De vuelta a la ¿Rutina?

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<<-Son unos ángeles-soltó Melissa con una sonrisa repleta de ternura mientras hincaba un codo en el colchón para poder observar mejor a los dos pequeños bebés-, ¿Saben? Su papá está en verdad preocupado por ustedes, tiene miedo de que sean como él-la mujer frunció ligeramente los labios-, pero yo no creo que eso sea malo, de hecho, creo que sería lo mejor que podría pasar, después de todo, podrían demostrarle a papi que no todo es oscuridad.

Uno de los bebés se removió notablemente provocando que la manta que los cubría se deslizase lejos de su pequeño cuerpo. La mujer miró a la pequeña criatura con algo similar a la calidez melancólica antes de tomar la manta y volver a cubrirlo.

-Eres una pequeña inquieta _____-dijo entonces para luego darle un beso en la frente-, pero ¿Sabes? Mi madre... tu abuela me dijo una vez que esa es una de las mejores bendiciones que pueden tocarle a una mujer porque les permiten hacer lo imposible y más por quienes aman-acarició con suavidad el rostro del otro pequeño-. Mi pequeño Johnathan, la pequeña latosa de tu hermana puede que te haga rabiar seguido, pero... espero que sepas apreciarla. Es duro ser hijo único.

Melissa se recostó junto a sus dos pequeños hijos, posó las manos sobre su abdomen y se mantuvo un instante mirando el techo, lucía pensativa, completamente inmersa en un mundo al que nadie que no fuese ella podría acceder, me hubiese gustado poder preguntarle en qué pensaba; conocerla más allá de las fotografías y recuerdos como esos; sin embargo, el tiempo tenía sus limitaciones, y esa era una de ellas>>

Desperté ligeramente aturdida, por lo que permanecí recostada en la cama un momento con los ojos cerrados, por alguna razón, desde que había regresado cada vez que en sueños viajaba a otra época solía despertarme de esa forma, era como si necesitase un momento extra para calibrar mi consciencia.

-______, ¿Estás despierta?-preguntó Nat mientras golpeaba la puerta.

-Sí...-respondí tras incorporarme en la cama.

Ni siquiera fue necesario que la animase a entrar, Nat abrió la puerta cerrándola detrás de ella, la analicé un momento mientras me tallaba el ojo izquierdo, estaba sonriendo de una manera particular que indicaba que se traía algo entre manos.

-¿Cuál es el plan?-quise saber.

Ella me dedicó una sonrisa de emoción antes de sentarse a mi lado en la cama.

-No hay un plan en sí-aclaró-, sólo tengo un aviso que darte.

-¿Un aviso?

-Sí. Por cuestiones de remodelación, ya que como debes de saber falta una habitación para Wanda en esta planta-me miró con un brillo travieso-, John y tú tendrán que establecerse en otra parte por algunas semanas.

La noticia me tomó con la guardia baja, ya lo había pensado con anterioridad; sin embargo, nunca en demasiada profundidad ¿A dónde se suponía que iría si alguna vez tuviese que dejar la torre? Me mordí el labio inferior algo nerviosa, intentando buscar una respuesta, quizás, John y yo podríamos quedarnos un tiempo con Marta y Konstantin.

Nat pareció intuir la dirección en la que iban mis pensamientos porque de inmediato soltó:

-Te necesitamos cerca, de momento es mejor que el equipo permanezca unido-me miró con seriedad-, además, John ya ha encontrado un sitio para quedarse.

No pude evitar que la sorpresa se asomase por cada poro de mi rostro.

-Tony no piensa dejar que se mueva siquiera un centímetro lejos de la torre-se acercó a mí con complicidad-, ha movido todas sus cosas a su habitación, ¿Quién lo diría? El gran Tony Stark finalmente parece cerca de sentar cabeza.

Temporal (Steve Rogers y tú) [En corrección]Where stories live. Discover now