Au Revoir

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Era una mañana como cualquier otra en la mansión Agreste, Adrien se había levantado tan temprano como siempre y había asistido a tres clases extra escolares antes de la hora del almuerzo, otro día común y corriente en su vida, solo que no lo era.

Adrien disfrutaba de su almuerzo y apenas lo había terminado llegó Nathalie, la leal asistente de su padre, con su horario del día, como usualmente lo hacía, mientras el chico lo revisaba algo llamó su atención inmediatamente.

- Qué significa esto? - indicó a la mujer - Aquí dice que tengo una reunión con mi padre. -

- El señor Agreste desea hablar con usted - indicó la mujer esquivando su mirada - Es un asunto de vital importancia -

El joven verificó su reloj que le indicaba que la reunión con su padre era en 5 minutos, le extrañaba esta forma tan formal de realizar las cosas, era habitual en él pero normalmente se le informaba de esas cosas. Se levantó de la mesa y se dirigió a la oficina de su padre, conocía muy bien su temperamento y sabía que no debía hacerlo esperar, tocó la puerta y pasó cuando escuchó la voz de su padre indicando que lo hiciera.

- Querías verme? - preguntó inmediatamente, era mejor ir al grano.

- Así es - asintió su joven padre mientras le indicaba que tomara asiento - seré breve. He decidido que lo mejor para ti es estudiar en el extranjero, me tome la libertad de inscribirte en una prestigiosa escuela de modelaje en Berlin, todo esta arreglado, partirás mañana mismo, tu avión sale a medio día. -

Mientras hablaba le pasó al chico una carpeta con todos los documentos que necesitaría para el viaje pero el joven ojiverde no los tomó, ni siquiera se movió, le tomó un minuto completo asimilar las palabras que habían brotado de la boca de su padre.

- Berlin? - preguntó estupefacto - Hay muchas escuelas de modelaje aquí, Francia es la cuna de la moda! Por qué tengo que ir a estudiar a Alemania? -

El Señor Agreste lo miró incrédulo, como si estuviera hablando en alguna lengua desconocida para el y cuando habló lo hizo lento y tranquilo, como si estuviera explicándole la cosa más obvia del mundo.

- Consideró que es de vital importancia ampliar tus horizontes, estudiar modelaje en otro país te ayudara a ver las cosas de una manera única y mejorará tu forma de modelar. -

- Pero... -intentó interrumpir el chico.

- Sin peros, es una oportunidad única para ti y no dejaré que la desperdicies. -

Eso marcó el punto final, Adrien intentó decir algo pero no supo formular palabra alguna, con rabia e impotencia salió de la oficina de su padre y se dirigió a su habitación donde se dejó caer sobre su cama boca abajo, cuando Nathalie le llamó para sus clases y para la comida, se limitó a negarse a asistir y después de insistir un par de veces la mujer se resignó y decidió dejarlo solo.

- Estas bien? - le preguntó al chico una voz muy familiar para él.

- No lo estoy Plagg - respondió el chico - Cómo puede decidir así sobre mi vida? No tiene ningún derecho, aunque sea mi padre... Yo debería poder decidir donde quiero estar... -

- Por qué no sales con tus amigos? - sugirió la pequeña criatura negra - te ayudará a sentirte mejor y podrías despedirte. -

- No sabría como hacerlo... No quiero... Tener que decir adiós... -

Adrien volvió a echarse boca abajo y después de varios minutos, pensó en seguir el consejo de Plagg y llamar a su mejor amigo Nino, su primer amigo, le explicó toda la situación y al igual que él estaba impactado y lo consideraba muy injusto, pero después de varios minutos lo convenció de que no era un adiós, si no un hasta pronto y con la promesa de que iría a despedirlo al aeropuerto ambos amigos colgaron el teléfono con un triste, hasta mañana.

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