Un vecino diferente (James Maslow & tú)

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La luz del sol ingresaba lentamente en la habitación. Tú comenzabas a despertar pese al delicado intento de Daniel por no hacer sonar la puerta. Él se acerca y deposita una bandeja sobre la cama

Estiras los brazos mientras bostezas y te enderezas

Daniel: Buenos días preciosa. Te traje el desayuno –sonriendo en tu dirección-

Tú: gracias –mirando la comida, había huevo, pan, palta (aguacate) , queso, jugo de naranja y un vaso de leche- ¿no crees que es demasiado?

Daniel: claro que no. Ahora debes comer por dos –bajando la mirada hacia tu vientre-

Pasas tus manos por él

Tú: estoy engordando notoriamente, cualquiera pensaría que me faltan pocos meses

Daniel: bueno, quizá va a ser muy fuerte, y bello, por supuesto. O a lo mejor serán dos

Tú: ¿qué? ¿Dos? Ni de chiste

Daniel: ¿por qué no? Qué lindo sería, una felicidad doble –soba tu vientre, rozando tus manos-

Miras en otra dirección

Daniel: ¿pasa algo?

Lo miras directo a sus ojos mientras asientes, con culpa

Tú: ayer hablé con James...nos besamos...y después le dije que estaba embarazada

Daniel: ¿cómo se lo tomó? ¿Descubrió que el bebé es de él?

James: no –tú y Daniel se dan cuenta de su presencia en la habitación- Pero ahora lo sé

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Romina y German se pasean por la plaza, tomados de la mano. Ella le habla sobre Victoria, pero claramente no está siendo escuchada. German se encuentra hundido en sus pensamientos

Romina: ¿oye? Amor... ¿me estas poniendo atención? –deteniéndose-

German: ¿ah? ¿qué? Si, claro amor. Lo que tú digas

Romina: ni siquiera me estás escuchando –molesta-

German: lo siento cariño, es solo que no me puedo concentrar...estoy muy preocupado

Romina: ¿por qué? ¿Me puedes contar?

German: no sé si deba

Romina: para mí es muy importante la confianza dentro de una relación

German: está bien...tienes razón –meditando- lo que sucede es que hay un monstruo en Santa Lucia

Romina no contiene la risa. Sin embargo se arrepiente ante la cara de seriedad de German

Romina: perdóname, pero es muy difícil creer algo así

German: yo lo vi. Esa mujer, Elvira, se curó en el acto de un corte que sufrió en su brazo

Romina: ¿cómo?

German: eso. Estuve investigando y llegué a una conclusión...vampiros

Romina comienza a asustarse

German: tranquila. Elvira está encerrada, y pronto ella va a...

Romina: ¿va a ....?

German: ya lo verás. Lo que quiero es que te estés alerta

Romina: ¿por qué?

German: el padre Gabriel piensa que no es la única

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Jessie termina de tomar su té. Toma su taza y la lleva hacia la cocina. Lo que ve allí la deja anonadada.

Juan Carlos y Julia están completamente desnudos. Ella sentada sobre la mesa, y él de pie frente a ella. Ambos están alimentándose de una gallina, que cuelga de cabeza al ser tomada por las patas. La sangre cae sobre sus cuerpos...

Jessie deja caer la taza provocando un fuerte ruido. Se voltean a mirarla y Julia le sonríe, dejando ver sus dientes manchados con sangre

Jessie: ¡¡¡DIOS MIO!!! –grita horrorizada-

Julia: vamos...¿no quieres probar? –en un segundo está a su lado, y tras un movimiento brusco la besa-

Jessie se separa, asqueada

Jc: por mí está bien, yo voy a solucionar un problema de una vez por todas

Jessie se retira. Juan Carlos se viste

Julia: ¿qué vas a hacer?

Jc: encargarme de Elvira de una vez por todas

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Elvira se mueve encadenada de lado a lado. Escucha un ruido que viene desde el pasillo, se acerca a los barrotes, y sin darse cuenta es tomada por el cuello y levantada en el aire.

Jc: Al fin nos vemos –sonríe con malicia, levantando la mirada hacia su victima

Elvira siente una enorme presión en su cuello, por momentos imagina su cabeza despegarse del resto de su cuerpo. Mueve sus brazos para intentar zafarse

Jc: te has metido en muchos problemas...y sinceramente, no estoy interesado en que me arrastres con toda tu mierda –habla furioso, su mandíbula se tensa-

Elvira: agh...p...per...dón –realiza un esfuerzo por hablar-

Jc: ¿en qué mierda estabas pensando cuando cometiste la estupidez de atacar al cura? –ahora está en el interior de la celda-

Elvira: Di...Dime tú. T..T..Tú m..me convertiste! –se desespera-

Juan Carlos la tira contra la pared. Luego del golpe Elvira se intenta proteger –aún amarrada por las cadenas- en una esquina

Jc: ¿no te gustó mi regalo de vida eterna? –aparece junto a ella y le vuelve apretar el cuello,ahora con la mano izquierda, para mirarla directo a los ojos

Elvira: vivir así es una mierda...¡una puta condena!

Jc: ¿a sí? Pues eso se puede arreglar –lleva su mano derecha hasta su bolsillo trasero y saca una estaca. Elvira atemorizada gira su cabeza, sabe que no puede evitarlo...

En eso se escucha un ruido. Elvira espera lo peor, sin embargo no ocurre nada con ella. Gira nuevamente su cabeza y Juan Carlos no está. El padre Gabriel la observa con cautela desde afuera.

Elvira se pone a llorar

Elvira: ¡Padre! ¡padre! –grita emocionada, aliviada de verlo. Sin embargo tiene miedo-

Ella se acerca lo más que puede a los barrotes, pero el sacerdote retrocede lejos de ella

Gabriel: ¿qué pasa criatura? ¿por qué estás así, tan alterada?

Elvira mira a todos lados, asustada

Elvira: me quieren matar padre –llora aún más. El religioso agacha la cabeza-

Gabriel: lo siento hija –dice con un tono bajo-

Elvira: ¿qué siente? –silencio- ¿qué está pasando padre?

Gabriel: te vengo a informar que en unos días serás quemada en la plaza, frente a todo el pueblo.