Capítulo 3

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Todo lo que menos me esperaba está pasando.

Tengo que decir algo, no puedo quedarme callada.

—Hola —digo sin alejar mi vista de la carretera.

—¿Eres Daniela, no?

—Si

«No hagas más preguntas, por favor».

Necesito alejarme de aquí. No quiero estar todo el camino junto a él.

—Tu madre fue ayer a la cena que organizó mi mamá, ¿porque no fuiste?

«Porque no quería conocerlos».

—Tenía sueño.

—Aja, ¿y por eso estuviste leyendo toda la noche, no?

—¿Qué? —me quedo sorprendida. —¿Cómo sabes todo eso?

—Te he visto. Ayer, desde mi ventana.

Se me cae el alma a los pies.

Espero que no me haya visto bailando en el juego Just dance.

No digo nada. Puedo ver por el rabillo del ojo como voltea a mirarme y luego vuelve su vista a la carretera.

—Tu madre es muy divertida. A mis padres les cae muy bien.

—Que bien. —realmente quiero que me deje de hablar. Me siento demasiado nerviosa. No sé por qué. Tal vez por que no hablo con chicos. Y Fabián es el primero.

El deja de hablar. Vamos el resto del camino callados. Ahora prefiero que me hable a estar en silencio.

Llegamos a un semáforo. Donde me detengo, pero él no.

« ¿Que le pasa?»

Un auto lo puede chocar y atropellar.

—¡Fabián! —grito.

Pero él no me hace caso. Sigue adelante. Después de unos segundos de desesperación logra cruzar, sin ningún daño.

Suspiro de alivio.

Empiezo a pedalear otra vez. Ya que el semáforo cambia de color.

Pero cuando cruzo Fabián ya no está. Seguro ha volteado la esquina.

Sigo mi rumbo. Hasta que llego al colegio.

Entro en mi salón. Hoy me toca aritmética en la primera hora.

Que aburrido.

Veo que Fabián no está en ningún sitio. Ya llegará.

***

La clase está por terminar y Fabián no ha llegado todavía.

«Que raro»

—Hasta la próxima clase, chicos. —se despide el profesor Stone.

Anoto la tarea con lápiz en mi cuaderno.

Llega el profesor Brooks. El profesor de razonamiento verbal.

Empieza a escribir en la pizarra.

Erika me llama desde el otro extremo de la clase, la han puesto atrás porque Fabián ocupo su asiento.

Volteo. Mi mirada se cruza con la de Fabián, que está entrando al aula.

Se dirige al escritorio de la tutora, y habla un momento con ella.

La tutora asiente. Y Fabián se dirige hacia mí.

Estaba equivocada se dirige a su asiento que está detrás del mío.

Parece molesto, todo lo contrario de lo que estaba hace unas horas.

Me vuelvo hacia la pizarra.

Después hablaré con Erika.

***

Toca el timbre del recreo y salgo junto a Erika.

—¿Que querías decirme en la clase de RV? —le pregunto.

—Ah, ¡no sabes!

—¿Qué cosa?

—Mi padre me dijo que tendría como regalo de dieciséis años un viaje a Paris. ¡A parís! ¡La ciudad del amor...!

—¡Qué bien! ¿El día de tu cumpleaños?

—No, el día de mi cumpleaños será la fiesta. Y después de tres días viajaré.

—Asu.

—Lo sé. Y ya te estaré entregando la invitación. Quiero que seas mi velera.

—Oh, no. Lo siento. No me va mucho todo eso.

—¡Claro que sí! No te puedes negar. —Salta delante de mí. —¡Eres mi mejor amiga! Tienes que estar ahí. Por favor.

—Está bien.—sonrío.

***

Llego a mi casa. Saco la lleva de mi bolsillo y la introduzco en la cerradura.

Escucho una bicicleta deteniéndose. Volteo y veo a Fabián.

Está mirando al suelo.

Volteo de nuevo y giro la llave. La puerta se abre y antes de que pueda entrar siento que una mano me agarra la muñeca. Me giro, para encontrarme con los ojos de Fabián. 

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¡¡Hola!! aquí, por fin el capítulo 3, espero que les guste. Comenten, voten!

¡Bye!

Daniela se enamoraWhere stories live. Discover now