabas.

Su tono de voz le erizó la piel. ¿La persona en la que más confiaba? Alba confiaba en muchas personas: en sus muchos amigos, en sus familiares, ¡incluso tenía conocidos en los que había llegado a confiar! ¿Alguien sentía envidia de ella? Eso definitivamente le parecía imposible. Ni siquiera tenía sentido alguno.

—Muéstrame quién, por favor —le suplicó.

—No puedo, dulzura. Ya te dije que no soy bruja.

—¡Claro que lo eres! —le gritó la morena, con la poca paciencia que le quedaba agotándose.

—No, no lo soy. —dijo Mery, endureciendo su tono de voz.

—Pero...

—¡Ya te dije que no! —le gritó enfadada. Eso asustó a Alba muchísimo más— Discúlpame, dulzura —dijo suavizando su voz, recuperando su postura—. Me enojo con facilidad —se excusó.

Los ojos de Alba se humedecieron nuevamente. Lo único que quería era despertar, ver de nuevo a su madre y descubrir quién le había hecho tal daño. Miró a Alex. El chico sólo susurró un "lo siento".

Alba agachó su cabeza y rió sin ninguna pizca de gracia.

—¿Que te disculpe? —dijo mirando a Mery— ¿Que lo sientes? —se dirigió a Alex— ¡Yo soy la que vio a su madre llorar a cántaros al lado de mi cuerpo en coma! ¡Soy la que se acaba de enterar de que alguien trató de asesinarme por el simple hecho de que me tenía envidia! Y soy a la que nadie quiere ayudar —dijo gritando. Algunas lágrimas se escaparon de sus ojos y su voz, aunque trató de evitarlo, se llegó a romper en ciertas partes. Se sentía devastada y traicionada. Lo que hace unas horas sintió que se fracturaba dentro de ella, ahora estaba más que segura de que terminó de fracturarse. Era como si su espíritu se rompiera en millones de pedazos que no podían repararse otra vez.

—Tranquila, querida. Encontrarás a quien te hizo tanto daño. Es lo único que te puedo asegurar —una vez que terminó de hablar, se retiró.

Alba la vio marcharse y sintió unas ganas incontrolables de insultarla y empujarla.

"Estúpida bruja", pensó. Alba sabía que Mery podía decirle todo lo que había ocurrido y, en cierta parte, no se estaba equivocando. Se convenció de que no lo hacía simplemente porque no quería hacerlo.

—Creo que deberíamos irnos —dijo Alex tomándola por los hombros— Vamos.

El muchacho no se atrevió a mirarla a los ojos. Él no podía hacer nada cuando se trataba de Mery, él la conocía a la perfección, era testaruda y sabía que, si no le había dicho nada a Alba sobre la persona que intentó matarla, era porque quería que ella misma lo lograra. Después de varios minutos le habló.

—Eso no fue de mucha ayuda, ¿verdad, Alba? —le dijo, tratando de aligerar el ambiente. La muchacha le dedicó una mirada molesta y caminó mucho más rápido, dejándolo atrás. No quería hablarle y es que no lograba comprender porqué no la ayudó a conseguir más información.

Ambos chicos llegaron al ascensor y, mientras éste descendía, ninguno emitió algún sonido.

Apenas la chica bajó, sintió que algo no estaba bien. Se sintió mareada, su visión se tornó negra y podía escuchar unas voces algo distorsionadas que decían su nombre una y otra vez. Sus piernas no respondían y, al igual que las hojas en otoño, cayó al suelo.

—¡Alba! ¿Estás bien? —dijo Alex, quien corrió para ayudarla.

Eso fue lo último que le escuchó decir antes de desmayarse por completo.

*****

Editado Dic. 20/2017

(¿Qué le pasó a Alba?
Esa Mery es muy chuky pero no es mala.
Ayer quería subir otro capítulo pero no pude por... boba. Pero bueno, aquí está.
Voten y comenten.
Besos, bye.)

Ainsh, me quedó cortico pero ya que... yolo.

¿Sigo viva?Where stories live. Discover now