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Narras tú:

Cuando recuperé el conocimiento abrí lentamente mis ojos... estaba en el sofá de mi casa. Pude ver a Daniel hincado enfrente de mí

Daniel: que bueno que despertaste, no sabes lo preocupado que estaba de ti. ¿Cómo te sientes?

En ese momento llevé una mano a mi frente

Tú: me duele un poco la cabeza

Daniel: descuida, ya le pedí a tu tío que te viniese a ver

Tú: muchas gracias –me acomodaba en el sillón- no sé qué haría sin ti

Daniel: -me miraba directo a los ojos con una notoria sonrisa- yo tampoco sé qué harías sin mi –soltó una carcajada que me contagió al instante-

El timbre sonó

Daniel: mira! Debe ser él –levantándose para ir a abrir la puerta-

Daniel se encaminó hacia la puerta, y a los segundos volvió en compañía de mi tío German

German: hola cariño –se inclinó para saludarme con un beso en la mejilla-

Tú: gracias por venir, espero que no estuvieras muy ocupado

German: siempre tengo tiempo para mi sobrina favorita –abre un bolso con sus implementos-

Tú: soy tu única sobrina

German: y eso me facilita bastante las cosas –se rie mientras comienza a revisarme. Revisa mis oídos...respiración...ojos...boca- desde cuando te sientes mal?

Tú: solo hoy me he sentido tan decaída, es decir, he tenido algunos mareos, pero pienso que es por las preocupaciones

German: ¿te has alimentado bien?

Tú: si...supongo –respondí insegura ante la evidente cara de angustia de mi tío- ¿pasa algo?

German: quiero saber...has tenido relaciones sexuales?

Tú: ¿tengo que responderte?

Al parecer eso le bastó para saber la respuesta. Justo en ese momento Daniel vuelve con una sonrisa en su rostro

Daniel: ¿y? ¿Qué tiene la princesa? –le pregunta-

German: tú y yo vamos a hablar –se percibe enfadado-

Daniel: ¿sobre qué? ¿pasa algo? (extrañado)

Tú: lo que pasa es que...

German: pasa que mañana mismo te vas a casar con mi sobrina

Ambos lo miramos incrédulos

Daniel: ¿y se puede saber la razón de esta espontanea decisión?

German: ¿no te parece suficiente con haberla embarazado?

Un silencio extremadamente incómodo se apoderó del lugar. Algunas miradas cómplices...

Daniel: ¿estás embarazada amor? –se acerca y me besa, le correspondo el gesto-

German: esto es grave... ¿qué van a decir Victoria y Romina cuando se enteren?

Daniel: estoy seguro que les fascinará –yo evito hablar, o más bien he quedado sin voz-

German: pues eso espero –se alista para marcharse-

Tú: ¿ya...ya te vas? –digo atónita, aterrada-

German: Si. Quiero hablar ahora mismo con el padre Gabriel para ver cuándo puede casarlos

Daniel: lo acompaño hasta la puerta

Se despide, no sin antes decirme:

German: luego vuelvo, te traeré algunas vitaminas

Solo asiento con la cabeza.

Pierdo a ambos de mi vista, se escucha el sonido de la puerta y luego vuelve Daniel

Tú: oye...

Daniel: ¿qué? –se sienta a mi lado-

Tú: no tenías que hacerlo...

Daniel: lo hice porque de verdad lo siento

Tú: No tienes por qué hacerte cargo tú, -me acaricio la panza- este bebé ya tiene un padre

Daniel: pero como están las cosas quizá sea lo correcto que él no sepa

Tú: es un hijo Daniel... puede que las cosas entre James y yo estén mal, pero nada puede cambiar lo que nos une

Daniel: ¿y qué vas a hacer? ¿Pedir que se case contigo?

Tú: no sé, pero debo contarle ahora mismo

Daniel: en tu estado no puedes andar por allí como si nada

Tú: te agradezco tu preocupación e interés por mí, pero ni siquiera se me nota el embarazo aún

Daniel: está bien, una vez más te apoyaré. Pero eso sí, cualquier cosa, lo que sea...puedes contar conmigo, yo jamás te defraudaré

Le regalo una honesta y afectuosa sonrisa. Me arreglo un poco y salgo camino a la casa de los Maslow

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James abre la puerta y queda impresionado por la persona que encuentra detrás de esta...

James: ¿Edith? ¿qué mierda haces tú aquí?

Edith: ¿cómo? ¿Así recibes al amor de tu vida? –intenta besarlo, pero James la evita-

James: lárgate!

Edith toca suavemente los labios de James con mano derecha

Edith: como extraño tus besos... -trata de acariciarle el rostro-

James: pero yo no –se aleja de ella-

Edith: te probaré lo contrario... -se abalanza contra él, logrando besarlo a la fuerza. Ella lo desea-

A unas cuantas decenas de metros te encuentras mirando la escena... por lo que decides regresar

------------En casa-----------

Entras, golpeando la puerta fuertemente. Corres hasta tu habitación y te lanzas sobre la cama. Lloras sin control...una lagrima tras otra van cayendo sobre la almohada hasta que...

TOC-TOC

Daniel: permiso... ¿se puede? –abriendo levemente-

Te levantas y corres a abrazarlo, hundiéndote en su pecho

Daniel: tranquila, ya pasará –te acaricia con ternura la espalda-

Levantas la mirada y le das un tierno corto beso, el cual sigue. Se separan

Tú: tienes razón –aún llorando, solo que en menor intensidad-

Daniel: ¿sobre qué?

Tú: casémonos...

Un vecino diferente (James Maslow & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora