☆ Capítulo 12. Joe.

66 17 1
                                    

—No logro entender qué clase de amigos tienes, Alba Stone.

—¡Cállate!

Ya era de noche y, obviamente, no iban a conseguir respuestas si Joe estaba dormido, por lo que ambos chicos sabían que tenían que idear un plan B: los dos esperarían a que amaneciera y, cuando Joe despertara, Alba lo llamaría, al igual que hizo con James, sólo que ésta vez trataría de asustarlo un poco para ver si de esa forma podría conseguir un poco de información. O al menos esperaba que funcionara, al igual que en las películas que solía ver.

Una vez que Alba le contó lo que harían a Alex, éste le respondió un simple "manos a la obra" y se sentaron, descansando y esperando a que fuera de mañana para poder ejecutar lo que ya habían pensado.

—¿Crees que estemos cerca? —le preguntó la chica, viendo cómo su acompañante jugaba con las escasas hojas en el suelo.

—Absolutamente. Además, Mery nos lo aseguró.

—¿Es en serio? Sabes que no confío en ella.

—Creo que deberías comenzar a hacerlo. Ya te lo dije una vez: Mery puede ser odiosa, pero jamás una mentirosa —le recordó.

—Y debería hacerte caso porque...

—¿Sabes quién le enseñó a Chloe movilizar los objetos? —le preguntó de repente. Alba negó con la cabeza— "La bruja de Mery".

—¿Qué?

—Así como escuchas —dijo—. Imagino que Mery sabía que necesitarías ayuda. Es sólo una suposición.

Esa confesión le hizo cambiar un poco la percepción que tenía de Mery, sin embargo, eso no se lo diría a Alex, su orgullo no se lo permitiría. Cuando encontraran al culpable, hablaría con la rubia.

Alex se dio cuenta de que la chica estaba pensando mucho y sonrió.

—¿Quemando neuronas? —le preguntó con tono de burla, totalmente sarcástico.

—¡Ya, duérmete! —le ordenó molesta.

—Sabes que no puedo dormir, Stone —le dijo con obviedad. Otro punto para Alex que ella no admitiría.

—Pues... entonces... —dijo pensando en una respuesta— cierra los ojos.

—Ok, ok.... fastidiosa —respondió con una sonrisa en su rostro y, a pesar de que sabía que la chica no hablaba del todo en serio, obedeció igualmente.

●•●•●•●•●•●•●•●

Las horas pasaron, para Alba: largas y lentas y, para Alex: tranquilas y relajantes. Finalmente, el Sol salió anunciando que era de mañana.

—Alex —lo llamó—, creo que Joe ya está despierto. Escuché una alarma sonar.

Se levantaron del suelo en el que habían estado esperando. Se dirigieron a la parte trasera de la casa y, por la ventana de la habitación del chico, se dieron cuenta de que éste, efectivamente, ya había despertado.

—Y ahora, ¿qué tienes en mente para hacer tu plan? —le preguntó Alex.

—Hacerme pasar por la policía —le dijo—. Haré que sus padres lo regañen. Cuando Joe era más joven... y más estúpido, tuvo unos pequeños enormes problemas con la ley —explicó.

—¿Qué hizo?

—Tomaba sustancias. Utilizaré ese punto, según él "olvidado en el pasado", en su contra.

—Un plan maléfico... —dijo con una sonrisa ladeada— me gusta.

—Lo sé —respondió satisfecha con su ingenioso plan. Chocaron los cinco e inmediatamente buscaron un teléfono público.

¿Sigo viva?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora