Capítulo 8

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Después de eso no recuerdo (ni tampoco tengo escrito) más detalles sobre lo que pasó ese año, solo que no gané el concurso, pero que las dos chicas que representábamos a nuestro salón quedamos entre los diez primeros puestos, eso significaba que el siguiente año iríamos a una liga mucho mayor y que competiríamos contra escuelas un poco más fuertes, algo que no habían podido lograr años anteriores; que para el ultimo trimestre del año, John provocó que lo expulsaran del colegio para poder irse a la misma en la que estaba su nuevo novio, o sea Steve; y que había llegado a la conclusión de que sólo el tiempo me ayudaría a conocerme mejor.

En las vacaciones pensamos que lo mejor sería ir a algún tipo de playa, así que decidimos ir a la casa de la tía July, la hermana de mi madre. Ella tiene una casa de playa en Punta Sal (Tumbes - Perú), algo que nos quedaba como anillo al dedo, así que compramos los boletos para el viaje en bus de 19 horas que nos esperaba.

Ese fue una de las mejores decisiones que pudimos tomar, la playa es demasiado hermosa por todos lados, y el atardecer allí es increíble. A media hora hacia el sur se encuentra Máncora, otra bellísima playa del Perú. Allí nos quedamos una semana, que fue poco a comparación de las tres semanas que nos quedamos solo en Punta Sal.También fuimos a El Ñuro, que es como un santuario para tortugas marinas donde la gente puede nadar con ellas. Cabe señalar que en todos esos lugares, la gran mayoría de restaurantes aprovechan muy bien los abundantes mariscos y pescado fresco. Supongo que ese viaje me hizo bien, pues durante todo ese tiempo no escribí nada más que para decir lo maravilloso que fue aquel viaje... hasta que tuvimos que volver a casa, y a la escuela también.

-¡Mary!... - exclamó Rouse al verme

-¡Hola Rouse!- dije abrazándola. -¿Y Alice?

-Ella vuelve mañana de... un lugar que no recuerdo cómo se llama, creo que es el lugar donde viven sus abuelos maternos.

-Oh... pero al menos te tengo a ti -le dije sonriendo.

-Bien Mary... me enteré que tú también viajaste... cuéntame ¿Qué tal estuvo?

-Ni te imaginas Rouse... ese lugar es increíble.

-¿Fueron en avión?¿Cuánto tiempo estuviste allá?

-Ehm... no, fuimos en bus por que me encanta ver el paisaje del camino, y pues porque está más barato también.- dije, y ambas reímos.- en total estuvimos cuatro semanas por allá.

-Dicen que allá no existe playa fea, ¿es verdad?

-Sí, eso es muy cierto... te la podrías pasar horas y horas caminando de una playa a otra y nunca te arrepentirías. Y de la comida, ni hablar...

-Ah cierto, dicen que toda la comida allá está hecha principalmente a base de pescado. ¿Probaste el chaufa de mariscos? yo lo comí en un restaurant de acá, pero dicen que la receta lo había traído justamente de esa zona del norte.

-Pues sí, casi todo es pescado o mariscos allá, y también probé eso, estuvo delicioso.

-Waw... espero que las próximas vacaciones mis padres se animen a viajar y acepten llevarnos allá.- dijo refiriéndose a ella y a sus dos hermanos mayores.

Luego de la casi entrevista de Rouse, sonó la campana, lo que indicaba que debíamos subir a nuestros salones. Este año nos tocó uno de los salones del cuarto piso, así que con tan solo imaginar todos los escalones que debíamos subir ya nos habíamos cansado. Los profesores serían los mismos del año pasado, a excepción del profesor de matemáticas (o eso decía la lista de los nombres de los profesores que estaba en el tablero de anuncios de la escuela). Adams era su apellido, pero lo conoceríamos al día siguiente pues ahora matemáticas nos tocaría de martes a jueves, y ya no de lunes a miércoles como el año anterior.

El resto del día pasó con mera normalidad al igual que la tarde.

Al día siguiente por fin pudimos estar las tres juntas...

-¡Chicas!- dijo Alice emocionada.- Las extrañé bastante

-Nosotras también- respondimos a la vez.

-Tienes que contarnos todo los detalles de tu viaje- agregó Rouse.

-Obvio, pero se los contaré en el receso mejor.

-Mala.- le dije mientras subíamos al salón.

-Buenos días a todos, me llamó Matew Adams y este año me ocuparé de enseñarles los cursos de matemáticas.- dijo un joven que la verdad... tenía muy buena presencia, quizá demasiado buena.

-Uy no... ¿ya vieron al nuevo profesor?.- susurró Rouse entusiasmada-.está buenísimo

-Oye.. ¿Cómo te atreves? es nuestro profesor- le respondí

-Pero eso no le quita lo bueno.- dijo Alice, algo que me sorprendió proviniendo de ella.

-¡Alice! ¿Tú también?

-Ay Mary... sólo míralo- respondió Rouse

-Pues... puede que tengan razón.- dije después de unos segundos, cosa que provocó que las tres sonriéramos.

-Antes de comenzar, ¿tienen alguna pregunta?

¿Cuántos años tiene?
¿Se quedará todo el año?
¿Tiene novia?- fueron algunas de las tantas preguntas que hicieron el resto chicas causando la risa del profesor.

-Parece que no somos las únicas con buenos gustos.- dijo Rouse riendo.

-Bien, contestaré a algunas de sus preguntas: primero, tengo 22 años; segundo, planeo quedarme todo el tiempo que sea posible; y tercero... no, no responderé a eso.

-22 años eh... no es tan mayor- susurró Alice.

-Cada día me sorprendes más Alice.- agregué riendo.

La clase del profesor Adams fue la más silenciosa que había escuchado, hasta dio la impresión de que a todos los alumnos (en especial las chicas) les había empezado a gustar las matemáticas.

-Creo que ya elegí nuestra víctima para este año.- dijo Rouse cuando ya estábamos en el receso.

-¿Víctima? ¿Víctima de qué? y ¿Desde cuándo tenemos víctimas?.- le pregunté desconcertada.

-¿Desde cuando?, pues desde ahora, y ¿Víctima de qué? víctima de acoso por parte de las tres.- respondió con una sonrisa pícara.- ¿Te apuntas Alice?

-Eh.. ¿yo? pues... déjame pensarlo.

-¿Mary?- me preguntó Rouse.

-No Rouse, no quiero meterme en problemas.

-Vamos chicas... será un acoso sano.

-¿Acoso sano? eso no existe Rouse- le contesté.

-Ay Mary, a veces te pones tan aguafiestas... pero no importa, de todas maneras lograré convencerte, el problema es Alice...

-¿Yo? Pero te dije que lo pensaría.

-Yo creo que ya tuviste demasiado tiempo para pensarlo.

-¡No han pasado ni siquiera cinco minutos Rouse!

-Ha pasado un minuto en realidad, pero con diez segundos ya era suficiente.

-Hoy estás imposible Rouse Hesse.- le respondió un tanto frustrada.

-¿Y bien?

-Ashh... está bien, sé que luego me arrepentiré de esto, pero aceptaré.

-¡Perfecto!... Mary... ¿y tú?

-Yo... aún no lo sé.. ¿pero si nos metemos en problemas Rouse? no me gustaría causarle un disgusto a mis padres.

-No amiga, no nos meteremos en problemas... te prometo que tu historial seguirá intacto... o al menos que no estará tan lleno.- dijo riendo.

-¡Rouse!.- respondí golpeándole el brazo.

-¿Entonces?

-Está bien, hagámoslo... después de todo, no quiero perderme la diversión. - Cedí luego de pensarlo mil veces.

-Sabía que terminarías por aceptar, bien... en cuanto tenga pensado nuestro primer ataque lo haremos.

Esto será una completa locura.- fue lo unico que pensé.

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