Secuelas

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-J...John...-jadeé mientras apretaba con fuerzas las manos del chico tratando de apartarlas de mi cuello-. N...no...

Mi hermano abrió de pronto los ojos, y en su mirada pude ver que su voluntad había cedido ante los juegos mentales de la chica que sonrió más que satisfecha.

Pequeños fragmentos del pasado se abalanzaron a mi mente mientras una sucesión de pinchazos atravesaba mis músculos, la falta de oxígeno estaba empezando a pasarme factura, aun así, traté con todas mis fuerzas de aferrarme a la realidad, tenía que seguir manteniendo a Hulk congelado en el tiempo o haría muchas cosas de las que luego Banner se arrepentiría de verdad. Mi vista poco a poco se fue volviendo borrosa, ya no podía enfocar con claridad el rostro frente a mis ojos, los bordes de mi visión se iban oscureciendo progresivamente.

Antes de que me diera cuenta, mis manos cayeron inertes a ambos lados de mi cuerpo, era demasiado tarde, ya no podía hacer nada, la situación se había escapado de mis manos así como el poco oxigeno que me quedaba lo hacía de mis pulmones.

-J...John...-mi voz apenas si parecía un gemido animal seco-... Ban...ner... lo... siento...

No tengo forma humana de comprobarlo; sin embargo, por un efímero instante, creí ver en los ojos de John un destello de tristeza.

Luego todo desapareció, Hulk, John, los alterados, la nave, poco antes de perder la consciencia mi mente no pudo pensar en otra cosa más que en lo mucho que debía de estar defraudando a los vengadores, incluso cuando yo había sido quien había insistido en ir con ellos a interceptar a Ulises Klaw antes que Ultrón, y ni siquiera había sido capaz de mantener a salvo a mi hermano ni a Banner.

Esa fue la gota que derramó el vaso. Mi último pensamiento fue algo así como: seré fuerte, mucho más fuerte.

Mi mundo se sumió en la oscuridad después de eso. En algún punto dejé de sentir las manos del desconocido alrededor de mi cuello, empecé a sentir frío, y mi capacidad para perderme en el tiempo desapareció totalmente, esa fue una de las pocas ocasiones en las que no pude huir inconscientemente hacia ninguna parte para aliviar el dolor, para escapar de la realidad que me había sobrepasado.

Abrí los ojos sintiéndome inmensamente desorientada, y para mi sorpresa, me encontré con dos pares de pequeños ojos curiosos observándome con atención, parpadeé varias veces en un intento de procesar la situación, después de todo, que yo recordase no había niños viviendo en la torre, de hecho, tampoco había empapelado floreado en las paredes de ésta. No tardé demasiado en entender que podía estar en cualquier parte menos en la torre Stark. Me levanté con cuidado y en todo momento aquellos pares de ojos registraron cada uno de mis movimientos, por alguna razón, la extraña idea de que su capacidad visual debía de ser tan impresionante como la de Clint se escurrió vagamente por mi mente.

-¡Está despierta mamá!-anunció la pequeña con una sonrisa de pura emoción-. ¡Pero no habla!

-¡No grites, tonta!-le espetó el niño que parecía mayor mientras fruncía el ceño-. La vas a asustar.

-No es un animal, Cooper-soltó la niña cruzándose brazos-. No se asusta si grito, ¿Verdad que no?-cuestionó mirándome.

-No...-respondí con la voz algo ronca-. No me da miedo...-miré hacia el pequeño Cooper-; pero... gracias por la preocupación...

El niño me dedicó una sonrisa enorme mientras la niña tarareaba campante alguna cancioncilla de victoria por haber tenido la razón, lo cierto era, que si bien habían pasado años desde la última vez que había tratado con niños (posiblemente desde que yo era una niña), esos dos me parecían una ternura absoluta, de alguna forma, me recordaban la manera en la cual John y yo solíamos ser...

Temporal (Steve Rogers y tú) [En corrección]Where stories live. Discover now