Chúpalo completo
―¿Vas a chuparlo o no?
Negué con la cabeza.
―¡Vamos, Stone! Solo tienes abrir la boca y chuparlo.
Volví a negar.
―Me desespera cuando me tienes de este modo ―Fraag se acercó aún más a mí. Dejando que sintiera su aroma a verbena, fresco como estar en el bosque. Subí la mirada para ver esos ojos azul cielo.
Tenía la boca ligeramente abierta, esperando a que yo imitara su boca y la manera en que sus labios se despegaban. Abrió un poco más los ojos levantando una ceja esperando a que abriera más la boca.
―Está bien ―abrí la boca esperando a que Fraag lo metiera a mi boca. Cerré los ojos esperando el sabor extraño. Succione el frio helado que estaba en la punta de la chuchara sintiendo como todo el sabor explotaba en mi boca.
―¡Eso es! ―Fraag se acercó a mi oído ―. Trágatelo completo, dijo de una manera muy sensual.
El sabor a ajo me dio nauseas. Me tape la boca haciendo una mueca de desaprobación y asco. Negué tomando la servilleta para escupir el resto del helado que aún se derretía en mi lengua. Fraag soltó una carcajada.
Estábamos en la famosa heladería Exotic Ice, donde vendían helados de todo tipo de sabores. Pasamos caminando enfrente de esta y a mí se me ocurrió la brillante idea de ir a probar el banquete de helado que consistía en varios tipos distintos de sabores que tenías que meter a tu boca, saborearlos y decir que era. El único que sabía que sabor te habías tragado era tu contrincante, el que mayor puntos acumulaba, ganaba ¿Qué se ganaba uno? Ni idea. De seguro solo era la satisfacción de ser más cabron con los sabores.
―Sí gano la ronda, vas a tener que hacer lo que yo quiera ―dije limpiando mi boca.
―No me has dicho que era ―Fraag metía la cucharita de plástico en el vaso con agua para limpiarla ―. Pero te advierto, si yo gano. Tú vas a hacer lo que yo quiera ¿Trato?
Tome su mano pensando en que yo tendría más conocimiento de las cosas agradables y desagradables para comer. No podía equivocarme, tenía buenos planes para Fraag más tarde.
―Ajo ―dije haciendo la misma cara que cuando lo probé. Realmente había sido horrible.
―Fue solo suerte.
Fraag cerró los ojos preparándose para que yo le metiera mi elección. Después de que el me diera ajo, no pretendía ser buena con él. En la ronda pasada le di amaretto. No era para nada feo y adivino en segundos, a cambio él me había dado maíz. Lo cual estuvo delicioso, pero el ajo... fue desagradable.
Tomé su cuchara, metiéndolo en el probador de beicon caramelizado. El beicon me encantaba, pero no tenía ni la más re puta idea a que sabría en helado. Fraag abrió la boca, sacando un poco la lengua al momento que la cuchar entro por su boca, absorbió el helado y luego saboreo un poco el contenido.
―Beicon ―dijo en menos de lo que pensé.
―Eso no es justo ―me cruce de brazos.
―Claro que lo es ―seguía serio, como si estuviera en la competencia más grande del mundo ―. Soy lo mejor y lo sabes, ahora, cierra los ojos y abre la boca.
De mala gana y sabiendo lo cruel que iba a hacer, cerré los ojos esperando lo peor. Este juego ya no me parecía tan divertido como en un principio cuando pensé en Fraag chupando helado frente a mí.

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General FictionDicen que Las Vegas es la ciudad del pecado, que lo que pasa ahí se queda en los casinos y en los cuartos de hotel. Así es como debería de ser pero... ¿Qué pasa si tienes que ver a esta persona todos los días? Bueno, pues ese es mi maldito caso. Mi...