Capítulo 13

22 3 0
                                    



Entonces bajamos al comedor. Este quedaba al aire libre (aunque tenía un ligero techo algo transparente, para que lo protegiera de la lluvia seguramente) al lado del circuito de residencias. Casi todo aquí también era hecho a base madera al igual que los cuartos: las sillas, las mesas, la plataforma donde entregaban la comida,... todo tenía un acabado rústico pero refinado. En cada mesa cabían un aproximado de diez personas, y habían como cincuenta de ellas distribuídas por todo el comedor

Eran tres distintos platos de los cuales podíamos elegir, de los cuales uno era netamente vegetariano, por si alguien andaba a dieta.

-Esto es enorme...- dije asombrada.

-Sí, pero vamos a buscar un mesa antes de que lleguen todos.- respondió Alice

-Mira, tú siéntate allá y yo voy a ver qué hay de comer ¿sí?

-Vale, pero no demores porque en serio mi estómago está a punto de autodevorarse.

-Exagerada, está bien.- dijo antes de irse.

-¿Cuántas personas habrán aquí? ¿realmente llenarán todo el comedor?- fueron algunas de las preguntas que me hice.

-Bien, hay arroz con pollo, spaguetti al pesto y una ensalada verde que ni siquiera me limité a ver su nombre.- dijo Alice.

-Yo quiero... Arroz con pollo.

-Ok, yo también pediré eso, con... ¿limonada está bien?

-Sí, no hay problema.- le respondí

Los platos estaban demasiado calientes, se notaba que acababan de ser preparados. Estábamos a mitad de plato cuando sonó una campana, supongo que era la que indicaba que ya era hora del almuerzo, y entonces un sonido, como si de una manada de elefantes se tratara, inundó el comedor.

-¡Temblor! exclamó Alice.

-Alice, eso no es un temblor, eso es....- y una muchedumbre de adolescentes hambrientos se hicieron presentes en el comedor, habían venido corriendo lo que explicaba el sonido, y enseguida el lugar se llenó.

-¿Qué rayos?.- Exclamé

-Parece que este lugar es muy solicitado.- dijo Alice- pero mira... nadie debe tener más de veinte aquí.

-Tampoco menos de quince.- agregué

-Ojalá podamos hacer amigos pronto.

-Yo opino lo contrario.- dije, y como si leyeran su mente, un grupo de chicas se acercó a nuestra mesa preguntando si podían sentarse con nosotras.

-Claro, es toda suya, nosotras justo ya nos íbamos.

-Oh, gracias.- me respondió una de ellas.

-¿Por qué dijiste que ya nos íbamos?

-Pues... porque ya acabamos nuestra comida, y porque ellas me dan una mala vibra.

-¿Mala vibra? ¿Por qué?

-No sé... parecen ese tipo de chicas que hablan mal de una a sus espaldas.

-¿Acaso ahora puedes conocer a la gente con tan solo verlas

-No, con olerlas me basta.- le respondí, y ambas reímos.

Tal como habíamos planeado, decidimos recorrer el lugar que realmente era enorme. Al primer a donde llegamos, era una especie de zona recreativa con una enorme laguna artificial, un muelle en forma de té, botes, y unas especies de asientos columbiables. Luego de eso llegamos a un lugar donde los arboles que no habían formaban círculos dando la sensación de estar en una fogata en el medio del bosque, pero eran muchos círculos con troncos en vez de asientos, imaginé que eran para cada grupo que quería ir allá. Ahí fue donde nos cayó la noche, habíamos caminado bastante en realidad, por lo que ya estábamos agotadas y decidimos volver.

Mi Historia FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora