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— ¿Qué les dije acerca de salir sin permiso? —  Yoongi bajó la mirada, y ya no sabia si era por el creciente regaño... O el hecho de que le haya "besado" hasta hace unos pocos minutos.

 — Lo siento señora Min.— Hice una pequeña reverencia, aplanando con las manos mi chaqueta, en un acto de incomodidad.— Yo quería mostrarle este lugar a Minnie, y el solo me siguió. A veces es bobo.— Mentí, pero era eso o que regañaran a Yoongi y la verdad odiaba que le reprendieran.

Su mirada subió de inmediato, parecía que apenas habia captado la pequeña mentira. Mi vista se dirigio a sus felinos ojos y levanté una ceja para que entendiera que no debía ser demasiado obvio, pero solo logré que sus mofletes se volvieran rosas y que su pequeña cabeza se moviera en señal de negación, haciendo que algunos mechones se resbalasen hasta su frente.

 Mamá, tengo hambre.— Habló con rapidez, levantándose y escurriendo de sus prendas la nieve que se habia instalado en ellas; Se acercó a su madre y tomó su mano, sonreí al ver la diferencia de tamaños que formaba esa tierna escena, pero su mirada evadiendo la mía me revolvió el estómago.

— Jimin, también puedes venir a cenar, su padre preparó suficientes raciones de panqueque para todos desde hace un rato.— Su sonrisa maternal me hizo suspirar, mí madre viajaba casi todas las tardes y mi padre hace mucho había desaparecido de nuestras vidas, por lo que la compañia de esa linda familia causa regocijo en mi pecho.

— ¡Si! ... Es decir gracias, mamá le agredece mucho. Estoy seguro de eso.— Inevitablemente di pequeños saltitos y Yoongi me miró con el ceño fruncido por lo que decidí parar después de unos instantes.— Entonces ¿Qué esperamos? La cena va a enfriarse.

Revolvió un poco mi cabello y moví mi cabeza sonriendo, por instantes no vi nada, cuando mis ojos desaparecían era porque estaba sonriendo de verdad y esta era una de esas ocasiones.

Llegamos a su casa, que era más bien un hogar... Un cálido y amoroso hogar. Yoongi se quitó la chaqueta para después colgarla en el perchero blanco cerca de la puerta, indeciso moví la mirada y descansé la mía en el mismo lugar. La sala de estar no estaba muy iluminada y eso era lo que más me encantaba, la sentía como un escondite y la afombra como un campo de batalla para jugar con mis pocos juguetes, que combinados con los de Minnie serian muchos, muchos mas.

 Minnie, cariño, teñiré el arroz. ¿Qué color quieres? — Su madre asomó la cabeza desde la cocina, sonriendo en mi dirección para despues mirar a su hijo. Algo que hacía distintiva la cena en la casa de Yoongi, era que su mamá utilizaba colorantes en casi todas las comidas para él. Así que me sentí emocionado porque ese detalle hacía todo más divertido.

Yoongi apretó los labios mirando hacia el techo, era igual o más indeciso que yo.— Verde mami, por favor.— Asintió y volvió a su labor, acomodando sus legos de tal manera que se formase una gran torre, aunque su forma no era la mejor, me encantaba la potente imaginacion que Minnie tenia.

— Jiminnie ¿Qué hay de ti? — Me acerqué a YoonGi cuando escuché la pregunta, pero resolví que el aura seguia siendo incómoda por lo que negué para mis adentros y fui hacia la cocina.

— Amarillo esta bien, mami.— Abrí los ojos ante mis palabras.—Lo siento señora Min, es que, mh... Me confundí, si.— Llevé la mano hasta mi nuca tratando de sonreir.

 No te preocupes cariño, eres un niño adorable. Puedes llamarme asi, solo que... — Hizo ceñas con sus dedos para que me acercase, y cauteloso lo hice.— No le digas a Minnie, a veces es muy celoso.— Susurró mientras acariciaba mi mejilla y de nuevo el aire maternal acunó mi pecho, haciéndome sentir cálido.

— Esta bien... Mami.— Reí tontamente mientras me mecia de atras hacia adelante, quiza era por timidez o por felicidad, pero se sentia bien.— ¿Le ayudo en algo? — Me miró por unos instantes y asintió.— Puedes llevar los cubiertos a la mesa, los pequeños son de ustedes, estan en ese cajón.
 

Apuntó hacia una pequeña puerta y emocionado me acerqué. La abrí con cuidado y ahi estaba una cajita con cubiertos de figuras infantiles, tomé un tenedor, una cuchara y un cuchillo para cada uno y después de cerrar el cajón, los llevé al comedor.

Inflé mis labios, escogiendo un lugar para sentarme. Cuando me decidi ordené los cubiertos en el lugar y di una vuelta por la mesa para poner los de Yoongi de manera que nuestros asientos quedaran de frente, me gustaba verlo comer, sus mejillas llenas de comida y las esquinas de sus labios manchadas me parecian la cosa mas tierna del mundo. Irremediablemente sonreí al crear una imagen mental.

Volví a la cocina en busca de otro par de cubiertos, esta vez normales para los padres de Minnie y suspiré sin saber que hacer ya, así que me senté en la silla que había escogido mientras balanceaba mis píes que todavia no podian llegar a las baldosas del piso. Yoongi seguía jugando. Apoyé mi cabeza en la mano, observando su rostro de extrema concentración.

— Minnie, a la mesa, la cena esta lista.— Salí de mi ensoñación aún con una boba sonrisa en mis labios. Se acercó al comedor y después de buscar su lugar, se sento en el... Evitando mirarme de nuevo. Sentí mi cuerpo tensarse... ¿Por qué estaba comportándose de esta manera? — Elegí tus figuras favoritas, ¿ves? — Señalé sus cubiertos sin dejar de sonreír, aunque esta vez era un poco mas dificil hacerlo. Su vista viajó hacia estos y de inmediato una sonrisa que parecía más una mueca se instaló en sus facciones.— Si, gracias Jimin.

"JiMin" hace mucho que no me decía así , y sentí una punzada más.

Su madre se acercó a la mesa con una gran bandeja entre sus manos, aspiré el aroma y mi estómago gruño un poco.— Para ti...— Repartió los platos correspondientes y sacudió las manos en su mandil.— Minnie, tu padre llegara en un rato asi que comeré con ustedes, cuando venga puedes acompañarlo a la mesa ¿De acuerdo?.— Yoongi asintió, acercando más su plato para empezar a cortar el panqueque con el cuchillo y el tenedor a la vez. Simples acciones me dejaban embelesado y no podia hacer nada al respecto.

— Casi lo olvido, iré por el jugo.— La señora Min corrió su silla hacia atras, causando un chirrido y fue hacia la cocina de nuevo, la situación se volvió incómoda con Yoongi comiendo arroz silenciosamente. Fueron pocos minutos los que pasaron antes de que volviera con una jarra llena de jugo de naranja, ya comenzaba a saborearla. Sirvió el zumo en distintos vasos y los dejó a nuestra disposición mientras se sentaba de nuevo. 

— Y... El lugar en el que estaban hace poco, ¿Cómo lo descubriste cariño? — Tragué saliva y de reojo vi a Yoongi tensarse.

Oh no... Comenzaba a odiar las pequeñas mentiras.

softness, jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora