Nuestra Verdadera Historia (Amourshipping)

Capítulo 15: Despedida (Final)

Nota: Es importante que lean hasta lo último.

—Ash, espero podamos regresar cómo en los viejos tiempos. La verdad es que, te extraño muchísimo. —la pelimiel, observó el regalo que le había dado su ex-novio antes de irse cada quien, a luchar por sus sueños.

~Inicia relato~

Sentí la sensación caliente del sol chocar contra mi cara. Desperté. Vi en la cama de Ash y aún seguía durmiendo, se veía muy lindo, parecía un tierno bebé recién nacido. Me acerqué a su cama y me senté a un lado para empezar a jugar con su cabello. Él sonrió dormido. Me encantaba esa sonrisa, pues fue gracias a ella que estoy donde estoy ahorita mismo. Tristemente, hoy sería nuestro último día juntos y no nos volveríamos a ver hasta en un buen rato pero, sería un sacrificio que valdría la pena.

—Iré a bañarme. —susurré para mí misma.

Y así fue o al menos hasta que sentí un apretón en mi brazo. Volteé y vi a Ash con una sonrisa dibujada. Casi moría de ternura pero, procedi a devolverle la sonrisa.

—Serena, quédate aquí conmigo. —dijo con una voz combinada entre cansada y ronca. También, pude ver un poco de nostalgia en la profundidad de sus ojos.

—Está bien. No puedo negarme. —me acosté a su lado.

Él me envolvió entre sus brazos y me sentí en el lugar más cálido y cómodo del mundo. Me sentía protegida y cuidada cada vez que él hacía eso. No había duda, lo amaba y no quería separarme de él pero, no todo se puede en esta vida. Desgraciadamente.

Perdí la noción del tiempo y, al asegurarme de que se había quedado dormido, me separé suavemente para no despertarlo. Ahora sí, fui a tomar una ducha para relajar la tensión.

Al salir, encontré a Ash cocinando, ¡ASH cocinando! Me sorprendi pero también se me hacía extraño que no se hubiera quemado la casa de Clemont, que por cierto, estaba durmiendo aún al igual que su pequeña hermana, Bonnie.

—¿Te picó un mosquito o algo así? —pregunté entre bromas.

—Sip, el mosquito del amor. —le siguió el juego absurdamente—. Te amo

Ash se acercó a mí y sin avisarme besó mis labios. Amo a este chico. Se separó de mí y me miró con cara de enamorado estúpido. Lo besé de nuevo de manera tierna y dulce y nos volvimos a separar.

—Te preparé el desayuno. —avisó ignorando el beso anterior—. Espero que te guste.

Él llevó dos platos que cargaban unos pedazos de hot-cakes envueltos en jamón. No se veía mal. Los probé y estaban, ¡EXQUISITOS!

—Ash, ¡Está delicioso!

—Aprendi de la mejor cocinera del universo. —dijo sonriéndome. Estaba MUY cursi pero lo comprendí, era normal después de todo lo que iba a pasar

No contesté y seguí disfrutando del desayuno que finalice en muy poquito tiempo, inclusive terminé primero que Ash y decir eso, era bastante exagerado. Al terminar, fuimos a la habitación donde dormíamos para preparar nuestras cosas y finalizar nuestras maletas. Era hora de partir. Triste y desgraciadamente.

—Es hora de irnos... —el silencio tan abrumador fue roto por las palabras de Ash. Lo dijo de una manera muy nostálgica.

—Sí... Hora de cumplir nuestros sueños.

—No, yo ya cumplí mi sueño. Fue poder pasar momentos inolvidables a tu lado y no dudes que así será en un futuro muy cercano. ¡Es hora de cumplir nuestras metas! —Ash se me acercó y me besó. Un beso dulce que representaba cada momento que pasamos juntos pero, a la vez, era el más triste. El último. Por más que no quisieramos, así tenía que ser.