PRESIÓN

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| CAPÍTULO XVI |

Difícil.

Era difícil...

Ella intentaba pronunciar su nombre... las palabras simplemente no salían. Parecía imposible poder llamarle Severus.

¡No había ninguna necesidad!

Resopló con pereza.

Tener un hijo tampoco era la cosa más sencilla del mundo. Se había mantenido muchas noches en vela y sus ÉXTASIS se venían encima. Hermione sabía que tenía todo aquello por delante... únicamente debía agendarse de manera correcta.

Como madre, estaba cumpliendo sus obligaciones a la perfección. Aedus comía y dormía a sus horas. Afortunadamente, Molly pudo instruirla y aprendió correctamente a cambiar a su bebé, bañarlo, ayudarle a eructar... cosas que parecían sencillas... pero no lo eran en ningún aspecto. Incluso cargarlo era toda una responsabilidad... recordaba cómo Snape no había tenido ninguna delicadeza cuando lo tuvo por primera vez en sus brazos.

Otra vez pensando en Sn... Severus...

¡Imposible!

Su nombre se escuchaba raro viniendo de ella.

Si quería ver a su hijo, el profesor debía aceptar que lo llamase profesor por el resto de su vida.

...

—¿Sirius?

Hermione le llamó en medio del pasillo, Sirius leía el periódico matutino mientras tomaba café.

Las fotografías mágicas se movían, ilustrando siempre las novedades dentro de la comunidad. Leer las noticias ya no era tan deprimente ni preocupante.

—Estoy aquí.—Respondió.

Hermione entró a la estancia donde Sirius acostumbraba pasar las mañanas. Se acomodó el cabello tras su oreja izquierda y dudó mucho para expresarle lo que requería.

Apretó ambos puños... no le quedaba de otra.

—¿Puedes quedarte con Aedus?

—Eso no se pone en duda. ¡Claro que si!

—Necesito ir a Hogsmeade... y a la librería.—Explicó.

—Toma el tiempo que sea necesario.

El mayor colocó una de sus manos en su hombro.

Si Hermione decidía llevar a Aedus consigo, tendría a Sirius tras ella y no la dejaría concentrarse. Prefería distraerlo dejándolo un par de horas con su bebé...

No era de suma vitalidad que alguien le ayudara, o eso creía... ya había contemplado vivir sola. Y en ese momento ella fácilmente podría salir y realizar sus compras con Aedus a su lado... pero nuevamente, Sirius no la dejaba ni a sol ni a sombra cuando se trataba de salir.

Milagrosamente, no se interpuso cuando fue con Harry al ministerio... supuso que su mejor amigo lo había persuadido previamente.

La castaña le sonrió más por obligación que por amabilidad.

...

Estando en el pueblo, no dejo de intentar pronunciar mentalmente el nombre de su ex profesor.

¿Y cuando se supone que lo vería? ¿De verdad quería que fuesen amigos?

Todo el día lo tenía en su mente... aunque le dolía haber colocado distancia en su charla anterior, sabía que era lo correcto. Estaba muy confundida... sentía que Snape simplemente se acercaba a ellos como último recurso, como premio de consolación...

Decisión.Where stories live. Discover now