xx. valor.

75 8 0
                                    

Ya sabes que se me dan fatal las matemáticas. Pero poco a poco he ido mejorando.

Le resté todo el valor que pude a mis gestos.

Era una sensación extraña. Como si mi profesora -la vida- se hubiera estado burlando de mí todo el tiempo. De pronto, 6 no valía 6 para el resto de la gente.

Comprendí que un abrazo a penas valía algo para los demás.
Yo jamás tocaba a nadie; sólo abrazaba a quienes más quería en los momentos más específicos.

Abracé a una amiga mía una tarde, cuando me contó un secreto del que ahora -sí, lo reconozco-, ni me acuerdo.
Paseamos.
Se encontró con una conocida y la abrazó, y hablaron del mismo tema del que habíamos estado hablando las dos.

No lo entendía.
Entonces ¿qué demonios significaba para ella abrazar? ¿Un saludo? ¿Para todos? ¿Fueras amigo, novio, desconocido?

Oh, dios mío. Por no hablar de enviar besos y corazones en los mensajes.
No lograba captar por qué todo el mundo enviaba besos a todos, como si fuera una tecla más del abecedario, como si dar un beso no fuera dar un beso.

Y jamás llamaba a nadie mi amor, ni cariño, ni nada.

Sabes. Ahora lo utilizo casi como una coletilla. A nadie le sorprende.
Nadie comprende que si llamas a alguien mi amor, es porque lo quieres. Si lo llamas cielo, es porque piensas en él cuando levantas la mirada.

Por no hablar de decir te quiero.
Aquello era casi un sacrilegio.

Y todos me decepcionaban tanto.
Nadie entendía el valor que tenía para mí dedicar esos pequeños gestos.
Lo mucho que valían para mí que me los dedicaran.

Se acentuó cuando corté con mi primera pareja.
No sé si porque me acostumbré a dar tanto amor a una sola persona que luego no supe qué hacer con todo el que había acumulado.
O porque -aunque sé que es mentira-, al final no supo apreciarlo -como todos-.

Ahora sigue importándome, por supuesto, aunque ya no me duele.
Ahora los entiendo, supongo. No espero mucho más.

Abrazo a la gente que me importa, aunque ahora algo más a menudo. Les toco el pelo. Me apoyo en su hombro.
Mando besos a todos pero a pocos beso.
Ahora se me escapa cariño y mi amor a unos cuantos.

He acabado aprendiendo por mí misma que por ser más habitual no significa que valga menos.

He acabado aprendiendo de ti que sí que hay gente que en vez de restar, les suma valor a estos gestos.

Aunque te aviso (por experiencia) de que
se necesita valor para eso.

Todo en lo que pensaba cuando respondí "nada".Where stories live. Discover now