004. ( ¡volví! )

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Tragué saliva de la manera más lenta y tortuosa que pude, dejando salir aire ahogado al final. Mi aliento se sentía tan cálido que me hizo volver del trance. Abrí y cerré los ojos unas veinte veces aún sin poder creer lo que se hallaba frente a mi, su cabellera estaba un poco ondulada en la zona frontal y su cuerpo era delgado, justo como lo recordaba y su piel... Era inmaculada.

Quería incluso darme una bofetada por haberle tocado, por haberle dado mi simpleza mundana cuando todo en él era majestuoso.

— Amigo, oye... ¿Estás bien? — Podía escuchar la voz amortiguada y ronca de Seokjin como un eco, lentamente giré los ojos para brindarle atención con un quedito "¿eh?" como respuesta. Pude ver como suspiraba cerrando los ojos y dejando caer la cabeza al marmól frío.— Sal de aquí y date un baño estás más pálido que, ah, cualquier cosa pálida.— Dijo agitando la mano sin dedicarme una mirada. 

Escuché un quejido grave y mis músculos se tensaron al ver que el chico se removía incómodo. Iba a despertar y yo no quería estar ahí cuando eso pasase. Tomé fuerza de donde no la tenía y aguantando unas maldiciones logré salir de ahí, Jin estaba a punto de quedarse dormido de nuevo pero abrió los ojos y afiló la mirada en mi silueta fugitiva buscando salir del baño.

— Deberías llevarte a este chico también, Park. Parece que está muerto.— Y se atrevió a tocar, más bien picotear su abdomen para comprobar que seguía respirando y tuve que aguantar las ganas de quitar esas manos fuera de su cuerpo.

— Déjalo Jin, sabe las reglas: Fiesta y después a volar.— Mentí dedicándole una sonrisa al mayor de todos quien sólo bufó antes de cruzar sus brazos y resignarse a seguir durmiendo acompañado de alguien más.

Maldición, maldición, maldición, maldición.

Me sostuve de las paredes para seguir avanzando hacía las escaleras pasando por un pasillo y mi habitación, en la cual ni siquiera me detuve. Lo menos que quería ver ahora era  un grupo de adolescentes con resaca en mi cama. Además, lo principal en mi mente era encontrar a Tae y matarlo cuanto antes, sin dejar evidencia; Mucho mejor. 

Bajar cada escalón me costaba más que nada y estaba luchando por no dejar libre a mi garganta y permitirme vomitar hasta la última gota de alcohol restante en mi estómago.

Palmeé los bolsillos de mis jeans negros hasta dar con el celular; 10:48 de la mañana, suspiré de alivio, no haber despertado hasta el medio día ya era un buen avance, al menos para mi.

Me encanta ser el anfitrión de las mejores fiestas y ¿por qué no? hacerlas también en mi casa aunque después me llevara una eternidad limpiando para dejar sin sospechas, pero la de ayer... Mentiría si dijera que en mi mente hay algún vago recuerdo de lo acontecido, lo único que mi memoria procesaba era a mi parado sobre una bocina con una botella de vidrio entre mis manos mientras alentaba a todos a divertirse un poco más; Ellos sólo alzaban sus vasos en mi honor y volvían a lo suyo, me di por satisfecho así que bajé de mi puesto y empiné el restante del envase en mi boca sin pensarlo dos veces.

Y bueno lo último que recuerdo es haber despertado con Jin y él  en la tina del baño de mis padres, el cual por cierto tiene la única ventana rota... Ugh Tae, quiero golpear esa linda boca de corazón tuya con mucha, mucha fuerza.

Llegué al último peldaño sintiendo mi corazón latir con fuerza, aunque no lo pareciera me había esforzado el pensar tanto teniendo migraña. Y ahí estaba, podía reconocer su cabellera roja donde fuera. Se encontraba boca arriba en la isla de la cocina con una camiseta tapándole el rostro y su chaqueta negra desacomodada en el torso. Ahogué un gruñido tomando una almohada, la más grande de los rústicos muebles para acercarme a él viendo su tranquilo respirar y escuchando uno que otro ronquido... Tan apacible.

softness, jimsuUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum