DESCUBRIENDO

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| CAPÍTULO VIII |

Una lechuza negra se posó en uno de los ventanales de la escuela de magia y hechicería. El pergamino expresaba claramente que Severus Snape retomaría sus actividades como profesor siendo el mentor personal de la señorita Granger mientras esta ocupaba el domicilio de Potter, así mismo él también viviría con los chicos ayudando así a concluir rápidamente el último año de Hermione y poder matricularse en una carrera que le ofrezca una vida digna en el mundo mágico.

La directora del colegio firmó el documento autorizando la labor del profesor Snape y dando por hecho que estaba enterada de la decisión que había tomado la joven...

Nadie podría creer lo que la castaña había escogido... muchas personas habrían podido ofrecerle ayuda sin embargo, ella había estado de acuerdo con que fuese el pocionista quien le instruyera en el camino que le faltaba por recorrer... y eso era un suicidio académico. No obstante, no hay imposibles...  y sabía que la leona podría aprovechar todos los conocimientos que el mayor pudiese ofrecerle.

El ave emprendió vuelo de regreso con el pergamino... la mañana en casa de Harry transcurría normalmente excepto para Hermione, ella tenía un sonrojo que cubría desde su nariz y mejillas hasta las orejas... no podía ver a Snape a la cara, no después de lo de anoche... ¿Qué le diría? ¿Renunciaría a instruirle? ¿Se iría? ¿¡Por qué rayos había hecho eso!?

—Herms... —Llamó a su puerta.

—Buen día Harry...—La chica saludó tomando el picaporte de su habitación y asomando la cabeza.

—Llegó la lechuza que mandó Severus a Hogwarts. —Informó extendiendo el pergamino.

—¿Snape mandó una lechuza? —La chica leyó rápidamente lo que había escrito... —Entonces no se ha arrepentido...

—¿Por qué se arrepentiría? Severus me dijo lo que platicaron anoche, me alegra que vaya a ayudarte con tus estudios... será un excelente distractor... ya era hora de que hicieras algo. —Le regañó.

—Pensé que no lo decía en serio...

—Ya me tomé muchas molestias al venir aquí a cuidarla. ¿Por qué no me ocuparía un poco en asegurarme de que usted tenga un trabajo para darle de comer a su hijo?

Snape se apareció en el pasillo interrumpiendo a los chicos, sus habilidades eran extraordinarias pues aparecía justo en el momento oportuno, cuando nadie lo esperaba ni lo veía venir.

Harry y Hermione lo miraron sorprendidos... realmente Snape se comportaba de una forma muy madura. Él siempre había procurado cuidar a distancia del hijo de quién fue el amor de su vida y sus problemáticos amigos, sin embargo ahora estaba tratando de atender indirectamente a su propio hijo.

—Bien...—Suspiró la chica. —Harry tomaré una ducha... hoy vendrá Percy.

—Claro.

La chica entró nuevamente a sus aposentos, Potter tenía que trabajar y Snape debía armar un plan de estudios muy bien estructurado que le permitiera a Granger concluir su último año de estudios mágicos antes de que su bebé naciera.

El mayor se dirigió a un pequeño estudio que poseía la familia Black en esa casa... estaba bien equipado pero no lo suficiente como el despacho que él solía tener en las mazmorras, además de su biblioteca personal ubicada en casa de sus padres. Decidió que ahí iba a instruir a la joven hechicera. El estudio era una habitación fría y un tanto oscura... con muchos libros valiosos que Potter no se dignaba ni siquiera a limpiar... mucho menos a leer. Le asombraba que la come libros no hubiese entrado nunca a esa habitación... pero que podía esperar... se la pasaba leyendo sus libros sobre maternidad y esas falacias...

Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora