Confesión 08

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Cuantas veces la había mirado en tan solo una hora. Esto era demasiado para mí. Desde aquella confesión mi corazón latía con fuerza cada vez que ella y yo hacíamos contacto visual. Podía evitar esa sensación que me invadía cuando no la miraba, pero cuando ella posaba sus ojos en mí, o cuando yo copiaba su acción, es como si mi órgano vital fuera a estallar en ese mismo instante y en ese mismo lugar. Dios. Me sentía tan frustrado. ¿Cuanto podía cambiar en unos meses? Sabía que seguía enamorado de Naho, pero aún así no podía evitar sentirme celoso cada vez que veía a Miaka al lado de otro chico. No sabía si era ese instinto sobre protector que había surgido en mí desde su accidente, o si era por que yo comenzaba a... enamorarme de ella.

Suspiré por decimocuarta vez consecutiva en el día, observe el suelo. Noté un golpe en mi nuca, el cual me había dolido. Miré a la persona culpable.

—Gu— emití un sonido de molestia. Hagita me miró con mala cara.—¿Solo sabes emitir sonidos extraños cuando ves mi cara?— preguntó enfadado, yo reí.

—Lo siento amigo.— mi gran carcajada cesó cuando vi que él chico que se estaba confesando a Miaka sostuvo sus manos. 

—Hey. Tu botella de agua va a estallar si la agarras con tanta fuerza— le miré confuso. Note un liquido frío en mi mano. Observé mi botella.— ¿Huh? Mierda.— sacudí mi mano, intentando secar -con suerte- mi mano. Suspiré de nuevo, chasqueando mi lengua. El imitó mi gesto.

—Si tanto te molesta... ¿Porque no se lo dices? Me estas fastidiando el día.—¡¿Huh?!— exclamé molesto.— ¿Acaso no lo ves, o eres idiota? Estas completamente celoso por la situación—cierta rojez cubrió mi rostro, desviando la mirada.— y siento admitirlo, pero si tu fueras a su lado en este mismo instante... ella le rechazaría inmediatamente. Ella estaría feliz.

No sabía si era la tristeza de Hagita. No sabía si era la melancolía en su voz, o el amor que parecía procesarle a Miaka. No sabía la razón por la cual sentía que estaba dañando a mi amigo, o no quería aceptarla. A pesar de que yo había negado los sentimientos de Mia. A pesar de que fui un idiota con ella. Miaka sigue eligiéndome a mí. A pesar de que Hagita es un gran chico comparado conmigo. Eligió a alguien como yo.

—Ella te eligió a ti, a pesar de ser un completo idiota— parecía como si Hagita leyese mis pensamientos, y eso me hacía sentir inseguro. Porqué si el lograba leerme tan bien... ¿ella lo haría de la misma manera? ¿Leería estos sentimientos por ella?

—No estas enamorado de ella, lo sé.— eso me sorprendió, lo miré incrédulo. No sabía que contestarle, porque era consciente de ello.—No lo estoy.— el resopló y me miró con fuego en sus ojos.

—Pero ella si. Esta completamente loca por ti.— chasqueó su lengua. Yo observé hacia la dirección en la cual estaba Miaka. Seguía intentando soltar el agarre del chico. Yo entrecerré mis ojos, mi paciencia se estaba agotando.

—No estas enamorado de ella— iba a contestar que eso ya lo había dicho, pero el me interrumpió.— pero— lo miré, sin decir palabra alguna.— te gusta ella.— noté como un fuerte viento tapaba sus palabras.

—¿Que has dicho?— pregunté. Él me miró con molestia.— A ti te gusta ella. Y en cuanto pase el tiempo, te gustará mas y más. Hasta el punto en el que ya no podrás rechazarla— iba a interrumpirle, pero una vez más se adelantó.— ¿Sabes porqué se eso?— el por primera vez me miró a los ojos.— porque no puedes detener lo que estas pensando ahora.

—¿Qué?— pregunté confuso. Él no contestó. Esperó un minuto y decidió a hablar, yo no había apartado mi mirada de él, hasta que escuché un grito. Era Miaka. Dirigí mis ojos hacia ella. No era un grito, había sido una carcajada, él chico estaba haciendo que ella comenzase a reír. Sentí una opresión en mi pecho. Ya no tenía mi botella a mano, pero sabía que mis nudillos se estaban tensando. —Te estas enamorando de ella. Eso es lo que quería decir.— sentí como si en mis ojos se reflejara la imagen de Miaka. Mi corazón estallo. No pude evitar llevar mi mano hasta cubrir mis ojos.

—Ella te esta comenzando a gustar desde hace mucho tiempo, pero no eras consciente de ello, hasta que Miaka-san se confesó.—sentí como un nudo se hizo presente en mi garganta.— ¿Sabes? Me declararé en el festival de fuegos artificiales.— concluyó y se fue. Sentí como sus pisadas se volvían lejanas, entonces observé su figura erguida, parecía confiado. Odiaba eso. ¿Que pasaría si esta vez se declarase y ella aceptara? ¿Que pasaría entonces? ¿Entonces ella se olvidaría de lo que sentía por mí? ¿Entonces ya no me necesitaría?

—Mierda. Joder. Mierda.— tapé mi rostro con ambas manos. Mis ojos ardían, algo se había metido en mis ojos.

—¡Suwa! ¿Has visto a Mia?— sabía que era la voz de Azusa. Pero no quería responder. ¿Que diría si me viera así? — ¡Hey! ¿Me estas escuchando, tu idiota?

—¿Que sucede?— era la voz de Takako.— Suwa no me responde. Esta raro.— contestó un silencio se hizo presente.

—¿Estas llorando?— preguntó ella. Apreté mas mis manos hacia mi rostro.— Te vas a quitar los ojos si sigues así. Ya sabía que eras idiota pero tanto.— añadió ella.

—Takako, Suwa esta llorando se un poco más suave.— dijo Azusa.

—Él es un idiota sin remedio— escuché el sonido de sus fuertes pisadas hacia a mí. Agarró una de mis manos mostrando mi rostro. Agarró la otra, se puso en frente de mí y me miró enfadada.

—¡¡I-dio-ta!— gritó, mis ojos se ampliaron por la impresión.— ¡Si te gusta díselo! ¡No estés llorando como un idiota! ¡Da igual si no estas enamorado todavía de ella! ¡¡Ella te gusta!!

—Hey, Taka-chan. Te estas pasando.— añadió Azusa.

—Lo sé— dije en un susurró mirando hacia el suelo. Sentí como mi flequillo me protegía de la mirada de Takako.

—¿Qué?— preguntó Azusa. Escuché una risa. Era Takako.— ¿Qué sabes?— preguntó Takako.

—Que no estoy enamorado de Miaka. Que ella me gusta. Que quiero estar a su lado. Y que no quiero que otros chicos se acerquen a ella, como yo lo haría.

Un largo silencio se hizo presente. Inconscientemente había escogido un camino que no sabía. Pero eso no lo sabría, hasta más adelante.

—Entonces se sincero. — escuché una voz masculina. Dirigí mi mirada hacia esa persona. Era Kakeru. Ese fue el momento en que decidí que hablaría con Miaka sobre mis sentimientos. Que no sería un simple rechazo, si no que le diría que ella me gusta, y que me gustaría que esperase por mí. Para poder entregarle todo de mí. Para devolverle lo que ella me ha entregado en todo este tiempo. 

❝Suwa❞ 「Re:」[E]Where stories live. Discover now