Capítulo 3

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Las niñas siempre imaginamos nuestro primer beso como algo totalmente especial, como un momento único, como si fuera algo que nos marcará de por vida.
Y yo no era la excepción, también lo imaginaba así: frente al mar y luego de una larga caminata por la orilla, cuando la noche está a punto de caer y el cielo se torna color naranja con el sol escondiéndose por el horizonte... entonces nos quedábamos mirando hacia el ocaso, mientras nuestras manos rozaban, luego él giraba y yo también, y no pasa mucho tiempo hasta que acercaba su rostro hasta juntar nuestras frentes, para luego besarme... sí, ese era mi sueño sobre mi primer beso, tan hermoso como la de una película... pero no siempre se cumplen nuestras expectativas.

Bien...

Estoy recibiendo un beso del chico que me gusta...
Por un momento creo estar soñando, pero no... Luego de un instante se separa de mí y me mira esperando algún tipo de reacción.
En realidad, el beso apenas duró unos segundos, pero fue mi primer beso, lo que le agregó un grandísimo toque mágico a este pequeño momento... aunque la verdad, no fue como lo había soñado

-Lo siento... no sé que me sucedió... golpéame si quieres, estás en todo tu derecho... pero antes déjame decirte algo por favor... te extraño ¿Sí? Es que me cuesta ya no verte en el mismo salón, y la verdad que adoraba ver tu rostro cada mañana, adoraba verte feliz y observar tus gestos... fue cuando te fuiste que me di cuenta de algo: me gustas Mary, me gustas mucho... y quiero que seas mi novia... claro, sólo si tú aceptas... pero no volveré a acercarme a ti si no lo quieres, y soy hasta capaz de irme de la escuela si pides no volver a verme después de esto...

No supe como reaccionar, me quedé lela ante la situación, solo... no lo esperaba.... pero me gustaba este chico, sí que me gustaba... Así que no se me ocurrió mejor manera de responderle dándole otro beso, aunque fue corto también...

-Entonces... ¿eso significa que sí?

-Pues... ¿tú qué crees?- dije, a lo que él respondió con una sonrisa.

Nos la pasamos besándonos por un buen rato, después de todo, para un par de neo-adolescentes como nosotros, era lo más importante en una relación. Al darme cuenta que ya habían pasado dos horas, decidí volver a casa, y como era de esperarse, él se ofreció a acompañarme.

-Nos vemos mañana entonces... te quiero.

-Vale... yo también te quiero.- le respondí con una sonrisa tímida. Luego entré a casa, me recosté sobre la puerta y pegué un suspiro pensando en lo que acababa de pasar...

-Acabo de dar mi primer beso...- me repetía una y otra vez intentando asimilarlo. Estaba tan concentrada en eso que olvidé almorzar, lo que preocupó a mi madre quien vio la comida intacta cuando llegó a casa.

-¡Mary!- me llamó desde la cocina- ¿Porque la comida está tal como la dejé? ¿Es que acaso no almorzaste?

-Ah... Ehmmm... es que una amiga del colegio me invitó a almorzar a su casa y olvidé por completo avisarte.

-Ay Mary... la próxima vez que ocurra eso debes avisarme con anticipación, estuve a punto de creer que iniciaste alguna de esas dietas estúpidas que hacen algunas niñas de tu edad.

-Mi dispiace ma, no volverá a ocurrir, te lo prometo.

-Está bien pequeña, te la paso sólo por esta vez puedes volver a tu habitación si lo deseas

-Gracias ma, te amo - le dije, y le di un beso en la mejilla... odiaba mentirle, pero si le hubiera dicho la verdad sé que se hubiera enojado conmigo. Esto sucedió un viernes, así que al día siguiente no habían clases. El fin de semana me la pasé esperando ansiosa a que llegara el lunes para ver a Steve, mientras me la pasé escribiendo sobre él mil y un historias...

Mi Historia FavoritaWhere stories live. Discover now