El inicio de todo

461 5 0
                                    


Nunca les ha pasado que están sentados mirando al infinito pensando en la nada, seguramente la mayoría respondió que sí. Pero otros, nos sentimos en la nada pensando en el infinito, pensando en cómo será el mañana.

Mi nombre es Elizabeth, tengo 17 años y no soy muy alta, amo el chocolate y jugar futbol y vóley. Tengo una hermosa madre, que por circunstancias de la vida le ha tocado ser padre también. Mi padre murió cuando tenía nueve años y desde entonces no he sido la misma. Tengo un hermano mayor Dean, el  que nos cuida a mamá y a mi,  dice que cuando termine su carrera universitaria y por fin tenga trabajo todo será un fácil, solo un poco. Pero para eso faltan 2 años.

Estoy en quinto grado, a solo un año de graduarme. Mis calificaciones no son las mejores de todo el colegio pero son buenas, aunque no me conformo con eso y siempre trato de mejorar por lo menos un poco. No tengo muchos amigos pero los pocos que tengo son de mi entera confianza, prefiero eso a que tener miles de amigos con máscaras de hipocresía. Soy una persona muy directa cuando lo tengo que ser, pero cuando tengo que callar enmudezco completamente.

Quizás mi vida no suene tan interesante pero desde ese día, todo cambio.

Estaba caminando sola por la calle, sin rumbo y de repente sentí una mano que se apoyó sobre mi hombro, pegue un brinco del susto y escuche una voz que me dijo:

-tranquila soy yo, Evans.

-¿Evans?

- sí, no te acuerdas de mí.

En ese instante gire y lo vi, un chico alto y de buen parecer. No estaba segura de quien era, pero sabía que lo había visto en algún lado.

-perdón pero no te recuerdo muy bien.

-no te preocupes, yo si te recuerdo bien. ¿Quieres ir a tomar un café? O prefiere caminar sola.

-¿me estabas vigilando? .Exclame.

-ven Elizabeth, después entenderás todo.

Mientras caminábamos al café trataba de descifrar lo que Evans me quería contar, cuando llegamos al café, no sentamos y lo mire fijamente. Como tratando de escarbar en mi memoria y recordar ese bello rostro.

-¿estás bien? .Me preguntó.

- ¿ah? , si descuida, ahora si ¿me puedes explicar que es lo que tienes que contarme?

-como ya te había dicho antes me llamo Evans, tengo 20 años y estudio Ciencias Químicas. Fui tu vecino cuando eras pequeña.

Apenas termino de decir esas palabras y ya lo había recordado todo. Como pude haberlo olvidado, fue mi primer amor. No sabía que decirle, la última vez que lo vi fue cuando él se mudó de casa. Estaba muy avergonzada pues ese último día que lo vi le confesé que me gustaba. Me quede muda por un momento y lo único que se me ocurrió decirle fue:

-ah sí, como olvidarte. Susurre.

-pues parece que si lo hiciste porque desde el día en que me mude de casa no te he perdido el rastro. Dijo el con una sonrisa.

-y... ¿recuerdas que paso ese día? .Pregunte con miedo a su respuesta.

- claro que sí, y es por eso que estoy aquí. Después de tantos años, hoy me atrevo a decirte que tú también me gustas.

-¿Qué? Dije sonrojada.

-ese día que me fui nunca lo olvidare, lloraste mucho y me pedias que no me vaya. Enserio no sabía que yo te gustaba. Pensé que me considerabas tu hermano mayor o algo así... -dijo mientras su semblante decayó.

-¡no! .Exclame .Siempre me gustaste. En fin, ¿solo para eso me buscaste? ¡Para decirme 7 años después que te gusto! .Exclame, mientras trataba de contener mis lágrimas.

Él se quedó mudo y agacho su cabeza, me di cuenta que estaba perdiendo el tiempo y decidí pararme e irme de ese lugar. El agarro mi mano muy fuerte y me dijo:

-no te vayas, por favor. Yo te amo.

No sabía que decir, él tenía la costumbre de dejarme sin habla, y solo hice lo que mi corazón me dijo. Lo abrasé muy fuerte mientras los dos llorábamos. No había llorado desde la muerte de mi padre, pero ese día no pude contener mis lágrimas. Cada vez lo abrazaba más fuerte, sentía que si lo dejaba de abrazar se iría de nuevo como hace 7 años.

-y ahora, ¿Qué se supone que haremos? .Dije mientras le secaba las lágrimas.

-tú me tienes a mí y yo te tengo a ti, es lo único que importa.

Ambos nos fuimos de ese lugar agarrados de las manos, caminando sin rumbo. Llegamos a mi casa y corrí donde mi mamá a decirle que tenía una sorpresa.

-¡mamá! A que no sabes con quien me encontré.

-haber hija, déjame pensar... seguramente con Evans, ¿estoy en lo cierto?

-¡¿tú lo sabias todo?! -Exclame.

-claro que si mi niña, Evans siempre llamaba a la casa preguntando por ti y ayer llamo para decirme que quería verte y como tú siempre caminas sola por la misma calle, entonces le dije dónde podía encontrarte. Dijo mi madre.

-pero... ¿Por qué nunca me dijiste que Evans me llamaba?

-porque él pensó que jamás volvería a verte y no quería ilusionarte. Él quería que seas feliz. Pero parece que se dio cuenta que en realidad ambos se extrañaban mucho y necesitaban verse. Dijo mientras me abraza.

No podía creer que Evans llamaba todo el tiempo, el jamás se olvidó de mí.

Le dije a mi madre que Evans estaba en la sala esperándonos, las dos salimos y ahí estaba él, con un ramo de flores, arrodillado. Esto parecía un sueño, no podía creer lo que estaba ocurriendo, era el mejor día de mi vida. Enseguida le dije que se levantara y él dijo:

-Elizabeth, ¿quieres ser mi novia?

Lo mire con cara de desconcierto, y enseguida me sonroje. Mire a mi madre buscando su aprobación y ella sonrió y afirmo con su cabeza. Entonces lo abrasé y dije:

-espere tanto tiempo para escuchar eso.

- ya hija, dile que si de una vez por todas -dijo mi madre entre risas.

-claro que si Evans, quiero ser tu novia.

Él se levantó y me alzo. Ese día fue inolvidable. Desde entonces no he parado de sonreír. Mi vida con él se volvía cada vez más interesante pues volvió a ser mi vecino y cada vez que venía de la universidad me contaba las cosas nuevas que le habían enseñado y hacíamos experimentos locos.

dg|

¿Y vivieron felices por siempre?Where stories live. Discover now