Capítulo 13: Desastre

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—Esa cara que se le formó al no poder cumplir su sueño... Me rompió el corazón. Ver como se derrumbaba todo su viaje. Fue lo peor del mundo. —decía Ash recordando aquella pesadilla.

~Inicia relato~

Había pasado aproximadamente una semana desde nuestro sexto aniversario mensual. Ya nos encontrábamos en la poblada ciudad Lumiose. Esta ciudad siempre me trae recuerdos. Cuando peleé contra Clemont... Mi llegada a Kalos... Donde todo empezó... Serena se encontraba comprando ropa por la ciudad, mañana sería el gran espectáculo. Probablemente se enfrentaría a Aria.

—Ash, amigo, ¿qué tanto piensas?  —me interrumpió Clemont.

—Seguro piensa en la boca de Serena para besarla. —respondió Bonnie

—No, no, nada de eso. Simplemente recuerdo todo lo que he pasado por este grandioso lugar. —aquel campo donde me atacó el Tema Rocket por primera vez en Kalos... Que recuerdos.

—Qué dices, ¿una batalla? ¡Para revivir esos recuerdos! —me retó Clemont

Si se trataba de una batalla, yo siempre aceptaría. Alze mi puño y conteste con un sí.

—¡Genial! Bonnie, tú serás el árbitro.

Bonnie asintió y fue al centro del campocampo de batalla.

—Pikachu, ¡ve! —ordené con mi dedo

—Bunnelby, ¡ahora! —de su Pokeball salió el pequeño Pokemon, exactamente cómo en aquella batalla.

La batalla inició, rápidamente ordené un "cola de hierro"  que, afortunadamente logró acertar. Y así fue toda la pelea, pareja y a veces yo la dominaba. Al final terminó en un empate.

—Justo como esa vez. —dijo Clemont nostálgico.

—Buenos tiempos.

—¡CHICOS! —se oyó una voz suave y dulce gritar, volteé y era mi novia, Serena—. Regresé

—¿Ya estás lista? —pregunté mientras la envolvía entre misg brazos.

—Dare lo mejor de mí, ¡Te lo aseguro!

—¡ESA ES LA ACTITUD! —respondimos todos ante su seguridad.

—Chicos, deberíamos comer algo. Ya son las tres de la tarde. —suspiró Clemont.

Mágicamente, mi estómago rugió más fuerte que el potente grito de un Arcanine. Todos empezamos a reír y posteriormente, fuimos a la casa de Clemont a comer unas hamburguesas caseras.

—¿Eghtás lista, Serena? —pregunté

—Este... Sí. —respondió con un poco de desagrado.

Culminamos con nuestra cena. Serena y yo decidimos dar un paseo por la ciudad pero claro, no sin antes una broma pervertida por parte de Clemont. Sí, le había contado lo de la semana pasada.

—Ash, ¿me dejarás si no gano? —preguntó mientras se sentaba en una banca frente a una fuente.

—Qué cosas dices... Es obvio que no. Pase lo que pase, yo estaré ahí para apoyarte más que nadie como sé que tú lo harás.

—Gracias Ash, siempre puedo confiar en ti. Te amo. —ella recostó su delicada cabeza sobre mi hombro mientras que con mi brazo derecho la abrazaba.

Estuvimos un rato así, en total relajamiento y tranquilidad hasta que después de unos minutos y notar que el sol ya se había escondido, decidimos regresar a casa de Clemont.

Nuestra Verdadera Historia (Amourshipping)Where stories live. Discover now