Capitulo XV: Otros miembros de familia.

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Rachel se estiro despabilándose por su recién despertar, era extraño lo último que recordaba era quedar dormida en los brazos de Quinn... se sonrojo potentemente usando sus puños contra sus ojos cerrados para mirar a su alrededor, encontró a su madre rápidamente que la miraba desde arriba recargada en su mano que así misma estaba contra su codo.

—Buenos días, bebé— saludo la señora Corcoran con una sonrisa acariciando el rostro de su hija que estaba sonrosado —¿todo bien? — pregunto tomándola de las axilas para meter su mano por la parte trasera del pijama y verificar su pañal —Estas seca, ¿no estas enferma de nuevo?

La menor negó con la cabeza pensando que probablemente la oji-avellana estaría ya despierta por algún lugar de la casa. —Me la pase bien anoche pero te extrañe. — confeso.

—Oooh, — arrullo Shelby besando las mejillas de su tierno oso por ese mameluco —yo también te extrañe pequeña, — paso su nariz varias veces por la de la infante en un beso esquimal —¿quieres un poco de leche antes de salir con tus amigas?

La menor asintió ansiosamente moviendo sus brazos en una clara señal de aceptación, la mayor rio por la acción recostándose nuevamente en la cama para quitarse la blusa y liberar uno de sus pechos de donde su hija se prendió con rapidez.

La infante amaba el sabor del pecho de su madre, tenía un dulzor que no podía compensar en el biberón además tenía que aprovechar ya que en la tarde con las ex-porristas no podría tomar de esa manera, paso su mano distraídamente sobre el collar de la mayor jugando con el mientras ella veía el noticiero matutino. —Tus amigas se quedaran una semana de la realidad, — explico la señora Corcoran —eso es un poco más de un mes aquí.

La infante lo medito un instante, era en serio que sus amigas estarían con ella un largo tiempo, la cosas se puso seria al imaginar cómo ocultaría el tomar pecho todo ese tiempo.

...

Quinn despertó mirando en el reloj del buro que marcaba las 9 de la mañana, tal vez eso de cuidar a un bebé era más cansado de lo que pensó, miro la pantalla de su celular que marcaba algunos mensajes pendientes en su mayoría noticias, y amigos. Siguió con su teléfono intentando ignorar el sonido de besuqueo de sus amigas de la cama de al lado, se paró de su lugar sin intención de quitarles privacidad o que invadieran la suya, camino hasta la sala deleitándose con lo que escucho.

La risa de Rachel.

Cuando estuvo estudiando con la pequeña morena esta jamás reía, batallaba para hacerla sonreír, era seria y muy reservada hasta que lograron llevarse con ella que inicio a hablar un poco más.

Camino silenciosamente hasta la cocina de dónde provenía el escándalo, se recargo en el marco de la puerta sin ser muy visible a la menor sentada en la silla alta que se agitaba alegre por Shelby que le daba pequeños trozos de fruta con una cuchara.

—Abre la boca, — dijo la señora Corcoran pero la infante movió su cabeza juguetona —me voy a comer tus fresas si no lo haces, — acuso simulando que terminaba con el platillo pero su hija jalo su mano aceptando la comida y embarrándose con ella —¿no es mucho lío para ser el desayuno?

La menor le sonrió de medio lado pestañeando inocentemente.

La mayor suspiro feliz tomando un trapo húmedo para pasarlo por la barbilla de la infante limpiándola de cualquier rastro de frutilla, beso su nariz quitándole el babero antes de ver a cierta rubia en la puerta.

—Buenos días, Quinn. — la saludo Shelby —Pasa prepare huevos y tocino.

La ex-porrista paso a la cocina encantada por el anuncio de un buen trozo de tocino, acaricio la cabeza de la pequeña castaña antes de sentarse en la mesa al costado de esta.

Azallam (ABDL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora