Aquí está hyung.

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Decir que estaban asustados era poco. Jin nunca había sido un hyung muy rencoroso o duro hasta que se enojaba de verdad, entonces podrías verte corriendo por tu vida mientras él te perseguía con una risa maniaca de princesa. Jin era inteligente, así que nunca daba castigos al azar, buscaba cosas que realmente les generara dolor, tanto físico como emocional.

No era correr por correr, claro que no.

Sin embargo, no era muy fácil hacer enojar a Jin, eran muy pocas las cosas por las que el mayor de BTS podía llegar a molestarse y esas eran: que se metan con su ropa o accesorios, que dañen sus cosas, que no cumplan con sus responsabilidades y horarios, y más importante que todo eso, que se metan con Jungkook.

Curiosamente, ellos habían cumplido con todo lo de la lista.

Así que tenían todo el derecho de esconderse tras los muebles mientras esperaban.

.- Cállense – les indició Namjoon mientras se acomodaba tras el sillón que Taehyung se había visto obligado a comprar – Todos silencio...

Y por primera vez en todos esos días, realmente le hicieron caso.

Taehyung y Jimin eran, ciertamente, los más nerviosos, habían osado meterse con las cosas del mayor, tal y como su ropa, y su preciada plancha para el cabello. Sin embargo, no era secreto para ninguno, que quien llevaba todas las de perder entre los dos, era sin duda el segundo menor porque, por su culpa, el bebé de Jin había llorado y más que eso, se había lastimado.

.- Taehyung, amigo – susurró Hoseok, acuclillado tras una de las lámparas – Realmente fue un placer conocerte.

.- Cállate, hyung – lloriqueo el aludido mientras trataba de encontrar un buen sitio para esconderse pero ya todos habían elegido los mejores lugar e incluso su novio le había traicionado y lo había alejado de su sitio tras la puerta de la cocina - ¡¿Dónde me meto?!

.- ¿Por qué no lo amarramos a la mesa como una ofrenda en sacrificio? – Terció Yoongi, que permanecía tumbado tras una silla y tenía una almohada bajo el brazo – Así Jin se olvidara de ustedes, panda de idiotas.

.- Nadie sacrificará a mi novio – salió en defensa el maknae pero sin dejarlo esconderse con él – Eso te pasa por dejar que te toquen sin mi permiso.

.- Pero Kookie~...

.- Kookie nada...

.- ¡Ya basta de cursilería ustedes dos! – volvió a gruñir Suga.

.- ¡Mira quién lo dice! – saltaron a la defensiva los dos maknaes, señalando a un adormilado Jimin que se recostaba contra él.

.- Yo soy su hyung, más respeto que...

.- Kookie, ya te pedí perdón – le ignoró Taehyung, girándose de nuevo hacia su novio – Te peiné como querías, te regalé unas nuevas botas y te di doble ración de lechita anoche, ¿qué más quieres, bebé?

Namjoon estaba por comenzar a gritarles que se callaran de una vez por todas pero el sonido de la puerta principal abriéndose le crispó los nervios, cada célula de su cuerpo erizándose por el miedo mientras todos se callaban de una vez por todas, Taehyung permaneció de pie en la sala, sin saber dónde meterse mientras el sonido amortiguado de la voz de Kim Seokjin despidiéndose del manager, llegaba a ellos.

Luego, silencio y el arrastre suave de los pies del mayor por la entrada.

.- Niños – la voz de Jin llegó emocionada hasta la sala antes de que él entrara, sonaba bastante feliz y empático – Niños, ya llegué...

¿Dónde está hyung?Onde histórias criam vida. Descubra agora