34- Despedida

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-Aish, qué frío -rezongué, corriendo a prender la estufa ni bien puse un pie dentro de mi habitación.

Jordan cerró la puerta y se quitó la chaqueta, para luego tirarla sobre mi perchero de cualquier manera.

-Que si hace calor porque hace calor, que si hace frío porque hace frío. A ti no hay nada que te venga bien, Evie.

Me reí.

-Oye, ¿no te quedas y hacemos pijamada? 

-Quedé con Toddy hoy...

-Creo que me estás abandonando por un novio -fingí indignación-. Y yo que creí que los amigos iban primero.

-¡Y así es! Pero quedamos hace varios días.

Entrecerré los ojos.

-Ojalá que te duela.

Jordan me miró confundido.

-¿El qué? -le sonreí como una pervertida y él enrojeció hasta las orejas-. ¡Oye! ¡No!

Me entró la risa. Me quité mi propio abrigo y bostecé.

-Pues creo que hoy me voy a dormir temprano. Mañana tengo que cuidar a Molly.

Hacía unos pocos días había empezado de niñera, y la verdad es que no estaba tan mal. La paga era buena, la niña era simpática y de vez en cuando podía comerme una o dos galletas de las que dejaba su madre para la merienda.

-Me pregunto quien de los dos terminará más agotado.

-Espero que tú -respondí con una mueca.

Jordan se sentó en mi escritorio y prendió mi computadora (que en realidad también era de Abby, un regalo de Navidad que nos habíamos echo ambas).

-Oye, Evie...

-¿Mmmh? -me tiré sobre mi cama, nadando entre el desorden de las sábanas-. ¿Qué?

-Tengo que decirte algo y no se cómo -el muchacho se rascó la barbilla, indeciso.

Abrí la boca para soltar algún comentario sarcástico, pero inmediatamente enmudecí porque la expresión de mi amigo delataba que de verdad tenía que decirme algo importante. Me senté sobre los almohadones y le miré con un signo de interrogación en la cara.

-Suéltalo y ya -insistí, dudosa.

-Hoseok se va.

Lo primero que sentí fue un hueco en el estómago al oír su nombre, pero inmediatamente varios pensamientos se sobrepusieron en mi mente.

-¿Cómo que se va? ¿A dónde se va? -ladeé la cabeza-. A estudiar, ¿eso?

-Se va a Corea, Evie -Jordan apartó la mirada-. Vuelve a casa.

-Supongo que le habrán adelantado el receso de invierno...

-No lo entiendes -se sentó a mi lado en la cama-. Se va para siempre.

Pestañeé lentamente, incrédula, como si fuera tonta y no entendiera el concepto. Pero lo entendía, lo entendía claramente, y no me lo tragaba. Porque, o sea... No tenía sentido, ¿no? ¿Cómo se iba a ir? 

-Pero eso es imposible -sonreí, sin saber bien cómo explicarle que realmente no era posible-. Él me habría... No lo sé, me lo habría dicho.

-Ya pasó medio año, amiga. Y cada uno siguió con su vida desde aquella pelea -hizo una mueca, mirándome el ojo que alguna vez había estado muy inflamado-. Todd me lo dijo. Creyó que tal vez tu querrías despedirte.

You Are My Angel [Jung Hoseok]©Where stories live. Discover now